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Editorial  |  26 noviembre de 2018  |  12:00 AM

El olvido a los músicos

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Pasó desapercibido en Armenia el día de los Músicos, fecha que se celebra tradicionalmente el 22 de noviembre día de la virgen de Santa Cecilia

En la capital quindiana esta fecha era especial, o mejor, fue especial. Hasta hace algunos años se celebraba con toda la pompa, primero con una eucaristía en la iglesia catedral e inmediatamente después con una serenata a la Ciudad Milagro en el escenario de la plaza Bolívar.

Hasta hace unos 27 años se unían la Banda Departamental de Músicos del Quindío dirigida por el maestro Luis Ángel Ramírez, los más de 30 músicos de la Asociación de Músicos de Colombia, Adecol Quindío y la Coral Santa Cecilia le brindaban, los 22 de noviembre día de Santa Cecilia patrona de los músicos, una serenata a Armenia al tiempo que se iluminaba el cielo quindiano con las luces multicolores de los juegos pirotécnicos que daban inicio a la Navidad

Inolvidables esas serenatas que llenaban de belleza y sentimiento todos los rincones de la plaza y de todos los quindianos que se hacían presentes desde tempranas horas para disfrutar al son de boleros, música colombiana y de Navidad.

Para los músicos de Adecol, cuya sede estaba ubicada en la carrera 13 con calle 18, las noches de los 22 de noviembre era de verdadera celebración y rumba en la mayoría de veces con sus seres queridos ya que el salón, donde llegaban los enamorados a contratar algún trío para llevar una serenata a su amada o a su amado, era familiar y ambientado con rondas musicales por parte de los grupos.

La celebración del día de los Músicos fue decayendo y más con la casi desaparición de Adecol, como consecuencia del modernismo y con él una música con otro sentimiento más agresivo propio de una época caracterizada por lo virtual y lo relativo.

Este 22 de noviembre de 2018 no se oyó una sola palabra en honor a Santa Cecilia y menos una mención a los músicos de parte de las administraciones departamental y municipal, otrora comprometidas con esta celebración que hacía parte de la cultura quindiana.

Pero asimismo, no hubo liderazgo ni iniciativa por parte de las organizaciones musicales de Armenia o de la región, ni de músicos independientes para rescatar o hacer respetar este espacio considerado como un símbolo por aquellos grandes de la música que se fueron a la eternidad a hacer parte de los coros celestiales.

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