El domingo, los argentinos eligieron a su próximo presidente, el ultraderechista Javier Milei.

Milei obtuvo casi el 56% de los votos, derrotando a Sergio Massa, ministro de Economía y peronista, quien obtuvo el 44% de los votos. Milei ha hablado eufóricamente ante sus seguidores, prometiendo que desde ya comenzaba la reconstrucción y el fin de la decadencia de Argentina. En su mensaje, el nuevo presidente dio la bienvenida a todos los que quieran sumarse a la nueva situación del país.

Recordemos que su campaña política fue fundamental en redes sociales, con repercusión en los jóvenes y se basó en promesas como la de una dolarización de la economía argentina, "prender fuego" al banco central y eliminar la obra pública, o ideas como la mercantilización de los trasplantes de órganos.

También ha dicho que limitaría las relaciones diplomáticas con China y Brasil, los principales socios comerciales de Argentina, porque no hace "tratos con comunistas". Además, Milei es antiderechos, ya que dijo que se oponía rotundamente al aborto y prometío hacer un plebiscito para lograr un retroceso en el tema, le ha declarado la guerra abiertamente a las iniciativas que buscan la igualdad de género, bajo la frase

“No voy a pedir perdón por tener pene”. Según esto, lo más probable es que elimine el ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad.

La mayoría de los argentinos votaron por Milei porque ven en él, una forma de expresar su frustración frente a una realidad económica y política, que les resulta desagradable desde hace mucho tiempo, sin importar su ideología; pero hay otras personas que se sienten preocupadas y asustadas con la llegada de Milei al poder, exponiendo en redes sociales frases como: “Perdón a las madres y a las abuelas de la plaza de mayo por haber elegido a los amigos de Videla”.

En Colombia, la derecha se llenó de alabanzas a Milei, mientras que la izquierda llenó las redes de críticas. Lo cierto es que este podría ser el comienzo de una nueva ‘vuelta de tuerca’ en América Latina, ya pasó en Ecuador, y qué decir en El Salvador, como también en Perú. Lo más seguro es que, en dos años, Colombia seguirá por esta misma senda, y ya están en el partidor ultraderechistas como Milei y Bukele, que, además, ganaron muchas alcaldías y gobernaciones en las elecciones pasados, como es el caso del exvicepresidente Germán Vargas Lleras.

A la larga, no importa si un país lo gobierna la izquierda o la ultraderecha, lo que importa es que lo gobierne bien. Lo que preocupa es que se extremen las privatizaciones, como lo ha prometido Milei, y que desaparezca lo público, para seguirle dando paso al capitalismo salvaje, donde solo importa la ganancia, la utilidad, el interés económico, arrasando con los derechos humanos y aplastando aún más a los más pobres de cada país.

Ahora en la Argentina hay una gran dosis de optimismo de un sector mayoritario. Sin embargo, conociendo los antecedentes del nuevo presidente, uno se podría preguntar: ¿Qué ira a pasar con el loco Milei? Amanecerá y veremos.