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08 agosto de 2018  |  12:00 AM |  Escrito por: Edición web

Con el amor de Rosalba Arias, comunidades indígenas del Chocó salen adelante

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Más que buenas intenciones, es el amor y las ganas de servir a sus semejantes las características que animan a Rosalba Arias Sánchez, para trabajar sin esperar nada a cambio en el acompañamiento que desde hace muchos años ofrece con el fin de sacar adelante a las comunidades indígenas de la selva chocoana.

Su cabeza se volvió blanca yendo y viniendo en medio de los peligros de la guerra, soportó las inclemencias de la lluvia, las altas temperaturas y los riesgos que ofrecen los caudalosos ríos y la selva del Chocó sin darse por vencida, hasta lograr sacar adelante poblaciones sumidas en las necesidades y la pobreza.

El Chocó

Rosalba no esperó a pensionarse luego de toda una vida de trabajo como enfermera en el Instituto de los Seguros Sociales en Armenia, para sumarse al líder indígena Arturo Valencia Carampaima y empezar a trabajar sin tregua por los habitantes de las comunidades del alto San Juan, Tadó, Chocó.

Fue así como organizó la Fundación María Reina de la Paz hace 20 años, contando con el apoyo de sus parientes, para dedicarse al trabajo de voluntariado en el que encontró en una amorosa y solidaria familia italiana su gran soporte.

Se nota en Rosalba la huella del trajín soportado en largos viajes hasta la selva con los rigores del clima, la presencia de mosquitos y otros bichos, aunque también en su sonrisa 20 años después de iniciada la jornada se hace evidente la alegría y la de los seres que ama, tras haber aportado un granito de arena a estas comunidades tan urgidas de una mano amiga, en un país que las tiene olvidadas.

 Décadas

Al mirar atrás parece que el tiempo no pasó, sin embargo, son dos décadas en las que Rosalba ha trabajado incansablemente con las comunidades indígenas en la selva donde además puso en peligro su vida al encontrarse muchas veces con grupos armados ilegales que hicieron hasta lo imposible para desterrarla e impedirle cumplir su cometido.

Su terquedad la impulso a continuar en su voluntariado y a constituir la Fundación, contando con el apoyo de la familia italiana que vino a Armenia hace 14 años e hizo los aportes que facilitaron el desplazamiento desde la jungla del Chocó hasta esta capital de 70 jóvenes indígenas de diferentes comunidades, quienes estudiaron diversas carreras y regresaron a sus comunidades para multiplicar sus conocimientos.

Ahora con toda la fatiga a cuestas y agradecida con la vida por la gran oportunidad que le dio de ayudar, Rosalba expresa su satisfacción al saber que en este momento en el Resguardo de Tarena, que fue donde empezó su trabajo, ya cuentan con institución educativa construida gracias a los recursos que llegaron de Italia y la mayoría de los docentes son los indígenas que se prepararon y fueron a las universidades en Armenia.

Profesores

En la profundidad de la selva en el Chocó todos los días diez docentes de la propia zona capacitados en la universidad, llegados de Armenia imparten sus conocimientos a los niños indígenas, mientras otros diez de la misma comunidad están a punto de terminar sus estudios superiores para regresar al resguardo, esto se ha convertido en un trabajo muy hermoso dice con satisfacción Rosalba quien agradece a su amigo Arturo por permitirle acercarse a estos seres y ganarse su confianza.

Agrega esta líder, que está llegando su final, por lo tanto, hará entrega de todo lo hecho en la fundación a una nueva juta para que sean ellos mismos, los indígenas, quienes hagan su manejo, considera que es el momento de contar con nuevos líderes y la presencia de personas muy capacitadas que puede recibir su legado.

Estudiantes

Recuerda que son 70 jóvenes de ese sector de la selva, que en todo este tiempo han venido a Armenia y se han capacitado, actualmente lo hacen tres que estudian contando con el apoyo de la Escuela de Enfermería Francisco de Paula Santander que les dona becas y a través de toda la historia del programa les ha capacitado 30 auxiliares de enfermería, quienes prestan su servicio a diferentes resguardos.

Su casa es el hogar donde recibe ahora a quienes han venido a estudiar entre ellos un joven que avanza en el grado décimo, porque la fundación no cuenta con presupuesto y los donantes italianos también viven premuras económicas, aunque no quieren que la fundación se acabe, por lo tanto, será entregada a la comunidad indígena con la seguridad de que la sacaran adelante.

Agradecimiento

Rosalba Arias Sánchez, no se cansa de reconocer a la Asociación Esperanza de Corazones en Italia y a sus integrantes Alberto Sanita, a la señora Patricia zarte y a la madre Rosaria, quienes con mucho amor por los indígenas chocoanos, programan en su país, obras de teatro, bingos y apadrinan niños aborígenes a través de la iglesia, con el fin de mantener el presupuesto para sostener la fundación.

A ellos se les agradece la adquisición de la casa-hogar con que cuenta la entidad en Armenia, ubicada en la manzana 15 casa 4 del barrio las Acacias, la cual en este momento se encuentra en alquiler para obtener recursos con destino a su mantenimiento.

Rosalba y Arturo agradecen a quienes de alguna manera han aportado a este trabajo por los indígenas del chocó entre ellos a la escuela de enfermería que siempre ha sido de gran apoya para la preparación de los jóvenes indígenas, con quienes se ha hecho una labor muy bella.

 

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