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Columnistas  |  07 mayo de 2021  |  12:00 AM |  Escrito por: María Nelly Vanegas Agudelo

EL CAMINO RECORRIDO POR EL ICBF

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María Nelly Vanegas Agudelo

María Nelly Vanegas Agudelo

El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) fue creado en el año 68, buscaba dar respuesta a situaciones como, las problemáticas que presentaban las familias: abandono de niños, incumplimiento de obligaciones de los padres, desnutrición, reconocimiento de los hijos y otras dificultades que afectaban a la sociedad colombiana en ese momento.

Su trabajo se encamina, a fortalecer la integración, el desarrollo armónico de la familia, proteger al menor de edad y garantizarle sus derechos; para ello, desarrolla acciones de prevención y de protección.

En sus orígenes, su propósito fue cuidar de la niñez desamparada. Hoy en día, su misión es mucho más ambiciosa; después, de un largo recorrido en el que numerosas entidades, convocadas por el Instituto y diversos profesionales que trabajaban en distintas instituciones con niños y niñas, conformaron una amplia red de trabajo, liderados por el ICBF en cabeza de sus directores regionales, fueron construyendo un proyecto que se fue integrando a nivel nacional, hasta darle la forma a un sin número de propuestas que buscan la protección de los derechos de la infancia y adolescencia.

Su misión, está encaminada a prevenir y proteger de forma integral a la infancia y adolescencia; así como, fortalecer a los jóvenes y las familias, brindando atención a las mismas y evitando la vulneración de sus derechos, restituyendo los mismos en los niños, niñas y adolescentes.

Los primeros años después de su creación, estuvieron marcados por la construcción y definición de sus programas; innumerables talleres, grupos de estudio, lecturas de documentos, que el Instituto iba ensamblando acompañado de profesionales del mismo: abogados defensores, psicólogos, trabajadoras sociales, nutricionistas, y personal de entidades que atendían en diferentes instituciones; para ello, se conformaron mesas de trabajo con propuestas y discusiones de las mismas, hasta darle forma a los planes de atención para los menores, hoy día, niñas, niños y adolescentes.

Se consolidaron equipos que diseñaban y socializaban estrategias en el marco de la atención integral, al interior de los diferentes establecimientos

Organizados los programas, se realizaba el acompañamiento a las instituciones que por la época atendían niños y niñas por diferentes razones, se iban implementando, haciéndoles seguimiento a los mismos y capacitando continuamente el personal de dichas instituciones

Es así, como se trabajó sobre los derechos fundamentales de los menores, determinando los principios rectores que orientarían las normas de protección de los mismos, tanto para prevenir situaciones irregulares como para corregirlas.

Igualmente se definieron las situaciones irregulares bajo las cuales pudiera encontrarse el menor; a la vez que se entraron a determinar las medidas que debían adoptarse con el fin de protegerlos. Para ello, se estableció la competencia y los procedimientos para garantizar sus derechos en situaciones como custodia y cuidado de los menores, medidas de protección y atención básica, y adopciones, entre otras

También se trabajó en aquellas situaciones en que los menores eran autores o partícipes de una infracción penal, estableciendo la actuación procesal de manera tal que se garantizaran los derechos de los mismos

Se dio forma así, a la reglamentación de la normatividad para los adolescentes en situación irregular frente a la ley; por ese entonces, enfrentados a una normatividad confusa, que estaba diseñada para los adultos y por lo tanto vulneraba los derechos de los adolescentes

Se realizó todo un trabajo con entidades gubernamentales y judiciales y su personal, para establecer, organizar y reestructurar los servicios encargados de proteger al menor en situación irregular, realidad que en principio fue ardua dadas las concepciones que se tenían frente a las actuaciones de los menores en situaciones frente a la ley, Es así como se constituyó el Código del Menor en 1889 que trató sobre los derechos del menor, las situaciones de abandono o riesgo para los mismos, la competencia y procedimientos que se debían seguir y la actuación de las figuras de los defensores de familia y de los juzgados de menores

Todo esta labor va cobrando cuerpo después de varios años con la Ley 1098 de 2006, con el nuevo Código, en el cual ya no se utiliza la palabra menor por considerársela discriminativa, cambiando a Código de Infancia y Adolescencia, empezándose a hablar de niños, niñas y adolescentes reconociéndoselos como sujetos de derechos; garantizando el cumplimiento de los mismos; frente a su amenaza o vulneración y la seguridad de su restablecimiento inmediato.

Estos conceptos se materializaron en el conjunto de políticas, planes, programas y acciones que se ejecutan en los ámbitos nacional, departamental, distrital y municipal, con la correspondiente asignación de recursos financieros, físicos y humanos.

Incluye esta nueva legislación perspectivas de género, étnica, cultural y etaria. Pero el trabajo no concluye en esto, sino que se amplía mucho más, abordando la familia directamente, aspecto que en los comienzos no se hizo, Y es así, como se trabaja en la prevención y vigilancia de la violencia intrafamiliar mediante una estrategia intersectorial dirigida a apoyar a los individuos, las familias y las comunidades, a través del trabajo sobre principios y valores de convivencia, dotando a los núcleos básicos familiares de instrumentos para resolver los conflictos de manera pacífica.


El trabajo se va expandiendo, a todo aquello que implica tener una vida digna, involucrando aspectos como la salud y bienestar físico, mental y social.

Busca la nueva normatividad el derecho al desarrollo, entendiéndolo como la cualificación de las capacidades de todos los niños niñas y adolescentes mediante el aprendizaje a través de la educación.

Contempla además, la ciudadanía entendida como el derecho a pensar y a expresarse libremente, así como a ser tenidos en cuenta y jugar un rol activo dentro de la comunidad y la familia.

Otro aspecto que tiene en cuenta, es el de la Protección Especial, vislumbrando el derecho de los niños, niñas y adolescentes, a ser cuidados y protegidos, frente a condiciones como: el desplazamiento, situación de calle, violencia intrafamiliar, consumo de sustancias psicoactivas, delito sexual, trabajo infantil y afectación por minas antipersonales

Es mucho el camino recorrido, grande el trabajo realizado desde que se concibió el Instituto para proteger a la familia y actuar sobre las problemáticas que allí se daban.

Han sido muchas las personas que desde sus saberes aportaron para que a partir de la Constitución del 91, la semilla plantada por Cecilia De La Fuente de Lleras entonces primera dama de la nación, diera sus frutos a través de una infraestructura que cobijara ampliamente a la niñez y la familia en la garantía de la protección de sus derechos

Todavía queda camino por recorrer, pero que como dice la canción de Serrat.”Caminante no hay camino se hace camino al andar”

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