En la Cumbre de Gobernadores que se llevó a cabo en julio de 2018 Camilo Romero, gobernador de Nariño, denunció ante Iván Duque, recién electo presidente de Colombia, asesinatos sistemáticos y amenazas contra líderes sociales y contra él mismo. Hoy, un año después, el mandatario de los nariñénses ha sido amenazado en cuatro ocasiones, convirtiéndolo en el único gobernador del país en padecer esta situación. Respecto al tema, el gobernador indica que “son temas insoportables para lo particular y lo familiar, pero reflejan la postura del porqué ocurren estas cosas, no es una justificación, esto no es natural y no debe pasar, pero tenemos posturas distintas; defendemos el territorio, el ambiente y a la gente y esto tiene unas implicaciones”.

Vergüenza de la democracia

Para Romero, la situación de los líderes sociales se convierte, además del dolor y el drama familiar, en una de las vergüenzas más grandes de la democracia Colombiana ante el mundo y debe parar. “Refleja unos intereses políticos y económicos que no entienden el valor de la democracia, el valor de ser distintos y respetarnos en esas diferencias. Prefieren la eliminación física del otro, matarlo antes de ceder en las condiciones”.

Cabe resaltar que Nariño, según el informe de Medicina Legal, ocupa el tercer lugar, después de Cauca y Antioquia, en asesinatos de líderes sociales, ante lo que Camilo Romero denuncia que no hay una respuesta estructural del estado para dar paso a esta “vergüenza histórica” como él mismo la nombra.

El glifosato no es la solución

En repetidas ocasiones el gobernador de Nariño ha sido noticia por su talante para oponerse vehementemente a la fumigación de cultivos ilícitos con glifosato, iniciativa del gobierno central, frente a este tema Romero es enfático al afirmar que la solución es la sustitución de cultivos, por lo que desde su gobierno ofreció al nacional 100 mil millones de pesos para adelantar proyectos de este tipo, pero desde el 18 de mayo se encuentra a la espera de una respuesta.

“Hay que entender esto más allá de la lógica de la criminalidad: campesinos pobres que reciben máximo 450 mil pesos por una hectárea al mes mientras el estado nos les brinda oportunidad de nada. Está claro que necesitamos entre todos acabar con el narcotráfico y estos cultivos, pero el debate es el cómo y el porqué”.

Tres aspectos

Camilo Romero plantea tres motivos por los que la aspersión con glifosato no es una salida viable:

No es eficiente: en Nariño se fumigó durante diez años tres millones setecientos mil litros de glifosato y ¿Qué paso? Se incrementaron los cultivos de uso ilícito casi en cuatro mil hectáreas.

Es dañino: Colombia lo reconoció cuando concilió con Ecuador en el año 2013 y le pagó 15 millones de dólares por una demanda que le había puesto el país vecino por los daños causados en su territorio por aspersión.Si el estado colombiano reconoce y paga para conciliar es que reconoce el daño que se ocasiona. 

Es más costoso: Fumigar con glifosato es más costoso que la sustitución de cultivos de uso ilícito. Además, el fenómeno se va desplazando.

“No atacamos gobiernos, defendemos a la gente”

Par el gobernador es evidente que sus posturas políticas y las de gobierno son contrarias, “pero a Santos también le dije lo que le tenía que decir en su momento, dice que hizo la paz en Colombia pero se le quedó por fuera Nariño con desplazamientos y muertes violentas. No atacamos gobiernos, defendemos a Nariño y a su gente. Hay que trabajar juntos, quien asuma hacer gobierno debe hacerlo para todos, no puede trabajar solo para un sector político.

Relaciones con el gobierno central

“Hemos podido trabajar sin inconvenientes con varias dependencias del gobierno. Tener posturas distintas no puede ser impedimento para trabajar de manera conjunta, una democracia fortalecida es donde distintas voces son gobierno, lo otro es autoritarismo, es dictadura. Si impiden la diferencia le cierran la puerta a la democracia y eso es lo que ha pasado en Colombia. Los conflictos aquí son producto de la exclusión.

Balance de gobierno

Camilo Romero Recibió el departamento en segunda categoría y lo entrega en primera. Recibió el departamento en el puesto 23 en el índice de desarrollo fiscal, que mide el manejo de los recursos, y ahora está en tercer lugar. Recibió el departamento en Ley 550, y después de 17 años se pagó la deuda y es hoy un departamento fortalecido. “No tenemos ni una deuda con un banco, el siguiente gobernador va a tener un gobierno cero kilómetros con mayor inversión social”, destacó.

Otro de los logros del gobernador es el ejercicio y puesta en práctica de un gobierno abierto y de innovación social. El único gobierno abierto de Colombia certificado es el departamento de Nariño. Solo 20 gobiernos regionales hacen parte de la Alianza para el Gobierno Abierto en el mundo, cumpliendo con unos estándares internacionales por sus buenas prácticas en transparencia, participación y colaboración.

Ciudadanías emergentes

Para Romero, el compromiso con la defensa de los territorios se ha venido replicando en distintas zonas del país abriendo el camino a nuevas ideas y nuevos gobiernos, por lo que se muestra optimista ante un nuevo poder, el de la ciudadanía que viene siendo para él lo más cercano a la democracia: “que decidan los ciudadanos y no los pequeños círculos de poder que se toman lo público”

Vea más sobre estos y otros aspectos en la siguiente entrevista con Camilo Romero, gobernador de Nariño