El tema del proyecto Turístico y Cultural de la Estación del Ferrocarril de Armenia se ha convertido en un caballito de batalla político, en el que afloran mucho más las mentiras que las precisiones reales sobre el predio. Están aprovechando una falla legal que cometió un funcionario del gobierno anterior, el gerente de la Empresa de Desarrollo Urbano –EDUA- para hacer politiquería en época de elecciones.

La primera mentira: Se perderán $11.000 millones. Esto no es cierto. Dicen los que consienten y arrullan políticamente esta mentira, que se perderán los $6.000 millones que el Fondo Nacional del Turismo, -Fontur- había destinado para este proyecto: mentira. Fontur nunca hizo esa apropiación, averígüenlo, hablen con los directivos de Fontur antes de emitir esta falsedad. Lo único que había con Fontur era la recepción del proyecto, donde se le pedía a este fondo su financiación, su aporte de $6.000 millones, pero la división técnica y financiera de la institución lo negó desde mayo de 2015. Lo grave es que en estos dos años no se ha hecho ningún esfuerzo para volver a presentar el proyecto con los argumentos suficientes para que se apropie esa partida. Es decir, eso no ha existido nunca, ni siquiera la promesa.

El complemento de la mentira está en los $5.000 millones restantes, para completar los supuestos $11.000 que se perderían. Dicen que se invirtieron en la adecuación de los parqueaderos, los huecos que se hicieron. Mentira. Al contratista se le adelantaron $2.000 millones para la obra, y cuando la empezó e hizo los agujeros, el ministerio de Cultura la paró, por la falla mencionada, dirigida por el exgerente de la EDUA, que cambió de sitio para realizar esos parqueaderos. En otros términos, en esa obra no se han invertido aún más de $1.500 millones, que no se han perdido, porque el contratista tiene la disponibilidad de continuar la obra cuando lo autorice el ministerio de Cultura.

La otra gran mentira que se está manejando es que no se puede ejecutar el proyecto Turístico y Cultural de la Estación, dizque porque Invías no va a ceder un lote de la estación. Está claro que todo el complejo de la estación, incluyendo los lotes adyacentes, fueron comprados por el municipio de Armenia en diciembre de 1996, según lo prueban las siguientes matrículas inmobiliarias que aparecen en la Oficina de Registros Públicos, a nombre del Municipio de Armenia. Presentamos los bienes inmuebles adquiridos con su respetiva matrícula inmobiliaria. Estación del ferrocarril de Armenia, 280-118946; Campamento 1, 280-118947; Campamento 2, 280-118948, Campamento 3, 280-118949; Campamento 4, 280-118950; Campamento 5, 280-118951; Campamento 6, 280-118952, Campamento 7, 280-118953; Campamento 8, 280-118954; Bodega 1, 280-118955; Bodega 2, 280-118956; Bodega 3, 280-118957; Bodega 4, 280-118958; Casa 1, 280-118959; Casa 2, 280-118960; Casa 3, 280-118961; Lote 1, 280-118962, Lote 2, 280-118963; Cárcamo, 280-118964; Garaje, 280-118965; Carbonera, 280-118966; Bascula, 280-118967 y Embarcadero, 280-118968.

El proyecto no son solo los parqueaderos, sino que incluye todo el complejo, donde está la propiedad del municipio de todos estos lotes. Por eso, incluso, se podría buscar otro lote para los parqueaderos.

La otra mentira es que no hay solución al lote del parqueadero. Sí hay solución, jurídica, si se acogen a la escritura de compra donde la misma se hizo como cuerpo cierto, es decir, que incluye lotes adyacentes que no están necesariamente descrito en un documento público. Como es lógico, los Ferrocarriles Nacionales tenía en escritura todos los lotes, pero no las vías férreas, que pasaron, en la venta al municipio, a ser parte de ese convenio de cuerpo cierto, que son ahora los terrenos de los polémicos parqueaderos. Por esta razón, en una reunión privada de empresarios en la Cámara de Comercio de Armenia con el director de Invías y el propio Ministro de Transporte, a la que tuvimos acceso, estos funcionarios fueron enfáticos en afirmar que había soluciones, y era cuestión de sentarse a conversar.

Es una lástima que un tema tan importante para la ciudad se haya llenado de mentiras, falsedades, falacias, solo con el propósito de utilizarlo como caballito de batalla en la presente contienda electoral.