Tania, la enfermera de las Farc en las selvas del Yarí, pasará navidad con su familia después de 26 años en la guerra

Tania Sarmiento militó durante 26 años en la guerrilla de las Farc, en los llanos del Yarí al mando de Jorge Briceño, alias 'El Mono Jojoy'. Es madre de tres hijas que le criaron sus padres mientras ella se dedicaba a curar a sus compañeros heridos en combate o enfermos en medio de la selva colombiana y a enfrentar a las fuerzas del Estado quienes sin descanso persiguieron al grupo subversivo en esta guerra de más de 50 años.

De paso por Armenia y el Valle del Cauca, donde visitaron familiares y amigos, Tania y su 'camarada' Luis Alberto Jiménez se van acostumbrando a la vida urbana.

Ella lo acompaña en el reencuentro con sus amigos de la Universidad del Quindío, donde cursó licenciatura en Ciencias Sociales, carrera que no terminó porque decidió irse al monte y buscar el cambio del país por las vías armadas.

Ahora, cuando todos lo creían muerto, Luis Alberto Jiménez vuelve a recorrer las calles de Armenia, ciudad que ve muy cambiada, lo mismo que a sus compañeros de clase; todos ya peinan canas, hablan de sus achaques y no pierden la emoción y la sorpresa de ese reencuentro que la vida les ha regalado.

Anécdotas de su día a día en las residencias universitarias, del movimiento estudiantil y de su activismo en la Juco, historias y cuentos que hacía mucho tiempo querían recordar y que la guerra no les permitió, salieron a flote en medio de unos tragos que compartieron hasta la madrugada.

Ahora, con varios años encima se quieren desatrasar; todos tienen la esperanza de lograrlo, aunque para ello se necesitará más tiempo que estos pocos días de paso por Armenia.

Mientras tanto, para Tania esta primera visita al Quindío le deja impresiones positivas de la región, sus paisajes le parecen bellos, la gente amable y todo es muy distinto a lo que está acostumbrada, aunque extraña la vida que llevó durante 26 años en las Farc, organización a la que ingresó muy joven. Ella tiene mucha esperanza en lo que está por venir en el marco del proceso de paz logrado entre el gobierno y la organización.

En la próxima navidad espera reencontrarse con su familia en Arauca y compartir con ellos por primera vez, luego de 26 años de lucha armada, ese es el mejor regalo para ella, para sus hijas, madre, hermanos y vecinos.

Como nunca les ha dado un regalo de navidad a sus hijas, lo primero que hará será entregarle una rosa roja a cada una de ellas, en símbolo de ese amor no expresado antes. Esa será la cuota inicial de muchos otros presentes que quiere darles, pero que todavía no sabe cuáles serán.

Aprovechará para comer -como buena llanera- una mamona asada allá en la sabana, compartir con ellos, bailar, cantar música de su tierra, estar con mucha gente, reencontrarse con sus compañeros de estudio, este será un gran regalo después de tanto tiempo de ausencia.

Espera disfrutar esta primera navidad después de la guerra, en medio de mucha alegría, aunque le entristece no encontrar en casa a su padre, quien falleció hace años y de quien no se pudo despedir.

“Desde hace 4 años que empezó el proceso de paz, las celebraciones navideñas y de fin de año han sido más festivas y de integración, aunque muchos compañeros perdieron sus familias, esa es la dura realidad del conflicto”, dice esta ex combatiente.

Aunque nunca perdió su feminidad, Tania ahora se presenta con el cabello tinturado, un poco de maquillaje, sus manos y uñas bien cuidadas, sin embargo, le cuesta trabajo andar en tacones y falda luego de dejar atrás las botas y el camuflado que durante tantos años vistió.

El morral le dio paso a un moderno bolso en el que carga pocas cosas entre ellas un labial, medicamentos que usa de por vida, el teléfono celular que apenas está aprendiendo a descubrir y un libro.

Esta mujer, Tania Sarmiento, espera que la sociedad colombiana acepte la desmovilización de la guerrilla para que el país por fin viva en paz y se alcance la reconciliación entre todos.