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Ciencia Y Tecnología  |  18 febrero de 2018  |  12:54 AM |  Escrito por: Edición web

El cielo de Anna, un duelo en clave surreal

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Por Juan Felipe Gómez

A propósito del XI Encuentro Nacional de Escritores Luis Vidales y su tema Literaturas fantásticas, iniciamos una serie de reseñas de obras clásicas, contemporáneas y novedades de literatura infantil y juvenil, comic y novela gráfica.

Paliar el dolor de una pérdida con la imaginación, hacer del duelo un viaje. Estas son las dos premisas que agarramos al vuelo al adentrarnos en El cielo de Anna, libro-álbum del ilustrador noruego Stian Hole. La mención de tres palíndromos al inicio (oso, arenera, Anna) prefigura el universo de la curiosidad y la imaginación de la protagonista, una jovencita peliroja y con el rostro salpicado de pecas. La mente de Anna divaga mientras su padre la espera para ir al funeral de la madre. En ningún momento se menciona la muerte, ni el funeral, pero algunas pistas como la vestimenta del hombre, el ramo de flores en su mano, y la ilustración de una nube con rostro de mujer son suficientes. Así vamos encontrando el delicado equilibrio entre el texto, que es poco, y el rico simbolismo de las imágenes, que integran ilustración, collage y fotografía con claros guiños al surrealismo de René Magritte.

Y entonces nos embarcamos en el viaje con Anna y su padre, en el que se sucederán los escenarios oníricos y las preguntas que espolean la imaginación: “¿Cómo se apaña Dios para echarle un ojo a todo el mundo?”. “¿Tú crees que habrá algo al otro lado del espejo?“¿Dios lee libros?” Cuestiones de profundidad psicológica y filosófica, se diría, y que permiten poner en valor ese rasgo propio de una literatura de vanguardia que si bien está marcada por el rótulo de infantil y/o juvenil, pone el foco más allá de las temáticas tradicionales y subvierte la consabida fórmula narrativa de inicio, nudo y desenlace para proponer nuevas y arriesgadas estructuras que juegan con el texto y la imagen.

Tan presente en el ámbito del libro-álbum, sobre todo cuando se acoge la técnica del collage, la intertextualidad propondrá una lectura estimulante para los lectores curiosos. Un conocedor de la música de los Beatles, por ejemplo, encontrará un posible diálogo entre el entramado surrealista de este trabajo de Hole y la letra de la canción Lucy In The Sky With Diamonds, composición de Lennon que describe un recorrido psicodélico donde hay “cielos de mermelada” y “una niña con ojos de caleidoscopio”. En el anhelo de Anna de que caigan del cielo fresas con miel, en vez de clavos, también podría establecerse una conexión con la bella Strawberry Fields Forever, otra canción de Lennon en cuyos versos Nada es real/y nada de qué preocuparse hay mucho de lo que es la conversación de Anna con su padre a lo largo de su viaje.

Al contar con un hecho luctuoso como punto de partida para un viaje de búsqueda y transformación, también es posible evocar en estas páginas el cortometraje Los fantásticos libros voladores del señor Morris Lessmore, ganador de premio Óscar como mejor cortometraje animado en 2011. En esta pieza, inspirada en la devastación del huracán Katrina, se exalta el poder de la imaginación y la lectura para transformar realidades.

Con una amplia trayectoria como diseñador e ilustrador de portadas para otros autores, Stian Hole ha definido un estilo inconfundible que recuerda que un libro puede ser una obra de arte. De El cielo de Anna podemos pasar a El secreto de Garmann o El final del verano, siempre esperando unas inigualables experiencias visuales y literarias.

son lecturas complacientes, sus imágenes, siempre poéticas y sugerentes, permanecen para dejarnos claro que en nuestra mente todo es posible si como lectores la sabemos alimentar.

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