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Columnistas  |  18 febrero de 2018  |  12:00 AM |  Escrito por: César Carvajal Henao

Colombia, rica en lingüística política

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César Carvajal Henao

La Lingüística parece ser una ciencia ajena a la Política. Pero en nuestro país resulta interesante, con sus diversas ramas, siendo una de estas la Lingüística Política, término que ahora utilizamos.

Sea la ocasión para evocar al profesor de la Universidad del Quindío, que fue nuestro profesor, Luis Eduardo Álvarez, quien por su formación intelectual y estilo pedagógico nos hizo querer esta materia como un ser social, cuyas palabras cambian o diversifican su significación, se renuevan, desaparecen.

En Colombia a muchos vocablos les sucede esto, estudiado por la Semántica. Puede ocurrir en pocos o muchos años, siendo la Política donde se presenta mayormente este fenómeno.

Veamos algunos ejemplos: recalzado: significa algo que ha sido reconstruido, reformado, reparado. En la llamada época de La Violencia fue muy utilizado para aludir a las personas que cambiaban de partido político. Camaleón, voltearepas.

Frentón: de frente ancha. Con esta palabra llamaron a quienes fueron muy seguidores del Frente Nacional, modalidad política de alianza burocrática entre liberales y conservadores. La usaron mucho los emerrelistas para llamar con burla e ironía a aquellos.

Positivo: de ser algo cierto, afirmativo, real, degeneró en engaño, falso, fraudulento.

Ubérrimo: bella palabra, exuberante, rica, fértil. Un árbol ubérrimo, por ejemplo. Qué pesar de esta expresión tan lozana, de tanto verdor, que lo perdió por connotaciones políticas oscuras.. Seguro que un poeta colombiano pensará más de dos veces para escribir ubérrimo en sus composiciones.

Mermelada: rica y dulce sustancia para agregarle al pan. Se amplía su significación a un dulce dadivoso para comprar conciencias.

Revolucionario: lo era el pensamiento, un innovador personaje, una idea, un invento, algo científico. Revolucionario era más que todo el promotor del cambio, el motor de la historia. Ahora revolucionario denota algo peligroso, enemigo de gobiernos.

Pastor: pastor de almas, el guía, el conductor religioso. Pero si dicen: el pastor ya anda en una lancha de carro, qué voltereta de significación. Ya no es el adalid del evangelio sino el aprovechado negociante ante el miedo de sus seguidores.

Esto es apenas una muestra del cambio o transformación de las palabras estudiado por la Semántica.

“ Paloma de la paz, de bello símbolo / en otra definición la transmutaron. / La paloma por no estar con el lobo / leen en sus alas un mensaje terrorista”.

 

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