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Editorial  |  10 marzo de 2020  |  12:01 AM

Malla vial de Armenia, una vergüenza

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No le queda bien al alcalde de Armenia José Manuel Ríos Morales hacerse publicidad por la tapada de un hueco, de 20, de 30 o de 80 como lo dice en su propaganda. Esa es una obligación de la administración municipal y que para ello los ciudadanos pagamos los respectivos impuestos.

“Por su obras los conoceréis” reza la sentencia bíblica de San Mateo. Seguramente si el alcalde hace una buena administración los propios ciudadanos le harán el reconocimiento merecido, y se lo harán, seguramente, no si tapa los 80 huecos sino los más de 300 que no aparecen en el diagnóstico de su equipo de trabajo y se le da prioridad al arreglo de la malla vial.

La actitud del alcalde no es nueva en los mandatarios que han ocupado el primer cargo de la ciudad. Mario Londoño Arcila, que en paz descanse, en su segundo mandato al que llegó por elección popular (Enero de 2001 – diciembre de 2003) mandó a construir un monumento al Camello que ubicó en la glorieta del coliseo del Café como impronta de su paso por la alcaldía. Pero su ego fue más allá, le quiso cambiar el nombre a la avenida 14 de Octubre (que se le dio en honor a la fecha de la fundación de Armenia), por la avenida de Los Camellos.

‘Camello’ era el apodo con el que se hacía llamar el ingeniero Londoño Arcila y que le sirvió en las campañas políticas para obtener el poder. Y no contento con ello ubicó en lo alto y centro de los tubos de las luminarias a lo largo de la avenida 14 de Octubre y de otras, pequeños camellos diseñados en metal queriendo dejar huella de las obras que por obligación le correspondían como administrador de la ciudad.

Otro de triste recordación en este tema es el exalcalde David Barros Vélez (enero de 2005 –diciembre de 2007) a quien en su paso por la alcaldía de Armenia le dio por imprimir su nombre en cada obra que realizaba. Primero estaba lista la losa o placa con su nombre que la misma obra: David Barros Vélez alcalde”. Fueron muchas las que mandó a imprimir y poner, por fortuna las tuvo que quitar, pero aún quedan algunas como muestra fiel de su ego y de la falta de respeto con los ciudadanos de Armenia.

No se puede dejar de mencionar que esta práctica de hacerse publicidad sobre las obras se volvió común en todo el territorio nacional, no se explica el ciudadano común por qué razón en la televisión, la radio, en las redes sociales, en vallas aparecen las realizaciones, los proyectos o las obras de altos funcionarios. Se aprovechan de los ciudadanos que ignoran que con dineros del Estados alimentan sus campañas políticas futuras y todo tan normal, publicidades millonarias que además lidera la propia presidencia de la República y que son tomadas como ejemplo por alcaldes y gobernadores del país y de las cuales las tales veedurías ciudadanas se hacen los de la oreja mocha.

En todo caso señor alcalde, Armenia urge de un mantenimiento de su malla vial serio, profesional. No son sólo los huecos, a los cuales las administraciones de los últimos años nos tienen acostumbrados a tapar con material de mala calidad, al parecer para que dure solo dos o tres meses para volver a dar contratos e invertir recursos por mitad. ¿Cómo no recordar el equipo tapa-huecos los “Cachorros” del alcalde designado Óscar Castellanos Tabares?

No hay que olvidar que los gobernantes tienen reconocimiento para la posteridad por sus grandes obras. En Armenia hay calles y carreras que envejecieron, que se están derrumbando con el paso del tiempo, olvidadas y a la vez convertidas en símbolo de la ineptitud, de la incapacidad, de la incompetencia y de la corrupción de nuestros mandatarios locales. O los alcaldes son sordos y ciegos o jamás se dignan salir de sus oficinas y dejar a un lado sus banquetes para recorrer la ciudad y apropiarse de sus problemas y más en Armenia en donde la movilidad actual requiere de atención especial.

Y es que aparte de la falta de vías hay varias principales y céntricas intransitables, entre ellas por mencionar algunas: la carrera 23 desde el Granada hasta la calle 20, la misma calle 20. La carrera 12 echada al olvido y a punto de colapsar, la carrera 16 a la altura de la calle 21 con 26 avenida República del Líbano, la carrera 17 desde la misma calle 26 hasta la calle 21 y que decir del sector de La Cejita en donde ahora ubicaron guaduas pintadas para esconder los escombros de una obra que se quedó en las promesas politiqueras de nuestros dirigentes. Esas y agréguele la avenida 14 de Octubre desde la estación del Ferrocarril, Miraflores y todo lo que comprende a lo largo de su trazado, la carrera 15 desde la 22 norte hasta la 2 norte, la misma segunda norte en donde hay un cráter fenomenal, las de las zonas de la clínicas, entre otras.

Estas son apenas unas muestras de la urgente necesidad que tiene la ciudad de Armenia de una verdadera intervención de su malla vial. Al norte, en el centro, al sur, en el occidente en cualquier barrio de la ciudad la necesidad del arreglo de sus vías es prioridad.

Armenia infortunadamente denota abandono no solo en su parte social, sino también en lo estructural, es una verdad que no se puede esconder con el adorno de la publicidad de la tapada de un solo hueco.

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