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Editorial  |  13 abril de 2018  |  12:00 AM

La Estación: ‘aquí hay gato encerrado’

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No comprende la ciudadanía el poco arrojo de la administración municipal para defender el proyecto Cultural y Turístico de la Estación del Ferrocarril. El ministerio de Cultura dio el visto bueno, luego de más de un año de tener paralizados los trabajos, para su continuidad. Sin embargo, y a pesar de tener las licencias de construcción en orden, la administración municipal no reinició las obras. Luego, vino el argumento de que Invías no había cedido la franja del corredor férreo donde están planeados los parqueaderos subterráneos y, por tanto, las plazoletas en la parte externa. Es decir, no hay terreno, según la alcaldía, para realizar esta parte del proyecto.

Este tema de Invías es muy raro. Primero, porque el alcalde aceptó el argumento sin dar la pelea jurídica, se entregó sin guerrear un espacio que, de hecho, le corresponde a la ciudad. Ese bien público, declarado Patrimonio Cultural de la Nación fue cedido completamente al municipio desde 1996, ahí están las escrituras, a la vista de todos, tanto así que la curaduría urbana otorgó, con base en esas escrituras, la licencia de construcción respectiva.

Hay una cosa clara. Cuando se empezó la construcción de este Centro Cultural y Turístico, en el 2014, Invías no dijo nada. Si el ministerio de Cultura no hubiera parado los trabajos por la protección patrimonial del bien, los parqueaderos subterráneos y las plazoletas las hubieran terminado a mitad del año 2016 y, seguramente el complejo Cultural y Turístico de la Estación estuviera funcionando sin que Invías hubiera puesto problema alguno.

Solo ahora, en el 2018, en medio de las elecciones pasadas para Congreso, fue que apareció Invías diciendo que había cedido todo, menos el corredor férreo. ¿Será que Invías va a construir por fin la línea férrea y el tren entre Armenia e Ibagué? Y ¿Será que Invías va a pedir el resto de la línea férrea, ocupada hoy en su totalidad por propietarios privados y públicos, entre Armenia y Salento? No nos crean tan pendejos, aquí, en este asunto del reclamo de Invías sobre el corredor férreo de la estación donde se proyectaron los parqueaderos y las plazoletas, hay ‘gato encerrado’. Pregúntenle a Vargas. El tiempo y la historia nos desvelarán la verdad.

Ahora bien, ¿por qué razón el alcalde no aceptó el ofrecimiento de Invías de un comodato sobre ese bien para poder continuar con las obras? Argumentó que era riesgoso para el municipio construir sobre un bien que no le pertenecía y que el comodato le daba solo la condición de ‘prestado’. ¿Riesgoso? No señor, este es un bien de la nación y, seguro, después de su construcción se consolida como un bien del municipio. Ningún presidente, ningún ministro, ningún director de Invías va a venir a Armenia a tumbar los parqueaderos ni las plazoletas por el capricho de restablecer un bien público de la nación, que está ocupado por una entidad pública, como es el municipio. Por eso, repetimos, ‘aquí hay gato encerrado’.

La reclamación de Invías apareció seis años después de haberse planteado el proyecto, se hizo en plena campaña electoral, el alcalde no dio la pelea jurídica, pero además no aceptó el comodato. Uf: ‘gato encerrado’. Lo cierto es que se careció de criterio y se prefirió aprovechar la coyuntura para hacerle un escándalo político a un enemigo político, que la continuidad y la terminación de esta importante obra para Armenia. Y con esto, se perderán muchos miles de millones. Qué lástima de Armenia, pero perdimos el rumbo.

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