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Editorial  |  20 noviembre de 2017  |  12:00 AM

El triunfo del Paisaje

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El paisaje no puede ser una postal, ni solo un sitio bonito, sino un espacio cultural, histórico, biodiverso, donde se reconozca la interacción humana y se establezca como principio, en la planeación y el desarrollo de los pueblos, según nos lo ha dicho Pere Sala I Martí, coordinador del Observatorio del Paisaje de Cataluña, España y licenciado en Ciencias Ambientales, participante en el Primer Simposio Internacional “Pensar y Sentir el Paisaje, realizado en Armenia la semana pasada.

En este marco, es necesario comprender el Paisaje Cultural Cafetero, no solo como unas montañas, unos árboles, unas aves y un río. Sin duda, el paisaje es todo lo que compone el territorio, incluyendo las cosas hechas por el hombre, como las casas, las carreteras, los puentes y las edificaciones en general. En la región, estamos acostumbrados a ver el paisaje solo como los lugares más escénicos, o de mayor valor ecológico y ahí hay una gran equivocación del concepto, que debe ser mucho más amplio.

No olvidemos que hacen parte del paisaje los espacios de la vida cotidiana, los espacios agrícolas, los paisajes urbanos y semiurbanos. El paisaje es también una construcción social, que implica una gran carga cultural, llena de valores tangibles e intangibles, que influye en la calidad de vida de la gente y en su futuro. Es por esta razón que la gente quiere sentirse cada vez más protagonista con lo que está pasando en sus paisajes, y tener el derecho de tomar decisiones sobre su entorno, y eso se aprendió en el Simposio de la semana pasada, de la mano de expertos como Pere Sala I Martí y la propia arquitecta Martha Fajardo, nervio y alma del evento.

El pacto por la defensa del Paisaje Cultural Cafetero que firmaron el procurador General de la Nación Fernando Carrillo Flórez, los gobernadores del Eje Cafetero, el alcalde de Armenia, representantes de la sociedad y otros organismos del Estado, ratifica la posición de los diferentes exponentes en el Simposio, en el sentido de que los organismos del Estado y de la sociedad deben comprometerse no solo en la protección de espacios, sino a trabajar en la gestión, la planeación y la intervención, siempre que se haga con un provecho social y colectivo del paisaje.

Por ningún motivo podemos olvidar, en este constructo del paísaje, que la participación ciudadana es fundamental para planificar ese paisaje. El paisaje no puede seguir siendo, en nuestro medio, solo un elemento estético, ni una postal. Como dice Pere Sala, no es un museo ni un fósil, estático, sino algo vivo, que influye en la calidad de vida del ser humano y en su desarrollo.

Por eso, la firma del pacto, el pasado viernes, es un triunfo del paisaje, que se debe extender a todo el país, no solo al Paisaje Cultural Cafetero. Se adquirió allí el compromiso, por parte de alcaldes y gobernadores, de incluir en sus planes de ordenamiento territorial las normas nacionales relacionadas con la defensa y disfrute de los bienes de uso público, de protección del ambiente y de los recursos naturales y culturales (tangibles e intangibles), las relacionadas con la prevención de amenazas y riesgos naturales y la de incorporar los atributos de la declaratoria del PCC en la redacción, revisión o ajuste de los instrumentos de ordenamiento territorial y de gestión. Un compromiso maravilloso, loable, pero que implica mucho trabajo de planificación.

Lo que sigue es la ejecución de un plan de acción en el que los tres departamentos están comprometidos, lo mismo que los alcaldes de todos los municipios de la región según lo dijo el propio procurador. Manos a la obra, plan de acción lo más pronto posible, señores alcaldes y gobernadores.

Hay varios momentos de los diferentes discursos en la clausura del Simposio que queremos destacar. El primero, dos cosas que dijo el procurador: "Hay que cambiarle el chip a la gente de creer que los temas ambientales eran un obstáculo, una limitante, una pesadilla para el desarrollo de muchas actividades económicas y se imponía la mentalidad de los negocios sobre el medio ambiente". Y el otro: “Tenemos que privilegiar los ríos sobre las retroexcavadoras, las palmeras sobre las grúas, y las aves sobre aventuras comerciales. Es vital que se cumplan los acuerdos de paz pero mucho más esencial que cese la guerra contra la naturaleza y el medio ambiente; si tenemos una Colombia en paz con el paisaje garantizaremos la vida”.

También las palabras del gobernador Carlos Eduardo Osorio: "La divina providencia le ha concedido al Quindío no solo su belleza sino la misión de ser la conciencia ecológica del país, por eso estamos obligados a ser coherentes con la naturaleza”. Y, por último, lo que sostuvo el alcalde de Armenia Carlos Mario Álvarez: "Es necesario asumir la responsabilidad de cambiar el enfoque de progreso, para que el hombre, como especie, deje de ser el eje del desarrollo, para que se respeten las demás expresiones de la vida, Hay que mantener un enfoque administrativo biocéntrico en el que el hombre, los animales y la naturaleza se respetan por igual”.

Bienvenidos al Quindío eventos como el Simposio Pensar y Sentir el Paisaje. Son aportes reales a la discusión y conceptualización de temas muy sensibles a toda la población.

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