Por: Café

Sin temor a equívocos, puede afirmarse que todos hemos escuchado “Juanito preguntón”, pieza muy tradicional en las parrandas de navidad y final de año.

Para desahogarnos de la presión que generan los medios de alta alcurnia con sus innegables sesgos políticos, convertimos al preguntón de Los Graduados en un irónico personaje contestón. Su misión, voltearles la torta a los manipuladores de opinión que no perdonan pantalla en medios y en las manoseadas redes de expresión masiva.

Dice el maquiavélico Cepeda: “En el bombardeo de las fuerzas del gobierno contra campamento de las Farc, murieron abatidos cuatro menores. Vamos a denunciar esa masacre ante instancias internacionales”. Contesta Juanito: –Excuse, che Iván, con su admirable sentido humanitario, ¿también denunció usted a sus amigos farianos por reclutar violenta e ilegalmente a esos menores y exponerlos a muerte segura?

Dos jesuitas en el ring. Petro, que sin pedirle permiso a Jorge Mario, ¡ay Papa! pone a Jesús como su socio político. Y Ordóñez su destituidor, inquisidor siglo XXI. El de Colombia “Humana” condena, ¡siglos después!, los genocidios de la Iglesia y su desalmada Inquisición. Juanito contesta con lo dicho por Alejo de la Santísima Virgen: –Ole, Gustavo de Jesús, además de magistrados, civiles, soldados, policías y niños, ¿a cuántos indígenas asesinó su M-19?

El presidente de Colombia, se abrió de piernas para cuanto venezolano quiera radicarse en nuestro país y nos aventó a tremendos riesgos. Les dio garantías y derechos por encima de los colombianos. Pese a eso, la vicepresidente veneca jura que llevará a Iván ante la CPI por “exterminio de venezolanos”. Y que el asesinato de dos chamitos será denunciado ante CIDH. Juanito contestón mete la cucharada: –Oiga, desagradecida Delcy, vocifere también ante ese tribunal por los cientos de colombianos muertos a manos de sus paisanos, por robarles el celular o la bicicleta. No se quede callada ¡denuncie!

Los aguacateros foráneos traídos por “gestores” de desarrollo, hacen ochas y panochas con nuestro territorio y sus campesinos, sus cultivos y sus ganados. La autoridad ambiental, investiga, tramita permisos tardíos y, con ellos, legaliza los atropellos de los nuevos conquistadores. Juanito contestón no se queda callado: –Y, ¿cuándo van a investigar a los promotores locales de este incalculable e irreversible desastre ambiental, disfrazado de desarrollo y progreso?

Una de esas instituciones dedicadas a defender derechos de criminales protesta con virulencia porque cientos de presos hacinados en nuestras cárceles “duermen tirados en el piso y eso es inhumano”. Juanito contestón habla duro: –Olvidan los escuderos de esos prisioneros que muchas de sus víctimas -huérfanas de justicia- duermen bajo tierra, muertas de frío. ¡Y no se quejan tanto!