El traslado de los vendedores ambulantes de perecederos, frutas y verduras, desde mayo de este año, a la plaza de la Quindianidad o plaza del Centro Administrativo Municipal –CAM- se suponía que era temporal, tres meses, pero llegó diciembre y ahí están. Incluso, les dieron nombre: Mercado campesino. Y hay una promoción de sus productos por parte de la alcaldía, lo que no es malo, pues eso ayuda a mantenerlos en el sitio y a no ocupar las calles.

La medida parecía buena, pues recogía todas esas carretas de verduras y frutas que estaban en las principales calles del centro de Armenia y las puso en un solo sitio, donde no estorban para la movilidad de peatones y vehículos. Y lo aceptamos así. Incluso, fuimos proponentes de esa fórmula, pero para que fuera temporal, tres meses cuando más, mientras se construía la placita cuyabra en el lote contiguo al Centro Comercial del Café.

La permanencia por tanto tiempo de los vendedores de perecederos en la plaza de la Quindianidad ha deteriorado el sector, mucho más de lo que estaba, y lo ha convertido en una galería donde pulula la droga, los ladrones, la indigencia y la inseguridad en su totalidad. Además, le presenta un aspecto negativo a una ciudad que se precia ser turística. Y qué decir para los visitantes de la parroquia de San Francisco, que queda contigua a esta zona que se ha deprimido.

Es urgente, señor alcalde, que se inicie en el primer mes del próximo año, aunque estaba prometido para agosto de este año que termina, la construcción de la placita cuyabra. Si no hace en ese mes, tendremos que esperar a que terminen las elecciones presidenciales para poderle dar comienzo a una obra que es urgente en el ordenamiento de la ciudad. Y si pasa ese tiempo de elecciones, llegará diciembre del 2018, y los vendedores de perecederos ahí, en el mismo sitio.

No somos enemigos de los ambulantes, pero tampoco somos amigos del desorden, de la inseguridad, de la venta de drogas y del caos que cobija el ambiente de la plaza de la Quindianidad. No ahorremos esfuerzos para darle solución a este problema, señor alcalde. Que no se salga más de las manos, hay que actuar con diligencia y prontitud. NO vaya a ser que la desazón que hay entre los vendedores de mercancías que fueron trasladados al Centro Comercial del Café, se pegue y crezca entre los vendedores de perecederos, y mañana sea tarde para sacarlos de la plaza y reubicarlos en otro sitio.

Hoy, tenemos perdida la plaza de la Quindianidad y es deber del alcalde rescatarla para todos los ciudadanos.