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Editorial  |  26 diciembre de 2017  |  08:07 AM

Revivir la doble calzada Calarcá La Paila

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Las peleas políticas internas y los intereses personales de algunos empresarios y políticos dieron al traste con el proyecto doble Calzada Calarcá-La Paila, un importantísimo corredor vial para el país y, por supuesto, para el Quindío. En el año 2012 el proyecto estaba listo, elaborado por Odinsa, la para entonces concesionaria de Autopistas del Café, y que le apostaba a un trazado novedoso que unía, incluso, los municipios de la cordillera con la nueva autopista que pasaría por el valle de Maravélez, desde La Herradura, llegando al corregimiento de Barcelona y cogiendo la cordillera por el río Santo Domingo hasta encontrarse con el ordenador vial de Versalles.

Algunos alcaldes y la exgobernadora de entonces protestaron diciendo que el trazado debería de ser por donde pasa la vía actual, es decir, una paralela a aquella. Y empezaron las discusiones, hasta que el gobierno nacional dijo que si no se ponían de acuerdo, no podía empezar la obra. Una obra que tiene un costo superior al billón de pesos. Hasta que llegó el día, en el año 2016, que Odinsa, que vendió la mayoría de sus acciones al Grupo Argos, dijo que ya no hacía la obra. Y nos quedamos ‘mirando p’al morro’.

No lo podemos negar, como lo dijo para ese entonces el gerente de autopistas del café Luis Guillermo Velásquez, que esta es una obra de primerísima necesidad para la economía nacional y todo el tema del desarrollo internacional del país. No hacer esta vía implicaría unos costos de operación de la carretera de La Línea del orden de $4 billones, esto significa restarle competitividad al país y posibilidades de integración internacional.

La obra está suspendida, por el momento, a raíz, inicialmente, de la oposición que hicieron alcaldes y gobernadora y algunos empresarios. Esa pelea nos costará un retraso, de por lo menos 10 años en la ejecución de esta doble calzada. Pero, además, perdimos la oportunidad de tener un nodo logístico en la región, que era evidente por nuestra ubicación geográfica, equidistante del más grande mercado del país, Bogotá, y del puerto más importante de Colombia, Buenaventura.

No podemos olvidar que el 80% del comercio del mundo es de integración, es decir, partes que llegan a determinados nodos logísticos para después ir a sus destinos finales. Ese nodo logístico que pudo haber sido en la zona franca de La Tebaida, se ha ido muriendo con la suspensión del proyecto de doble calzada Calarcá -La Paila.

Se nos olvidó que estamos en la mitad de tres ciudades importantes de Colombia: Bogotá, Medellín y Cali, donde está asentado entre el 60% y 70% del comercio. Hay que aprovechar esa cercanía que tenemos con ellas. Y debemos entrar en las competencias. Las ciudades compiten entre sí, miremos lo que está pasando en Ibagué, Pereira y Cali con el desarrollo de las zonas francas, que han sido posibles por la convergencia entre todos los sectores de esas ciudades, allá debemos de llegar en Armenia, hacer diálogos empresariales. Tenemos que fortalecer esas convergencias, unirnos para hacer del Quindío un destino de inversión. Por eso es importante revivir el proyecto de doble calzada Calarcá-La Paila, para aprovechar la oportunidad de desarrollo.

Infortunadamente, llevamos dos años de estos gobiernos, el departamental y el de los alcaldes del Quindío y nadie ha dicho nada. Hay un silencio total, a pesar de la que ANI ha reiterado, después de la renuncia de Odinsa de presentar una propuesta para la obra, que la doble calzada se hace sí o sí. Lo que no ha dicho es cuando. Y, como alcaldes y gobernador han guardado silencio, también lo han hecho los tres parlamentarios del Quindío. Parece que el interés de estos funcionarios y político es meramente electoral, están empeñados en pequeñeces, pues las obras grandes no parecen interesarles.

Tampoco la Cámara de Comercio de Armenia, ni los gremios de la construcción, ni los empresarios ni las universidades se han vuelto a interesar en el tema. Nos va a llegar la inauguración de la doble calzada de La Línea, con todos sus túneles, y se va a encontrar aquí, pasando el puente helicoidal de Versalles, en Calarcá, con un tapón, que trasladará el trancón de lo alto de la montaña a las calles de la Villa del Cacique.

Señores gobernantes, señores parlamentarios, señores de los gremios, señores constructores y de las universidades, revivamos el proyecto de la doble Calzada Calarcá-La Paila, que es tan importante como el proyecto Túnel de La Línea.

 

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