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Región  |  21 diciembre de 2019  |  05:01 AM |  Escrito por: Edición web

La Forcha, traída de otro poblado, se hizo barcelonesa de sabor y corazón (Parte I)

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Por Humberto Vélez y Daniel Cruz

Centro de Historia de Barcelona (Q)

Nacida fuera del poblado-en Barragán pero con raíces indo boyacenses- entre 1960 y este 2019 la Forcha se ha hecho barcelonesa de sabor y corazón; a Barcelona la trajo Don Luis Edinson Young hace más de medio siglo y aquí la rebautizó y la crió y la mejoró hasta darle su esencia técnico-gastronómica actual, así como su contextura, color y sabor definitivos. Esto no obstante, aquí en el Quindío y acullá de él, han sido muchos los llamados forcheros, que han experimentado con ella, unos primeros sugiriendo complementarias y oportunas especias mientras que unos segundos ensayando caprichosos agregados con los que quizás la han desvirtuado.

Por todo lo anterior y al considerar que en la mejora técnica y gastronómica de la forcha han participado muchas personas, podemos decir que, destacando de entrada el empeño tesonero, tenaz y persistente de Don Edinson, esta sabrosa y cremosa y agridulce bebida ha sido el producto de una muy simpática construcción social realizada en el corregimiento de Barcelona. Entonces, tenemos ahí otro acápite importante de la Primera Parte de la historia del Caserío que, con Daniel Cruz, hemos denominado “El desenjalme de mulas y la dormida en un mismo sitio como origen sociológico del derecho a poseer una chagra con vivienda incluida”1.

Tal como veremos, al traerla a Barcelona, Don Edinson la instaló en el mismo sitio donde todavía la tiene, en una casa kiosko que con el tiempo denominó “Las Delicias” ubicada en la salida del poblado al lado de la anterior vía nacional entre Cali y Bogotá; a un lado de su vivienda-negocio se instalaría más tarde “Alfredo” quien, en la actualidad, con un sonrisa permanente colgada en sus labios, en un restaurante ya clásico en el Quindío, la ofrece a centenares y centenares de turistas ya como aperitivo ya como sobremesa de su ya famoso “SUDADO MONTAÑERO”. En realidad de verdad, que casi nadie pasa por Barcelona sin irse con el cremoso y agridulce sabor de la forcha acariciándole el corazón.

Narrar la historia de la Forcha y de sus travesuras constituye el objetivo específico de este escrito.

Primera parte de la historia de la Forcha.

En el transcurso del 2018 no nos fue fácil conversar y charlar con este tan ameno Don Edinson pues, por razones de salud, ya no es el entusiasta hombre público que por tradición ha sido. Pero, un día en el mismo sitio donde se instaló inicialmente, nos lo sentó a la mesa su hijo Luis. Al hablarle del motivo de la Entrevista, nos contó que sus abuelos le habían dicho que la Forcha había sido creada en Barragán en su parte valluna, por allá en 1896; que allí la había degustado siendo niño y que en ese poblado la hacían de un

“lúpulo de trigo y cebada cernida con bastante agua con lo que producían una colada de color azafrán a la que le echaban panela y azúcar; su sabor era fuerte y algo amargo; la tomé desde niño. En los principios de 1960 cuando le compré a un pastuso un negocito de venta de forcha, en Armenia un vaso costaba dos centavos”.

Entonces, de acuerdo con nuestro informante, harina de trigo, cebada, agua, panela y azúcar eran los componentes infaltables cuando la producían en Barragán.

Enseguida, a grandes trazos y dando muchos saltos temporales, nos contó algo sobre la historia de su vida. Siendo todavía joven, de Barragán, por liberal, había sido expulsado cuando un compañero de Escuela, hijo de un terrateniente, le había dicho,

“Vé perro, para no matarte es mejor que te vayas, lárgate enseguida del poblado”.

Entonces se había marchado a otro sitio donde una abuela y más tarde, cuando tenía 17 años, andariego, había llegado a la finca de su padrino de bautismo que quedaba en el Corregimiento de Barcelona donde se había dedicado a trabajar en labores agrarias. Pero, pronto, habiendo aprendido ya a manejar, se había enganchado a manejar un camión de reparto.

“Andando en esas, continuó, en los inicios de 1960 conocí a un pastuso que tenía un puestico de venta de forcha, que quería vender; entonces renuncié al manejo del camión y con la liquidación le compré al nariñense la carreta de forcha. Este me instruyó en asuntos de su fabricación y venta. Pero, durante unos meses pasé las verdes y las maduras, pues tenía que arrastrar la carreta hasta Barcelona donde vivía hasta que un poco después con el nombre de “Las Delicias” instalé mi negocito en mi casa que era todavía una choza; todo fue en este sitio en donde ahora estamos”. Después, tras mucho trajín y algunos importantes cambios, fuimos avanzando hasta este 2018”.

En el transcurso de la Entrevista Don Edinson se mostró altamente agradecido con el negocio, pues la forcha, en un primer momento les había permitido sobrevivir, y después, habían podido vivir mejor y hasta educar a los hijos. Y en efecto, uno de ellos – graduado en tecnología agroindustrial y en derecho- acaba de ser elegido como Alcalde de la Tebaida para el período 2020-2024: un amplio sector de la población, lo hemos palpado, espera mucho de su inmediata gestión en una “Alcaldía Alternativa”.

Entonces, para el señor Young, si se utilizaban los adecuados componentes básicos y las mezclas se hacían en las proporciones gastronómicamente debidas y si se colocaba especialmente cuidado en una adecuada fermentación, el proceso de fabricación era relativamente sencillo. Esto no obstante, casi todos sus productores han rodeado el proceso de mucho misterio, secretismo lo llamamos, y otros han abusado ya en sus componentes como en la especias añadidas.

 

NOTAS

 Vélez Humberto y Cruz Daniel, Centro de historia local de BARCELONA, 2019.

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