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Columnistas  |  19 febrero de 2018  |  12:11 AM |  Escrito por: Jhon Jairo Armesto Tren

Partido ASI: crónica de un secuestro

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Jhon Jairo Armesto Tren

El partido Alianza Social Independiente-ASI que otorgó el aval a Clara López Obregón a la presidencia de la pepública, así como la militancia a los candidatos de su corriente exiliada del Polo Democrático, y columna vertebral de la denominada Coalición de la Decencia, ahora se encuentra secuestrada y colonizada por la estupidez, sectarismo y oportunismo político de seguidores y candidatos del exalcalde de Bogotá Gustavo Petro.

La crisis partidista, moral, republicana de Colombia y el cada vez mayor descrédito de sus instituciones y partidos políticos, se refleja ahora en la cada vez mayor presencia repentina de la figura de Gustavo Petro en la campaña presidencial, prefabricando encuestas, persecuciones ficticias, previctimizandolo del Estado y la “extrema derecha” para ambientar un ambiente de posible homicidio y cierre de filas que subirá su popularidad y alistará a aquellos –a esas milicias alternas del M -19 que aún se encuentran en las periferias de Bogotá y otras ciudades- para realizar actos de terrorismo y violencia urbana que los medios tratarán de tapar y que cada vez serían mayores.

Mi partido, la Alianza Social Independiente-ASI, que en una de sus figuras más prestantes el concejal de Bogotá Juan Carlos Flórez tuvo un ejercicio magistral de control político objetivo, serio y real a la administración Petro y la actual de Enrique Peñalosa, ahora, bajo el paraguas de la “Decencia” está en un sándwich con la Unión Patriótica –incluyendo por agache al Partido Comunista Colombiano, el Partido indigenista Mais, la facción de Clara López Obregón “Todos Somos Colombia” y el progresismo petrista, está secuestrada como un instrumento de guerra irrespetuoso de la identidad partidaria, la disciplina de partido y cualquier ámbito de diálogo con la militancia está siendo utilizada para dar avales a candidatos que se han quitado la careta para no disimular su petrismo y algunos, incluso sus simpatías con las Farc. –ahora que ya no es delito decirlo, están súper envalentonados-.

Si en algo somos expertos los colombianos, es en hacernos las víctimas y hacer de ello un negocio para aprovecharnos de los demás y obtener beneficios. La izquierda y el comunismo, -que llegaron a nuestras tierras gracias al odio y resentimiento social de los liberales radicales que a través de sus construcciones culturales y universidades han hecho como en un pacto diabólico un rejuvenecimiento en cuerpos y almas jóvenes de la promesa de venganza por las batallas de La Humareda y Palonegro- lo saben de sobra. Pero la izquierda colombiana está haciendo una nociva reunificación de forma estúpida en torno a Petro. Incluso enemigos históricos suyos y del M -19 ahora apoyan al tiempo a Clara López y a Petro, como lo dejó ver hace quince días, una portada del Semanario VOZ –periódico oficial del Partido Comunista Colombiano-. La candidata del partido, ahora se va con la perdedora y desprestigiada candidatura oficial del Partido Liberal de Humberto De La Calle Lombana, haciendo el papel de los músicos que tocaban en el Titanic, mientras este se hundía y ellos aceleraban su destino de una muerte trágica.

¿A qué se debe esta decadencia? ¿Es programada esta situación para favorecer a alguien que le interese acabar con los partidos pequeños e independientes? Sí, e incluso, si nos ponemos a analizar a la ASI y a los partidos que apoyaron el Sí en el plebiscito de 2016 que fueron casi todos, salieron de esa contienda electoral con grandes crisis económicas y directivas e incluso algunas cosas que darían para destapar escándalos de corrupción administrativa y malversación de fondos. Las pugnas por la posesión de la nueva dirección nacional ejecutiva y los efectos de la convención extraordinaria de septiembre de 2017en la ASI prueban eso.

Se entiende que por sobrevivencia política haya que hacer alianzas y coaliciones para conservar la vida como personería jurídica, pero entregar el partido a la colonización primero del fajardismo, y ahora del petrismo y no sabemos si del comunismo radical. ¿Qué identidad independiente se puede conservar asì? ¿Qué vocación de poder puede tener un partido que no puede sacar un candidato propio a la presidencia? ¿Se está trabajando para sacar ganador a Petro de una consulta artificial o para hacer un mejor país? Qué dolor que mi partido se esté convirtiendo en una colonia.

Me preocupa que los candidatos de la ASI, no tienen hasta ahora una financiación “decente” para el ejercicio de su campaña, mientras que los petristas disponen de mayores estructuras para el mismo ejercicio. ¿Hay candidatos de segunda clase? ¿Para qué una persona se hace militante o se inscribe como candidato? De haber un triunfo petrista, nosotros los independientes de verdad, seríamos perseguidos de todas las maneras –porque la extrema izquierda es muy buena para construir matrices de odio- de forma política, discursiva y hasta recurriendo al homicidio (¿?) o al desplazamiento forzado.

¿Será que tendremos que esperar hasta enero o febrero de 2019 para convocar una convención y exigir explicaciones a nuestros directivos? ¿Quién pagará un portentoso fracaso electoral?

@armesto1989

[email protected]

*Director Publicidad El Nodo Colombia y columnista

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