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La Guaca  |  01 abril de 2021  |  12:00 AM |  Escrito por: Edición web

CARTAS DESDE LA VILLA DE VIDALES

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Carta de Libaniel Marulanda:

“Señor director: Una nota escrita por el suscrito – repito: mayor de setenta y esperando la vacuna- sin pedirlo ni esperarlo mereció toda la lora en la sección la Guaca de la semana pasada. Y hay que decirlo aquí: publicar esa nota informal fue un impulso de su señoría, sin que mediara nada distinto a la espontaneidad y desvergüenza con que suelo escribir, al amparo de mi avanzada edad combinada con una confesa y probada ignorancia, sumada a un reprobable antiuribismo que en el Quindío equivale a un pecado contra natura.

Es que la lora… ¡Ah, qué buena es a ratos! Mire no más cómo se visten las muchachas poetas o los músicos. La lora es un pecado inconfesable, mortal y vergonzoso, con el que soñamos a veces los inéditos “escritores” de pueblo. Sí: aquellos – lo dice la experiencia- que cuando llega un escritor de renombre nos apresuramos a obsequiarle el librito medio chimbo de nuestra autoría, editado con nuestros ahorros bien habidos, como por ejemplo tocando tangos toda una noche por 100 mil pesos, durante centenares de chisgas.

Y lo de medio chimbo no se reduce al librito, sino al esfuerzo por salir de la invisibilidad. Es que quienes nos las picamos de artistas, ante todo somos tan vanidosos como ilusos y nos autocomplacemos con la pendejada de creer que los famosos van a dejar de leer los libros bien escritos, y mejor apadrinados por las editoriales y los medios, por leer a los escritorcitos de provincia como uno. Vea usted y dígame, señor director, si picárselas de artistas no entraña –valga el neologismo- una sobredosis de mensedad.

Mejor dicho, tras vanidosos… mensos. Y ahí vamos.

En todo caso, gracias por ese baño de tinta virtual en El Quindiano.com.”

Y llegó Dianita

Y sigue la carta de Libaniel…

“¡Ah! Y cuídese de que el medio conducido de manera tan digna por su persona alcance el dudoso honor de ser el medio regional más chiviado. Ojo, que ahí le va un ejemplo fresquito:

A Diana Giraldo – Dianita, comenzaron a llamarla para acortar distancias burocráticas- la nombró el alcalde de Armenia hace por lo menos 48 horas y El Quindiano.com …nada de nada, por lo menos mientras le escribo esta agradecida y medio lambona nota. ¿De qué la nombró? Pues de directora de Corpocultura, una entidad que hace como seis meses quedó decapitada y su entonces directora caminando por el filo de fallo judicial con ribetes punitivos. ¡Ay hombeee!Lo que se alcanzó a oler en el ambiente de Armenia – por favor, no hablo de las cacatecas públicas bajo los puentes- es que Dianita llega en medio del beneplácito porque tiene realizaciones qué mostrar. Una, no más: El Yipao y todo lo que cargan vehículo y luchas por preservar el patrimonio. Y como uno habla del paseo… A todas estas, le cuento que – y no es por lamber- es una de las diez personas que han mirado con benevolencia cierta canción que hace treinta añitos le hice a ese “guapo cantar de acero parido en extraños lares”, el yipao. Que, además no les gusta, no conocen los yiperos y, menos aún, nuestra ubérrima audiencia de la payolizada radio. Pero, bueno, con la bendición de Dianita y Martha Usaquén –poeta de mis gustos ella- ha sido suficiente para no morir de ineditez – vivan los neologismos- .

Derecho de petición sin contestar

La carta de Libaniel al final:

“Y ahora sí, para terminar, vuelvo y le cuento: en junio del año pasado le formulé una petición formal a Corpocultura, y a la manera como se le muestra el crucifijo a Drácula- cité, como todo un ilustrado intelectualito, el artículo 23 de la Constitución Política de nuestra ubérrima patria. Pasados diez meses – un mes más de lo que tarda un muchachito en llegar a este valle de m… lágrimas- nada de nada. Nunca me contestaron.

“Y qué hicites vos”, me dijeron por ahí: Pues, le instauré a Corpocultura una queja ante la Procuraduría Provincial, el cinco de octubre del año pasado. ¡Erdaaaaa! , pensar que en esa benemérita entidad – de blancos cabellos ahora, pa rematar- trabajé los últimos 29 años de mi vida laboral…

En la queja, no solo emitía mis ciudadanos chillidos por el desacato a mi derecho de petición sino que pedía que se investigara el ligero desliz ético y legal de un señor Andrés Carvajal, que ha sido Juez y parte en la conocida práctica de contratar a dedo, porque él es representante legal de los músicos ante ese entidad y además miembro de la Junta directiva de Corpocultura. ¡Pan y pedazo muerde el jayanazo!

Y hasta hoy, nada de nada. Dizque la recibieron, eso sí, y creo que es cierto porque tengo un adhesivo que da cuenta de esa diligencia.

Señor director: ¿Cuánto quiere que apostemos a que primero vacunan a todo el Quindío, antes de que la “Procu” diga algo?

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