La gran responsabilidad de tener un senador del Quindío no solo reside en los ciudadanos como tal, sino en los dirigentes de los propios partidos. Nuestro departamento tiene la posibilidad de tener, en estas elecciones del domingo, tres senadores, si hubiera más sentido de pertenencia de parte de esos dirigentes de los partidos.

Casi seguro se da la elección de Aideé Lizarazo en el Senado, por la contundencia de sus militantes del partido político Mira, que votará unido, sin competencia, con disciplina, en el Quindío, pero también en Caldas y Risaralda por esta mujer de Calarcá. Es el Eje Cafetero eligiendo a su candidata que, por fortuna para el Quindío, pertenece a nuestro terruño.

El otro caso es el de Luz Piedad Valencia. Casi todo el partido Liberal está con ella en el Quindío, excepto la competencia que le pusieron sus propios amigos de ayer, con el actual parlamentario de Antioquia Julián Bedoya. Es una lástima que a este Bedoya nos lo quiera imponer el propio alcalde de Armenia Carlos Mario Álvarez y su esposa Luz Patricia. Bedoya es un personaje cuestionado por su cercanía con políticos condenados por paramilitarismo, con alcaldes corruptos destituidos en Antioquia, por mentir reiteradamente, cuando estuvo en el Ejército con el robo de un arma y con su inexistente diploma de abogado. Es una lástima, decimos, que además concejales y diputados liberales tengan esta alianza non santa, que, seguramente, terminará perjudicándolos. Sin embargo, el grueso del liberalismo está con la señora Valencia quien, seguramente saldrá elegida senadora. Y si no, los únicos responsables de que el Quindío no tenga senador son los propios liberales, el alcalde, su mujer y los concejales y diputados que no solo traicionan el partido, sino la ciudad y el departamento. Bedoya, como Varón Cotrino o como el propio Uribe, jamás serán senadores del Quindío.

El tercer caso es el del empresario Hernando Márquez Aristizábal, un hombre con todas las condiciones intelectuales y el empuje empresarial que le puede prestar un gran servicio al Quindío desde el Senado de la República. Sin embargo, en su propio partido, el Centro Democrático, muchos prefirieron buscar otros candidatos, ni siquiera al propio Álvaro Uribe, sino otros. Pareciera que no les importara el Quindío, que no entendieran la importancia que representa para la región, primero, pero también para el partido en lo local, tener un senador.

Hernando Márquez tiene una gran posibilidad de ser senador, pues en la lista del Centro Democrático, los últimos elegidos serán aquellos que tengan 20.000 votos, incluso menos. Por eso, si los uribistas del Quindío aman a su tierra, deberían pensar en elegir su propio senador y darle el voto a Márquez. Si los antiguos dirigentes de la colectividad se niegan a hacerlo por celos o por personalismos, las bases del partido sí debieran pensar más en el Quindío y en la importancia que tiene para nuestra región tener una representación en el Senado de la República.

El Quindío podría tener tres senadores este domingo. Si lo logra, los ciudadanos militantes de los partidos y el voto de opinión tienen enorme responsabilidad en ello; si no, los responsables directos son los dirigentes de esos partidos, a quien les pueden más sus propios intereses personales que los de la ciudad y el departamento.