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Editorial  |  04 diciembre de 2017  |  12:00 AM

Quindío, un departamento incompetente

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Es necesario conciliar intereses, propiciar mayor trabajo en equipo

Las cifras no mienten: el departamento del Quindío es cada vez más incompetente frente al panorama económico y social del país. Nos ubicamos en el decimocuarto puesto del Índice Departamental de Competitividad 2017, calculado por el Consejo Privado de Competitividad (CPC) y el Centro de Pensamiento en Estrategias Competitivas (CEPEC) de la Universidad del Rosario.

Según ese estudio, descendimos cuatro posiciones con respecto al Índice Departamental de Competitividad 2016. Este departamento obtuvo una calificación de 4,54 sobre 10, el menor puntaje en los cinco años que lleva la publicación. Lo más sorprendente es que en dos ítems fundamentales en la vida moderna: innovación y dinámica empresarial, sacamos los peores resultados.

En Innovación la calificación fue de 2,51 sobre 10; y en Dinámica Empresarial y Sofisticación y Diversificación, el puntaje fue de 3,83. Las posiciones el ranking nacional fueron de 11 y 16, respectivamente. Esto demuestra tres cosas: en el Quindío no estamos haciendo esfuerzos para que la gente, los académicos, los estudiantes, los empresarios, sean más innovadores. Aquí no hay creatividad. Dos, la dinámica empresarial es la actividad más quedada, más retrasada de nuestro departamento.

Y tercero, estamos, en estos dos rubros, por debajo de todos los departamentos importantes del país, no es sino mirar la tabla. Es decir, estamos mal. He ahí la explicación expedita al grave problema de desempleo que tenemos, y que nos ubica en los últimos ocho años entre los tres primeros lugares del país.

En lo que mejor nos fue es en Sostenibilidad Ambiental, en el único ítem que ganamos el año, pues la calificación fue de 6,37 sobre 10. Y de segundo, la Educación Básica y Media, con un puntaje de 5,79. Después encontramos infraestructura con 5,63.

De todas maneras, estas cifras son muy preocupantes, porque nos dice a las claras que vamos mal. Y que, nuestros dirigentes, políticos y gremiales, se rajaron, lo que cuestiona enormemente su liderazgo y su gestión.

El Índice Departamental de Competitividad, según Rosario Córdoba, presidente del Consejo Privado de Competitividad, “constituye un instrumento fundamental a la hora de evaluar el desempeño de las regiones, ya que permite identificar brechas en el ámbito territorial al tiempo que confirma las principales tareas pendientes del país. Es una herramienta de referencia para que las regiones identifiquen e implementen acciones orientadas al cierre de brechas frente a los departamentos que cuentan con los mejores resultados. De esta manera, será posible lograr mayores niveles de competitividad”.

En el pasado reciente nos quejábamos de la falta de unidad, uno de los males que no nos permitían avanzar. Pero este problema se ha venida superando, especialmente entre el sector gremial, empresarial, alcaldía y gobernación, donde se nota unidad de criterios para el trabajo. Sin embargo, estos sigue distanciados, diríamos que peleados, con un actor muy importante: la autoridad ambiental, la CRQ,

Es necesario conciliar intereses, propiciar mayor trabajo en equipo, acercar la academia, las universidades y los inversionistas. Priorizar las inversiones públicas, para que se construya una mejor infraestructura que abra los caminos de los empresarios y la comunidad. La unión hace la fuerza, dice un adagio popular, que no puede dejarse de lado a la hora de buscar competitividad para el departamento.

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