Por/ Ana Catalina Velilla Moreno

Es bien interesante. El resumen, luego de leer los análisis de grandes pensadores mundiales sobre el momento de la humanidad, enseña algo básico: por fin la prioridad es unirnos. A todo nivel.

Y en nuestro departamento por fin vamos por el camino que es. Estamos juntando gente, empresas, entidades, e iniciativas para fortalecer el Quindío frente a estas circunstancias que nos trae la pandemia, las más desafiantes luego del terremoto. Por fin estamos aprendiendo a trabajar juntos para lograr avanzar en una articulación vital, porque de la productividad del campo depende el bienestar social en el Quindío y ese resultado sí está a nuestro alcance.

El camino ha sido FOLU que es una coalición para la alimentación y el uso del suelo, organización internacional que trabaja en Bogotá y el Quindío, principalmente. Tiene tres líneas de acción: “paisajes productivos y regenerativos”, “mercados y emprendimientos con propósito” y “cultura de alimentación saludable”. Para FOLU, Quindío es piloto a nivel nacional y Colombia es piloto a nivel del mundo. Es decir, acabamos siendo el punto focal.

Al comienzo de esta pandemia, FOLU llamó a gente relacionada con este sector; productores pequeños y medianos principalmente. Con el horizonte de la soberanía alimentaria, nos invitó a unirnos -y continúa invitando-, porque somos muchos los actores relacionados con el campo, aunque seamos el departamento de menor área del país.

FOLU nos plantea rutas puntuales para salir adelante en un sector agropecuario regenerativo. Es decir una agricultura y un negocio pecuario que no sean devastadores de nuestros recursos. El suelo, el agua, el aire…. son el patrimonio actual y futuro y ser “regenerativos” implica producir inteligentemente y de forma más rentable, sin acabar con la salud de los humanos y del ecosistema.

El primer paso es reconocer que no estamos entrenados para trabajar unidos. Hay que implementar nuevas metodologías, sencillas y eficientes para conseguir esa unión y hacerla permanecer y mejorar en el tiempo. Existen esas propuestas y hay testimonios de que funcionan extraordinariamente bien en países que se han ocupado de fortalecer los equipos de trabajo. Una de esas metodologías -y la que mejor he visto operar-, es la Sociocracia también llamada Gobernanza Dinámica.

Agradezco y valoro el movimiento que FOLU ha generado con entusiasmo y tenacidad. Es igual que sembrar y luego cosechar, con la conciencia de que es un proceso a corto, mediano y largo plazo.

¿Qué hemos logrado como victorias tempranas de un buen número de voluntarios de FOLU entre los que me encuentro? :

Ubicar y hacer visibles a muchos actores que hacen parte de las tres líneas de acción.

Apoyar proyectos innovadores, uno en especial formulado para cientos -e incluso miles- de productores que se encuentran aislados en el territorio, porque no se han juntado en una base de datos y tampoco se les ha preguntado (ni tampoco sugerido), qué quieren y qué pueden producir.

Hemos iniciado la articulación de personas y distribuidores directos de alimentos, para que los que siembran los contacten y tengan la mejor rentabilidad, gracias a un mercadeo asegurado y sin intermediarios.

Integramos un grupo de asesores técnicos para unificar criterios de protocolos de siembra óptimos, también para supervisar la correcta fabricación de bioinsumos, la cosecha y el procesamiento agroindustrial.

Todo de manera orgánica, que sin duda es la más rentable, como nos lo comprueban los productores certificados de café orgánico, que ganan más que los que siguen botando su plata, su suelo, su salud y su agua, con el uso de agrotóxicos que envenenan a las abejas y a toda la biodiversidad.

Juntarnos es la opción inteligente. FOLU como iniciativa funciona. Bienvenidos todos, sigamos construyendo masa crítica y pa´lante!