A menos de una semana de la primera vuelta electoral, el país sigue en su macondiano descenso a la vorágine. Cada semana algo más se rompe y se desbarata en Colombia, hoy Hidroituango, que oportunamente ahoga a los escándalos nacionales del continuo robo y corrupción.

Los candidatos, al igual que los colombianos nos vemos sorprendidos por estadísticas amañadas y la más vil propaganda negra, ya todo es válido. Perpetuarse es lo único que importa.

Deseo de todo corazón, que nuestro país se decante ante la racionalidad y que de una vez dejemos de pensar con nuestras vísceras. Es fácil alimentar el odio, solo se necesitan palabras.

Marica, negro, indio, puta, mamerto, partes del léxico del odio, con las cuales se discrimina aún más a esta dividida Colombia. La de los pobres, vendiendo sus votos a la maquinaria mafiosa que nos ha condenado a esta debacle. La de la clase media, inerte en su falta de civismo como demostrado por el abstencionismo, que permite que otra maquinaria, peor aún, continúe con voz socarrona, el mayor y más desfachatado robo a nuestra sociedad. Y la de los ricos, a los cuales les importa poco la realidad del país, al fin y al cabo ni impuestos pagan y sus fortunas están en paraísos fiscales.

Se llegó el momento de la renovación drástica. Las personas de a pie no podemos más con tantas cargas impositivas, con tanto robo, con tanto odio. Nos creen estúpidos porque se acostumbraron a mangonearnos, a manipularnos, mientras sistemáticamente continúan el saqueo del erario y el asalto de nuestras conciencias.

Hay silencios incriminatorios.

El partido Liberal y su cabeza local, Luciano Grisales no se han pronunciado públicamente y como deberían, ante este espectáculo al cual estamos siendo sometidos y del cual son ellos también responsables. Agregándole incertidumbre, por los cuestionados nexos con Julián Bedoya y su posible injerencia en la terna para alcalde, de la cual serían partícipes también la esposa del alcalde Carlos Mario Álvarez y la del mismo Luciano Grisales. Añadámosle los intereses de parte de la gobernación y de la cámara de comercio. Intereses por lo demás non sanctos, llenos de más de lo mismo y peor. El silencio del gobernador me asusta, la elocuencia de Estrada Reveiz me aterroriza, pero no más, que la apatía de la sociedad.

Es tiempo de despertar de esta desidia que llevó a que nos dejaran cagados, es tiempo de mostrarle un poco de amor a Armenia y al Quindío.

Unidos podemos hacer valer nuestras voces, exigirles a la gobernación y al partido Liberal, claros derroteros y candidatos transparentes. Unidos podemos.

Quindignados, es una iniciativa cívica, detonante del relevo de liderazgo en el departamento e influenciadora de políticas públicas a favor de la construcción de nuestro territorio digno.

Están todos invitados a participar #Quindignados. Facebook Quindignados.

Hay silencios que matan.

Vote a conciencia.

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