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Columnistas  |  12 junio de 2021  |  12:00 AM |  Escrito por: Darío Tobón Montoya

LA VIDA SENTIMENTAL DE CARLOS GARDEL (1ª.parte)

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Darío Tobón Montoya

Ayer y hoy al compás del tango

Por Darío Tobón Montoya

Escena de Las rubias de Nueva York

Esta es la primera crónica de varias que se publicarán en forma continua, relativas a Carlos Gardel con motivo de cumplirse el aniversario 86 de su muerte, ocurrida el día 24 de junio de 1935.

Comenzamos con una cita textual: “después de actuar se venía con nosotros que trabajamos hasta las 4 am. Cada noche él aparecía con una mujer distinta. Hay veces que mejor sería que algunos se metieran la lengua en otra parte, los que dicen que Gardel era maricón. Qué mujeres ¡qué damas! así yo también hubiera querido ser maricón.”

Estas palabras fueron dichas por el cantante Ernesto Famá quien había viajado a París en 1928, haciendo parte de la orquesta de Osvaldo Fresedo para presentarse en los cabarets El Garrón de Manuel Pizarro, Lido, Ambassadeur, los más elegantes de la ciudad luz.

En estas palabras de Famá se resume el concepto dividido que sobre la sexualidad de Gardel ya existía en ese entonces y que aun persiste. Yo trataré en este escrito de dejar en claro las cosas.

MADAME JEANNE (LA RITANA)

En un contexto cronológico, situémonos en el año 1911. El dueto Gardel Razzano, todavía desconocido, cenaba en el restaurante de Madame Jeanne. De allí, en alegre grupo partieron para el Armenonville, el sitio más elegante de diversión nocturna que tenía en ese momento Buenos Aires. Allí cantaron y fueron contratados, dándose inicio a una exitosa carrera del dueto que duró casi 15 años. Retrocedamos un poco: ¿Quién es Madame Jeanne? Así se hacía llamar la propietaria de un elegante prostíbulo-restaurante frecuentado por los bohemios distinguidos de esa época.

El nombre en francés le daba distinción a ella que realmente era italiana, llamada Lucia Camba, que había llegado a Buenos Aires a fines del siglo XIX con la compañía de Enrico Carusso como cantante. En la capital se quedó y fundó su famoso lugar, al que Gardel no fue por casualidad. En rigor mantuvo con ella larga y conocida relación íntima. Fue la mujer de los múltiples nombres: Giovanna Ritana, Jeannete, La Ritana. El pianista Julio Pollero, que tocaba en ese lugar, fue testigo de esa relación que se continuó hasta los tiempos del noviazgo con Isabel del Valle. Enterada de ese affaire, Isabelita fue a contactarla y ella le confirmó lo que todos decían. Como una aventura sin trascendencia Gardel lo admitió. Como prueba de amor un día la Ritana le regaló una perrita pekinés ¡ y Gardel se la donó a su vez a Isabel! Ella respondió: el asunto con la Ritana te lo perdono. Eso sí te exijo que te lleves la perra.

Hay versión de que el atentado en el que Gardel recibió un tiro en el tórax el día de su cumpleaños 11 de diciembre, de 1915, tuvo que ver con la relación anterior que tenía la Ritana con un individuo de apellido Garesio, malandrín dueño de lenocinios a quien se le atribuyó el atentado.

LORETA DARTHES

“La Equilibrista”. El circo Brown fue el más famoso de los principios del siglo en Buenos Aires, con un inicio de lujo y de calidad. Debido a los muchos años de existencia fue teniendo una lenta y progresiva extinción. En sus tiempos de gloria, llegó una bella y esbelta jovencita en 1911, procedente de Portugal. Se trataba de Peregrina Otero (Loreta). Sus atributos físicos y profesionales llegaron a oídos de Gardel quien siempre manifestaba su tendencia por las mujeres jóvenes. A principios de los 20 iniciaron estrecha relación, confirmada por los dos, que alcanzó hasta el noviazgo con isabelita. Tranquilamente la equilibrista decía: “ella es la novia y yo soy la mina” (amante).

PERLA GRECO

Española, actriz de teatro, arribó a Buenos Aires y en esa ciudad tuvo lugar el encuentro con El Zorzal. Perla lo confiesa: “nos quisimos muy pronto. Los dos éramos alegres y bohemios. (sic.)”. En la Argentina la relación fue corta a causa de su pronta partida hacia España, donde se reencontraron: “llevábamos nuestro amor en secreto”. Preguntada como había muerto ese amor, dice que él se marchó en 1931 para dar inicio a su serie de películas.

GLORIA GUZMÁN

La primera película de Gardel en Francia fue Las Luces de Buenos Aires filmada en 1931. En ella la principal actriz era Gloria Guzmán. Era una bonita mujer muy graciosa. Gardel tuvo mucha simpatía por ella. A pesar de haberse comentado con insistencia un romance entre ellos, no hay prueba fehaciente de la ocurrencia de tal situación.

