Por Álvaro Ayala Tamayo

Ya no hay que preguntar si Irán y Corea del Norte algún día serán potencias nucleares. La pregunta es: ¿para cuándo estas dos naciones tendrán bomba atómica? Aupados por China y Rusia no cesan en su empeño para mantener activas sus centrifugadoras de última generación y enriquecer uranio por encima del 20 por ciento de pureza, el permitido no puede pasar del 3.67.

Por estos días, representantes del gobierno del presidente Joe Biden reanudaron conversaciones con Teherán para concluir que todo ha sido constructivo. No entendemos ese lenguaje porque los negociadores no están cara a cara, hoy jueves en Viena, sitio del encuentro. Todo se desarrolla a través de terceros, del llamado grupo 5+1. Alemania, Francia, Reino Unido, China, Rusia y EEUU.

Los iraníes exigen que les levanten las sanciones que les impiden vender petróleo y negociar en los bancos internacionales. Si con Irán el asunto es complicado con la Corea de kim Jong un (8 enero 1984) todo es peor. El dictador no admite conversaciones sobre ese o cualquier otro tema. Su política cerrada solamente se abre cuando lo pillan o hace ruido con sus ensayos nucleares. Con el expresidente Trump se dio la mano, pero al mundo le hizo pistola con los dedos de los pies. Al presidente Biden ya le hizo recibimiento con sus explosiones y nada pasó. O tal vez sí. Su política nuclear sigue y el resto del mundo se queda callado porque no hay quien lo detenga.

A ese inmanejable problema hay que sumarle otro igual de grave. Kim Yo Jong (26 septiembre 1987), la hermana del líder, jefe del único partido político y quien ha tomado el mando del botón nuclear. Su temperamento es muy explosivo, aseguran quienes de cerca han tenido la oportunidad de observarla. A ella nos tendremos que acostumbrar y con el transcurrir de los días cobrará notoriedad. Su emblemática figura prácticamente equivale a la primera dama del país. En este caso con poder y decisión. Hace un mes se despachó contra EEUU y aunque no le contestaron no se puede ignorar porque los especialistas explican que es el relevo inmediato de su hermano en caso de alguna contingencia. Familia unida, dispara unida. ¿Cómo cambiará el mundo cuándo sean pares con las demás potencias nucleares? Los hermanos norcoreanos están demasiado jóvenes, significa que estarán al mando de su nación por muchos años. Con las expectativas de vida mejorando y la protección que tienen tranquilamente estarán en el poder durante los próximos cincuenta años. Eso garantiza la continuidad de todos sus planes.

No se puede olvidar que personas de esas condiciones solo se retiran cuando la muerte les llega. Corea del Norte es propiedad de esa familia y manifiestan que es otro modelo de democracia a la que en occidente no estamos acostumbrados. Actualmente Pyongyang sufre una terrible hambruna tras el cierre total de sus fronteras con China para evitar la pandemia del coronavirus. Kim pidió a su pueblo amarrarse el cinturón como la única alternativa para superar la crisis, pero cuando subió al atril su exagerado peso demostró que el consejo no es para el mofletudo líder.

Lo más grave de esta disputa atómica apunta al caos antes que a las soluciones. Israel está dispuesta a dar la batalla. El Mossad (central de inteligencia israelí) fue acusado por Irán del saboteo a su planta nuclear de Natanz, el pasado domingo. También gritaron venganza. En Tel Aviv saben que cuando Teherán y Piongyang tengan bomba nuclear siempre apuntarán contra Israel. Como están las cosas el pacto atómico está más próximo a explotar que a mantenerse. En las últimas horas el régimen de los ayatolas amenazó con aumentar el enriquecimiento de uranio hasta un 60 % por lo que llamó terrorismo nuclear a su base de Natanz, la más avanzada que tienen. Prometieron reconstruirla y fortalecerla. Los poderosos no están jugando con candela, están manipulando una bomba atómica.