• SÁBADO,  20 ABRIL DE 2024

Editorial  |  21 marzo de 2018  |  12:00 AM

El fraude con las obras de valorización

0 Comentarios

Imagen noticia

Hay que terminar primero lo que se empezó, sin echarle la culpa a nadie.

Los ciudadanos de Armenia estamos pagando un aporte de valorización por once obras, pero se han terminado cuatro, hay dos en ejecución, se aplazaron tres más y dos fueron suspendidas indefinidamente. Hay aquí un hecho que no cuadra, razonable y legalmente.

Si cualquier ciudadano va a un almacén donde le venden a crédito cuatro televisores, dos neveras, tres estufas a gas y dos equipos de sonidos, con el compromiso de que se los entregan a medida que va pagando, pues no le pueden dar unos y otros no. Y menos sí, por voluntad propia, el ciudadano paga todo de una. No puede el dueño del almacén decirle, le doy los cuatro televisores, de pronto las dos neveras, pero las estufas y los equipos no, cuando ya ha recibido gran parte de la plata. El ciudadano se tiene que ‘embejucar’, y con razón.

En el caso de las obras por valorización en Armenia es igual. Los ciudadanos estamos pagando por once obras, según el acuerdo del concejo municipal que aprobó el cobro y con la proyección financiera del mismo. Pero ahora, nos dicen que solo nos van a dejar hechas seis obras, o máximo siete. Las otras cinco o cuatro, quedarán en el limbo, a pesar de que las estamos pagando y las vamos a terminar de pagar en menos de dos años. Incluso, a los que no han pagado, ya se les va a empezar un proceso ejecutivo de cobro coactivo, para que lo hagan.

Esto, señores, es ilegal. El ciudadano fue convocado a pagar por once obras y el gobierno, que está recibiendo la plata, debe responder por las once obras, no por seis o por siete. De lo contrario, aquí lo que se configura es un fraude. O la administración hace todas las obras convenidas en el acuerdo del concejo, o hace solo seis o siete como parece ser el plan de la actual alcaldía, y nos devuelve la plata de las obras que no hizo.

Lo más grave de esto es la indolencia ciudadana. El ejemplo de la persona que compra los electrodomésticos y se ‘embejuca’ con el dueño del almacén que le incumple, no se repite en el caso de la valorización. Pagamos, con la ilusión de las once obras, pero ahora vemos con desilusión que solo nos van a dar seis o siete. Eso es un fraude, repetimos, porque uno paga por un producto y se lo tienen que entregar, de lo contrario ahí se configura un delito.

Lo más preocupante del asunto es que mientras se le incumple al ciudadano con las obras que se están cobrando por valorización, el alcalde hace un nuevo empréstito para hacer otras obras diferentes y dejar en sitios álgidos una ciudad inconclusa. Eso no es coherente. Hay que terminar primero lo que se empezó, sin echarle la culpa a nadie, sino asumir la responsabilidad que se le dio cuando lo eligieron. Con esta actitud se crea un ambiente de desconfianza con la administración municipal y una cultura de no pago, porqué: ¿Para qué pago cumplidamente la valorización, si finalmente las obras no se van a realizar?

 

PUBLICIDAD

Comenta este artículo

©2024 elquindiano.com todos los derechos reservados
Diseño y Desarrollo: logo Rhiss.net