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Editorial  |  16 junio de 2020  |  12:01 AM

De ‘micos’, ‘pupitrazos’ y reversazos

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Lo revelado por EL QUINDIANO el sábado en la mañana, la aprobación de facultades al alcalde encargado para reestructurar la administración, tramitar un empréstito y participar en sociedades públicas y privadas, luego de la sesión en la que se dio vía libre al Plan de Desarrollo de Armenia por el concejo local, fue lo que llevó a que los corporados determinaran algo histórico ayer: revocar los dos artículos adicionados a última hora el viernes y que generaron gran polémica en la ciudad.

‘Micos’ de proporciones colosales y que indignaron a la ciudadanía fueron los advertidos por esta casa periodística, debido a que el señor alcalde encargado Jorge Fernando Ospina pretendía que se le dieran unas facultades, con las cuales tendría un control de la administración municipal para reestructurar y contratar a su antojo.

En el documento radicado en el concejo se observó la inclusión de una autorización temporal para establecer la estructura de la administración, que decía: “En el marco de la actual crisis sanitaria, social y económica COVID-19 y con el fin de generar ahorros, el alcalde podrá por el término de 12 meses modificar la estructura orgánica de la administración municipal y las funciones de sus dependencias; las escalas de remuneración correspondientes a las distintas categorías de empleo; crear, suprimir o fusionar entidades descentralizadas y la constitución de sociedades de economía mixta para adecuar la administración a los requerimientos señalados en el presente plan”.

En este, el señor Ospina tendría, entre otros, la facultad para celebrar contratos y/o celebrar cualquier modalidad de asociación con otras entidades y/o sociedades de naturaleza pública o privada, además adquirir participaciones accionarias o derechos.

De la misma manera, en el otro articulado se autorizaba al alcalde encargado para suscribir convenios y contratos cuya finalidad sería el cumplimiento de los programas y metas del Plan de Desarrollo, y la celebración de contratos de empréstito según los recursos del crédito establecidos en el plan financiero.

El viernes estos dos artículos pasaron sin ningún obstáculo la discusión en el cabildo, quedando incluidos con los numerales 35 y 36. Solo dos concejales, los de la bancada del Partido MIRA, dijeron no en la votación nominal del artículo 36, mientras que otros 16 dijeron sí, como se observa en la sesión virtual del viernes 12 de junio de 2020 contenida en el Facebook del concejo local.

Infortunado que los corporados ‘a pupitrazo’, ahora virtual, hubiesen dejado pasar el viernes sin un debate riguroso estas modificaciones del mandatario encargado, y más lamentable que ayer lunes, algunos hayan argumentado en la discusión de la revocatoria de los dos artículos, que no habían conocido ni leído de fondo el contenido de lo solicitado por el señor Ospina, cuando fueron puestos a consideración el 12 de junio.

EL QUINDIANO avisó en su nota del sábado titulada ‘¿Mico en el Plan de Desarrollo? Facultan al alcalde para reforma administrativa, empréstito y participar en sociedades privadas’, del actuar del concejo y del alcalde encargado, que a última hora puso a consideración sus artículos y pasaron sin ninguna traba, para que dos días después los corporados reculen ante la polémica que se generó entre la sociedad armenia. Este reversazo parece estar motivado más por los miedos de lo que se les podía venir en materia de investigaciones, particularmente penales y disciplinarias, que en haberse concienciado, luego de un juicioso análisis de lo inoportunas que pueden ser las facultades pedidas por el alcalde encargado. Varios de los concejales, si se permite la expresión, se ‘acomodaron’ en la sesión de ayer, a pesar de haber votado sí el viernes.

Los entes de control tienen la tarea de estudiar lo que pasó en el concejo de Armenia, por eso es ininteligible que el concejal Felipe Villamil haya afirmado ayer: “Los concejales que votamos a favor estos artículos caímos en cuenta del error y lo corregimos teniendo en cuenta lo que representan estos dos artículos para la administración municipal por la complicada situación financiera y estructural. Por ende, el proyecto de acuerdo reposaba en el concejo y no había sido enviado a sanción, en este sentido los dos ponentes del proyecto por medio de una proposición solicitaron que se pusiera en consideración de la plenaria la revocatoria de los artículos polémicos; proceso que se surtió en la mañana del lunes 15 de junio, saliendo aprobado por la mayoría de los concejales”.

