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Columnistas  |  15 abril de 2021  |  12:00 AM |  Escrito por: Aldemar Giraldo

¿Es Halal o Haram?

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Aldemar Giraldo

Aldemar Giraldo Hoyos

Tremendo lío se formó en Indonesia al empezar la vacunación contra el Covid-19; la vacuna de la empresa china, Sinovac, requiere la aprobación de los reguladores de seguridad y de un influyente consejo religioso (Consejo de Ulemas), el cual debe emitir un decreto, o fatwa, autorizando el uso de la vacuna, pero la naturaleza de sus conclusiones podría afectar la aceptación de la misma en Indonesia, especialmente entre los muchos musulmanes conservadores del país. Dos términos juegan un papel preponderante, a saber, halal (aceptado bajo el islam) y haram (prohibido bajo el islam). Bebe saberse que Indonesia tiene 270 millones de habitantes y es el país del sudeste asiático con mayor número de infectados y de muertos a causa del Covid-19.

Debido a la intromisión de la religión en el gobierno y las decisiones de Estado, en el año 2018, durante un brote de sarampión, el gobierno, respaldado por la Organización Mundial de la Salud, emprendió una ambiciosa campaña de vacunación, pero la única vacuna disponible en cantidades suficientes contenía derivados de cerdo. Después de muchos análisis y discusiones, el Consejo de Ulemas la declaró haram (prohibida), pero autorizó el uso, ya que se trataba de una emergencia nacional; algunos líderes musulmanes locales se opusieron a la utilización de la vacuna y quedaron 10 millones de niños sin vacunar (28% de la población infantil) y los resultados son ya conocidos. Me viene a la memoria mi época de bachillerato; sólo se podían utilizar como textos escolares aquellos que tenían la autorización de la Iglesia, lo cual se expresaba con la frase “níhil óbstat” (Expresión latina que significa ‘nada se opone’, ‘no hay objeción’, usada como fórmula con la que el censor hace constar la aprobación eclesiástica de un libro para su publicación), acompañada de la autoridad eclesiástica regional o nacional; afortunadamente, la Constitución del 91 garantiza la libertad de cultos, de enseñanza y de cátedra.

A propósito de la vacuna china, CoronaVac, es producida por una empresa privada, llamada Sinovac y tiene, como insumo principal, muestras de coronavirus de pacientes chinos; inicialmente se consideraron muestras de distintos países, como Gran Bretaña, Italia, España y Suiza; el coronavirus se cultivó en riñón de monos y su desactivación se logró con una sustancia llamada beta-propiolactona; en este estado los coronavirus ya no pueden replicarse, pero sus proteínas quedan intactas; el paso siguiente es mezclar los virus inactivados con adyuvante a base de aluminio, este tiene la función de estimular el sistema inmunitario para potenciar la respuesta; a continuación, los investigadores extrajeron los virus inactivados y los mezclaron con una pequeña cantidad de un compuesto a base de aluminio llamado adyuvante. Los adyuvantes estimulan el sistema inmunitario para incrementar su respuesta a una vacuna. Ya que los coronavirus de la CoronaVac están muertos, pueden inyectarse en el brazo sin causar COVID-19; una vez dentro del cuerpo, algunos de los virus inactivados son tragados por un tipo de célula inmunitaria llamada célula presentadora de antígenos y en ese momento se inicia la producción de anticuerpos, gracias a los linfocitos presentes en nuestro organismo (B y T). El proceso total lo he resumido para hacerlo más digerible a aquellos lectores que no tienen formación en Ciencias de la Salud; el fin es eminentemente didáctico.

Nadie puede decir todavía cuánto dura esa protección; es posible que el nivel de anticuerpos disminuya con el paso de los meses, sin embargo, el sistema inmunitario también contiene células especiales llamadas células B y T de memoria que podrían retener información sobre el coronavirus durante años o incluso décadas.

Según la última prueba, realizada en Turquía, Coronavac cuenta con un 83,5% de eficacia evitando contagios y con el 100% a la hora de prevenir hospitalizaciones y muertes.

Para terminar, les hago saber que esta es la vacuna que recibí hace 10 días; no hago propaganda, no me interesa; los viejitos que hacían fila conmigo me hicieron pensar en la necesidad de escribir algo al respecto, pues sus comentarios y afirmaciones hacen temblar a un elefante o a un hipopótamo. Hay muchas razones para hacernos vacunar, la principal, salvar la vida de los demás y descongestionar los crematorios.

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