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Editorial  |  28 junio de 2018  |  12:00 AM

PAE, vuelve y juega

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El próximo 9 de julio, día en que se inicia el segundo semestre del calendario escolar, se reanudará en el Quindío el Programa de Alimentación Escolar, PAE, uno de los más controvertidos del país.

De acuerdo con el gobierno departamental el Quindío ya tiene nuevo operador para dicho programa. “La Bolsa Mercantil de Colombia adjudicó la operación a la unión temporal ‘Semillas de Paz’ por la suma de $5 mil 959 millones, para que sirva 26.566 raciones diarias entre desayunos, refrigerios industrializados y almuerzos entre los niños de las instituciones educativas públicas del departamento. ‘Semillas de Paz’, conformada por la Corporación Regional para la Construcción Social y la Fundación para una Colombia Digna, se encargará de entregar 11.032 almuerzos, 9.473 refrigerios industrializados y 6.061 desayunos calientes servidos en sitio, cada día.”

Llamativa la nueva noticia del gobierno seccional sobre el PAE, igual o parecida a la de mayo, septiembre, octubre y diciembre de 2017, o a la de febrero, abril, mayo y junio de 2018. ¿Noticias falsas?

Ya no sabemos ni siquiera cuáles son los contenidos del PAE. El programa en el Quindío tiene muchas incoherencias y no menos desorganización por parte de las autoridades gubernamentales y en particular de los propios operadores, que con su comportamiento siembran la duda sobre la manipulación de terceros en los recursos del programa.

En todo caso, el programa ha faltado a la verdad poniendo en juego la salud de los escolares, y si se falta a la verdad quiere decir que alguien miente, una de las características principales de la corrupción, las dos, la mentira y la corrupción, tristemente constantes actuales de nuestra cultura colombiana. Y aquel que miente no necesariamente es el gobierno, como pasó en la última licitación, donde el operador estuvo cargado de falencias que provocaron la cancelación del contrato.

El PAE en Colombia, desde su creación ha tenido infinidad de inconvenientes o mejor, anda perdido en el mar de las disculpas y mentiras propias de la corrupción.

Lo que pasa con el PAE en el 2018 no es nuevo. Tanto en Armenia como en el Quindío, el programa ha sido suspendido en otras oportunidades. En el 2016 la Contraloría General de la República abrió investigación en varios departamentos del país, entre ellos el nuestro porque se estaban perdiendo los recursos. En mayo de 2017 en reunión de la Federación Nacional de Departamentos y el ministerio de Educación, los secretarios de Educación del país alertaron sobre la falta de recursos para el programa. En septiembre de ese año fue suspendido en el Quindío y en octubre vuelve y se retoma.

En diciembre de 2017 el gobierno del Quindío a través de su secretario de Educación Álvaro Arias Velásquez manifestó que se garantizaba el PAE para la vigencia de 2018, que este se iniciaría a partir del 29 de enero y que beneficiaría a 33 mil estudiantes de los 11 municipios. Sostuvo que para tan fin se demandaba una inversión de más de 11 mil millones de pesos. “Vamos a iniciar un proceso contractual del orden de $8 mil millones, que son los que tenemos hasta el momento asegurados en el presupuesto por orientación del Ministerio de Educación Nacional,…”

Después dijo que tardaría diez días la adjudicación del PAE, esos diez días se prologaron hasta abril porque se había declarado desierta la licitación, y que había que esperar la selección que debía de hacer la Bolsa Mercantil, hacer observaciones a los pliegos y pare de contar…

Por fin, a punto de terminarse el primer semestre escolar y no contar con el programa, este se asigna al operador Unión Temporal Unidos por los Niños, conformado por la organización Tiempos de Paz, nombre sofisticado que incluso inspiraba respeto. Empezó a operar el 21 de mayo y solo duró 10 días en ejecución a pesar de la revisiones, la selección y la vigilancia en los diferentes municipios de todo un equipo de funcionarios, según la misma secretaría, preparados por para tan fin. De acuerdo con el argumento, el contrato se les canceló porque no cumplieron con los requisitos y cláusulas de los mismos.

Ahora nos llega la nueva noticia de otro operador con otro nombre sofisticado: Semillas de Paz, conformado por la Corporación Regional para la Construcción Social y la fundación para una Colombia Digna, una entidad que proviene de uno de los departamentos de la costa Atlántica, donde este tema del PAE ha sido muy crítico.

Que desfachatez, no sabe uno ya que creer. Este nuevo operador iniciará con la suma de $5 mil 959 millones, para que sirvan 26.566 raciones diarias, dice la nota.

En realidad, dejan muchos interrogantes la implementación del Programa de Alimentación Escolar en Armenia y el Quindío. El primero, es que en el 2016 quedó en veremos o no se justificaron 900 millones de pesos. El segundo y más importante es que si se hace una debida selección y que por ello se tarda tanto en iniciar el programa, por qué se falla en la escogencia del operador.

Sabemos que hubo pérdidas con la cancelación del contrato, muchos alimentos resultaron pudriéndose en bodegas y los contratos de las manipuladoras de alimentos quedaron en veremos. ¿Quién responde? Es posible que el operador cancelado demande al departamento y este tenga que pagar los dineros perdidos.

Al parecer y no deja otra opción, el verdadero objetivo para el que fue creado el Programa de Alimentación Escolar, PAE, en el país, mucho tiene que ver con intereses personales. Hace algunos años no había problema con la alimentación de los niños. En muchas instituciones educativas existían las cocinas escolares donde se pagaba $1.000 semanales por la alimentación de cada escolar. Los pagaba el padre, el vecino, el acudiente y lo patrocinaban muchos profesores de su salario mensual y no importaba si existía o no la jornada única, es decir el estudiante almorzaba así saliera de su jornada para la casa o se quedara en la contraria. Las minutas alimenticias eran rígidas y las manipuladoras de alimentos gozaban de un empleo sin tantas trabas.

¿Qué pasó? Para qué se inventaron el PAE, acaso el mismo gobierno a través de Bienestar Familiar o el Sena es incapaz de implementar un programa serio. Ello deja mucho que pensar.

Y a propósito, ¿en qué paró la investigación que con “lupa” abrió la Procuraduría Regional del departamento contra funcionarios de las secretarías de Educación departamental y municipal por las anomalías que se presentan en el Programa de Alimentación Escolar PAE?

Hay que responder con la verdad y con justicia para poder ganar confianza entre la ciudadanía. Los niños merecen un trato digno, no un ejemplo basado en mentiras y en intereses personales.

 

 

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