Hay que prestarles más atención a los mineros artesanales del Quindío y a los volqueteros de la región que el pasado miércoles realizaron una movilización por la ciudad. Su comportamiento fue ejemplar, pues movieron sus volquetas, sus palas y sus familias hacia la ciudad, para contarle a la gente que tienen problemas muy delicados y que los gobiernos local, departamental y nacional no han querido prestarles la debida atención, como tampoco las autoridades ambientales y mineras.

¿Qué es lo que piden los mineros artesanales, entiéndase areneros, y los volqueteros? Que se apliquen por parte de las autoridades ambientales del Eje Cafetero los lineamientos de control y seguimientos para la extracción del material de arrastre, aprobados entre el gobierno y la Federación de Areneros y Balasteros del Eje Cafetero y norte del Valle del Cauca, a raíz del paro desarrollado en la YE (Calarcá), en 1999, en el proceso de reconstrucción del Eje Cafetero.

También solicitan que para el cumplimiento de estos lineamientos se reactive el comité intercorporativo de las corporaciones autónomas regionales del Valle del Cauca, Quindío y Risaralda y se incluya la de Caldas. Además, que las autoridades de control como Procuraduría Ambiental, Contraloría, Defensoría del Pueblo y las administraciones municipales y la departamental sirvan de garantes para que esos lineamientos se cumplan.

La idea con esta petición es que los problemas se debatan y se asuman no por una sola corporación, sino por todas las corporaciones de la región, pues el servicio de venta de arena, balasto y transporte, se presta indistintamente a usuarios (constructores y otros) en el Eje Cafetero y norte del Valle.

Están pidiendo claridad por parte de las autoridades ambientales y mineras frente a la situación de legalidad o no de los mineros artesanales del Quindío. Y lo hacen, porque la Policía y otras autoridades les están solicitando títulos mineros y licencia ambiental a los mineros de subsistencia, cuando eso no está contemplado en la ley. En ese sentido están solicitando que no se les persiga ni se les sancione sin causas justificadas.

Un problema grave para los volqueteros es la falta de sitios para el depósito de escombros, resultantes del proceso de construcción y demolición en el Quindío. Si no hay escombreras, los volqueteros disminuyen su trabajo, pues no pueden transportar este material, y si lo hacen, deben depositarlo en sitios que no están autorizados, generándose un conflicto ambiental y de intereses. Por eso, le piden al gobierno establecer las escombreras.

La protesta de los mineros artesanales dejó claro que no es cierto que en el Quindío exista un monopolio en la explotación del material de río. Allí estuvieron los areneros y balasteros de por lo menos siete sitios del departamento, trabajadores que explotan por su cuenta y riesgo este material de arrastre que deja el río en las terrazas aluviales.

También fue evidente que la explotación de gravas y arenas en este departamento no se hace con maquinaria pesada dentro del río, sino a través de los sedimentos que deja el río, en las terrazas aluviales, respetando el medio ambiente y siguiendo las normas que exige la Corporación Autónoma Regional. Y es allí donde se pide mayor control, pues en departamentos aledaños las grandes dragas se meten al río, lo dañan al extraer el material, que se obtiene mucho más barato, generando una competencia desleal, en términos económicos y ambientales, con los mineros artesanales del Quindío.

Si estos mineros están defendiendo el medio ambiente, si siguen los lineamientos de la autoridad ambiental, hay que protegerlos, y ahí debe actuar de inmediato el gobierno departamental, los alcaldes de los municipios donde se cumplen estas labores, la Policía Nacional, la propia autoridad ambiental y, por supuesto, la autoridad minera nacional.

Estas personas están muy bien organizadas y con el ánimo de dialogar, de defender sus ríos y el medio ambiente. Démosle el apoyo que se merecen.