Los 13 ediles que recularon e hicieron la enmienda propuesta por los corporados ponentes Francis Javier Rodríguez y Rubén Darío Melo, fueron: Richard Gutiérrez, Christian Fernández, Felipe Villamil, Jhon Fredy Cerón, Álvaro Jiménez, Yony Toro, Mónica Marín, Jhon Echavarría, Jhonny Vargas, Julián Acosta y Ulises Puentes, mientras que Hugo Aristizábal, Stefany Gómez, Javier Angulo, Brayan Naranjo y Diego Cardona se mantuvieron en el acuerdo para que los artículos polémicos siguieran su curso.

Pero, ¿por qué generaron malestar los artículos que solicitó incluir el burgomaestre encargado? Ante todo, preocupante que se le hubiesen dado las facultades para una reestructuración administrativa, porque si bien incluiría la evaluación de la permanencia de algunas entidades que muestran desgaste e inviabilidad, como Fomvivienda o la Edua, entre otras, y que son fortines de las cabezas de turno para sus apetitos burocráticos, lo cierto es que el ejecutivo, que está en un encargo, podría mover sus fichas para sacar a funcionarios y así ubicar a los suyos o a los que ordenen sus jefes políticos. Se abriría una ‘feria de cargos’, en una administración que viene descuadernada por los malos manejos de sus anteriores titulares, y la ingobernabilidad que ello ha suscitado.

Inquieta además la urgencia de tener autorización para crear empresas de economía mixta o vincularse con sociedades públicas y privadas, pues no es un secreto que son muchos los intereses de inversionistas en negocios como el acueducto, alcantarillado y el aseo. Ya Armenia ha tenido experiencias aciagas con privados como Servigenerales y Enelar, que fueron entregadas en la administración del difunto Mario Londoño Arcila, y que años después y por luchas ciudadanas retornaron al municipio. ¿Quiere el alcalde encargado habilitar el escenario para futuras privatizaciones?

Entre tanto, incomodó a los ciudadanos que se insinúe un nuevo empréstito -el que ineludiblemente caerá sobre los contribuyentes-, si aún no se ha desenredado lo de la contribución de valorización, la terminación de las obras prometidas, y los $70.000 millones que se pidieron prestados para terminarlas, para ahora considerar otro crédito por un valor similar. Señor alcalde encargado, ya muchos recursos se han perdido por los malos manejos y abusos de unos cuantos funcionarios y particulares que le metieron la mano a los armenios, como para que se siga endeudando el municipio y queden las obras sin siquiera comenzar. ¿En serio, usted quiere gestionar ese empréstito, sabiendo que su encargo es temporal y que por ello no le permitiría estar al frente de todo el proceso de ejecutoria y por consiguiente de la finalización de las obras? ¿Cómo les garantizaría a los armenios que esos dineros no se volverán a perder entre anticipos, funcionarios, contratistas, interventores y demás?

Y es desconcertante para los armenios no comprender las reales acciones de quien fue designado para llevar la suspensión de tres meses del alcalde titular José Manuel Ríos Morales, puesto que se percibe que ellas responden a órdenes emanadas desde instancias superiores que tienen en su agenda no contribuir a paliar la crisis administrativa que agobia a Armenia sino aprovechar ‘el cuartico de hora’ y ‘pescar en río revuelto’ para saciar sus apetitos burocráticos y contractuales.

No menos es la responsabilidad de la junta directiva del municipio, es decir su concejo e integrantes, especialmente de los cinco concejales que mantuvieron su posición de mantener los dos artículos derogados, que con sus ligerezas y escaso compromiso social y corporativo, han aportado para que la ciudadanía desconfié más de ellos y de sus instituciones, dejando en el aire un aroma rancio de desatinos, burocracia, desconocimiento y complicidad con aquellos que se ‘frotan las manos’, como si la administración municipal de Armenia estuviera a merced de los avaros de poder.

Los pasos en falsos pululan desde el Centro Administrativo Municipal, y el alcalde encargado, así como los concejales, tienen que dar las explicaciones respectivas no solo a los entes de control sino especialmente a la ciudadanía, que exige decisiones sabias, honestas y concebidas solo para el beneficio de todos los armenios, no ‘micos’ que favorecen a los que se han aprovechado de lo público y sus recursos. Las veedurías ciudadanas, los medios de comunicación y las ‘ías’ no deben cesar en su función social y hay que fortalecerse para seguir desenmascarando a quienes soterradamente quieren desfalcar nuestras administraciones.

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