LA EXÓTICA IVONNE GUITRY

Hace muchos años, leyendo al azar capítulos del libro Rayuela de Julio Cortázar, encontré un corto capítulo con el siguiente encabezado: esta narración se la hizo su protagonista Ivonne Guitry a Nicolás Díaz, amigo de Gardel en Bogotá. En ese momento no comprendí la importancia de los dos personajes que allí intervenían ni de las circunstancias en que se producía dicho encuentro. En esta crónica espero dar claridad sobre ello. Nicolás Diaz, un destacado empresario bogotano, era el representante para nuestro país de la Paramount, que financiaba la correría promocional de Gardel y su grupo. Como tal, le tocó encargarse de toda la logística del arribo y la permanencia de Carlitos y su comitiva en Bogotá. Y aquí viene el interrogante: ¿Cómo supo Diaz que Ivonne estaba en Bogotá y la entrevistó? Y ¿Cómo llegó a Bogotá Ivonne cuando el sistema más fácil para hacerlo era un largo viaje trasatlántico desde Buenos Aires?

Escuchemos a la Guitry: procedía de familia de clase intelectual húngara que tras la primera guerra mundial quedó sin fortuna. A sus 16 años contrajo matrimonio con un príncipe asiático que la contagió de enfermedad incurable (Sífilis) se separó y quedó con considerable fortuna. Inicia en Paris vida de exceso a sus 18 años y se entrega a los placeres. Iba sola a los cabarets. Comienza el consumo de cocaína y morfina. Tras presentación de tangos conoció a Gardel en París en 1928 y surgió intima relación: “mi alcoba azul que conoció todas las nostalgias de un alma sin rumbo, era ahora un verdadero nido de amor. Era mi primer amor.”

Ivonne dirigía la famosa tienda de modas parisina Paquín, siendo considerada La Reina de la moda. Los amigos de Gardel la llamaban La Marquesita. Gardel serio y estricto en sus asuntos amorosos, comenzó a sentirse insatisfecho con la actitud excesivamente posesiva de Ivonne y comienza a alejarse. Parte hacia Madrid y allí le llegó La Marquesita. Años después viajó con ella a Buenos Aires. Ivonne decía que el tango Madame Ivonne había sido compuesto en su honor. En la capital argentina se quedó la Guitry entregada a sus negocios en la moda, despechada por el adiós de Carlitos. No volvieron a verse. Coinciden en Bogotá sin haber ningún encuentro. Para el día que viajaba Gardel a Cali en el avión de Saco, Ivonne tenía pasaje también para esa ciudad, pero en la otra empresa de aviación Scadta en vuelo directo.

Ella creía que de pronto se hubiera salvado si él hubiera viajado con ella. Al informarse de su muerte intentó suicidio ingiriendo pastillas.

LA ÚLTIMA CENA

El día antes de su partida de Bogotá, Nicolás Diaz invitó a Gardel y a un selecto grupo de personajes a una cena en reconocido restaurante. De forma intempestiva, superando los controles, llegó hasta el reservado donde comía Gardel, una joven desaliñada, de mirada desorbitada y al límite del llanto le dijo: he venido a salvarlo. No suba usted a ese avión. Gardel ya había vivido en diferentes ciudades situaciones similares y no le dio importancia a la advertencia.

Escribiendo esta crónica se me ha ocurrido que la extraña confluencia de personajes, en una ciudad semialdeana, en las alturas de los Andes, alrededor de un personaje único en ese momento en el mundo, daba para escribir una truculenta historia. Veamos:

a) Nicolás Díaz, el permanente compañero del cantante, que sabía de la amante, la exótica y hermosa rubia húngara, pues la había entrevistado y no propició un encuentro entre ellos.

b) Ivonne Guitry, que casualmente o no había llegado a esa ciudad y que, teniendo un pasaje sobrante para viajar a Cali en vuelo directo en otra línea, no buscó a Gardel.

c) La joven mujer, de mirada abrasada por el fuego, que veía una dentadura perfecta, la misma que ella contemplaba en las fotografías, brillando sobre un ardiente suelo (por la dentadura fue identificado el cadáver calcinado de Gardel). Y que fue a suplicarle, a ese morocho engominado, que no tomara ese vuelo.

d) Y el sublime cantante, que ajeno a estos aconteceres se veía dueño de la empresa grabadora y fílmica más grande de Buenos Aires, en continua repartición de su gloria por todo el mundo, cuando culminara esa gira promocional tan exitosa.

PRINCIPALES FUENTES.

Rayuela de Julio Cortázar.

Gardel- La biografía. J y O Barsky

Armenia, junio 11 de 2021

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