Estamos ad portas de la campaña electoral para Congreso de la República, atravesada por escándalos enormes, como casi nunca se habían presentado. Para el caso del Quindío, un sector político que tenía grandes intereses en lograr no solo repetir en la Cámara de Representantes, no con dos de tres delegados como lo hicieron en las pasadas elecciones, sino por lo menos con uno, pero, además, con senador, está viendo sus aspiraciones truncadas por causa de los escándalos que lo enlodan.

Sí, a la exgobernadora Sandra Paola Hurtado y a su grupo político de Cambio Radical, los llamados Fucsia en el Quindío, les llegó la hora de los escándalos por cuenta de investigaciones que se les adelanta en Fiscalía y en Procuraduría. Ella, que en principio, después de terminar su periodo como gobernadora, a pesar de haber perdido las elecciones regionales con sus candidatos a alcaldía de Armenia y gobernación del Quindío, tenía planeado liderar listas a la Cámara y aspirar a Senado de la República, esas aspiraciones empiezan a empañarse.

Sus alfiles en la Asamblea Departamental responden ante la Fiscalía por hechos de presunta corrupción. Otros más y ella misma están a disposición de la Procuraduría por presuntas violaciones al principio de transparencia en la contratación pública. Y hoy mismo, la exgobernadora se expone ante un fiscal ante la Corte Suprema a una audiencia de imputación de cargos, con posible medida de aseguramiento. De manera que lo que se ve es la crisis de un imperio político que subió con rapidez, como se dice popularmente, como espuma, pero que, igualmente, se derrumba sin alternativa.

En este marco, habría que pensar cuáles son las posibilidades que tiene el Quindío de ir al Senado de la República, sabiendo que hace varias legislaturas no hay quien nos represente en esa Cámara Alta. Hoy dos candidatos que podrían llegar. Por un lado, el empresario de la construcción Hernando Márquez, pero solo sí su partido, el Centro Democrático, lo incluye entre los primeros 20 de la lista que encabezará el jefe de la colectividad, el expresidente Álvaro Uribe. Si no está entre esos 20, sus posibilidades son casi nulas.

Por otro lado, está la candidatura de la exalcaldesa Luz Piedad Valencia Franco, del partido Liberal, quien necesitaría por lo menos 50.000 votos para competir en la lista de su grupo político. ¿Tiene Luz Piedad Valencia esos 50.000 sufragios? Lo que se ve es que, en verdad, los puede conseguir. Todo el liberalismo del Quindío está con ella. Eso se nota en los concejos municipales, en la asamblea departamental, en la gobernación, en la alcaldía de Armenia, en los líderes de barrio, en la lista de aspirantes a la Cámara por ese partido, y en la de otras listas de otros partidos también para Cámara de Representantes, que la acompañarían. Aunque no sea ella objeto del voto de opinión, ahí también hay sectores que la van a acompañar.

Los expertos en el tema político dicen que Luz Piedad tiene por lo menos 40.000 votos en el Quindío. Le faltarían 10.000, para ese tope de 50.000 que le aseguraría la curul. Todo apunta a que su trabajo en por lo menos seis departamentos, le darían esos 10.000 votos. La exalcaldesa tiene amigos trabajando en el Valle del Cauca, Caldas, Risaralda, Tolima, Cundinamarca, Bogotá y Chocó, incluso, con candidatos liberales a la Cámara en esos departamentos.

Si todo esto es cierto, el Quindío podría tener, esta vez, dos senadores: Hernando Márquez, del Centro Democrático, y Luz Piedad Valencia, del partido Liberal. Qué bueno sería, porque a nuestro departamento le hace mucha falta la representación política nacional.