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Columnistas  |  22 enero de 2022  |  12:00 AM |  Escrito por: Jair Castro López

DE ÁNGEL ..ES . ARCÁNGEL..ES. QUERUBIN ..ES..

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Jair Castro López

Por Jair Castro López

 

Los actos de contrición tardíos, no redimen, remarcan la voluble condición humana, como una constante que socaba la credibilidad y permea el carácter de quienes ejercen con liberalidad responsable, el criterio misional de presentar al escrutinio ciudadano, conceptos concordantes con una agenda de prioridades históricas para la región.

En precedente columna, quedó explícita la bitácora de amplio espectro temático, con la salvedad del registro de sucesos que ameriten la recomposición de la periodicidad.

En este orden de ideas, ad-portas de la iniciación del torneo Betplay del rentado colombiano, prevista para el lunes 24 de enero, con más incógnitas que certezas, prioriza esta publicación, atinente a nuestros más caros anhelos institucionales que jamás perderán vigencia en alusiones al glorioso Deportes Quindío.

A este análisis, se suma la segunda parte anunciada del poema " El cóndor viejo “, de especial importancia frente a la actitud mezquina de quienes Motu Propio, conformaron espurios comités de excluyente condición, en contra de quienes mantenemos aperturas participativas en medios de comunicación, paradójicamente no contaminados de las veleidades propias de arrogantes expresiones de infundada superioridad, en menuda cauda de mediocridad compartida.

Sin que se pretenda emular a  las Casandras agoreras, el mismo día en que se rompieron todos los diques de la prudencia, dando paso a una explosión descontrolada de felicidad saturada de espirituosos, sin espacios para analizar los efectos secundarios de un ascenso de regreso  cantado, en momentos en que la noble afición cafetera, había logrado con indeclinable persistencia dejar en agonía inocultable a Hernando Ángel Montaño, obligado a confrontar las públicas denuncias relacionadas con los impuestos birlados al tesoro municipal en transacciones astronómicas derivadas de compraventa y préstamo de jugadores, más derechos de televisión sin inversiones, ni tan solo el pago de una suma decente por el alquiler del Estadio Centenario, punibles soportados en fantasiosas disculpas que empeoraron la ya cuestionada conducta de los usurpadores vallecaucanos.

A las celebraciones de la parcialidad quindiana contrastó el abandono de las complejas tareas de la operación rescate, dándole al Califa el respiro necesario para retomar el control y cobrar por ventanilla lo que consideró un inexcusable atentado.

Quedó patentada la infame burla de un ascenso con vídeos de contentillo; damnificada la fanaticada verde porque a ningún nivel ha existido o existirá participación activa de gobiernos regionales o locales, legisladores, congresistas...es un equipo insignia legalmente huérfano, convertido en dorada mina para los inescrupulosos usurpadores de la más preciada divisa terrígena en todos los contextos, salvo los esporádicos intentos de Obando Roa, con más corazón que resultados.

En anteriores columnas se trataron a espacio los pormenores del descenso Espress  y por esta razón, procede la mención de aristas de complemento indispensables de considerar, porque cuando los medios de comunicación limitan el desarrollo de estas calamidades públicas a titulares sensacionalistas , sin el seguimiento   permanente, la impunidad y el olvido serán los únicos resultados de tan superficial práctica periodística.

Es cosa sabida que Ángel rebasó los límites de tolerancia. Cerró las puertas a los necesarios refuerzos, ante la actitud pasiva de Quintabani, contemplativa de la venta total de los jugadores de medio rescatar. Así, ningún técnico puede lograr resultados ni en la B, ni en la C.

Los menos interesados en resultados son los miembros de este gabinete de avivatos, que, para desgracia nuestra, tomaron posesión del equipo para hacer con él lo que les diera la regalada gana.

Todos los equipos en Colombia y el mundo deportivo, vinculan inversores privados y el Deportes Quindío no es la excepción, con resultados competitivos importantes.

Cerquera , Guzmán, Oviedo , el Bavario, Gonzales y Tabares y aunque no es santo de mi devoción, Gustavo Moreno, quien conformó un once no de campanillas, así tenga el inri de traer a Ángel, pecado irredimible sin tiempo ni medida.

La fanaticada cafetera y la ciudadanía con sentido de pertenencia, amén de los periodistas, en estos preliminares electorales, deben exigirles a los candidatos respuestas claras en torno a la recuperación del equipo, patrimonio insignia de históricos perfiles. Ríos se posesionó en el estadio, Jaramillo echó a rodar la bola de posibles compradores. En términos reales, la institución es una papa caliente y nadie la quiere desde lo público. O que nos digan que pasó con el peritazgo contratado con la U.Q., ni el enfermo come, ni hay que darle.

Esperar milagros no es viable, arriar las banderas después del bombón de trapo, negativo. La lucha debe recomenzar, sin permitir más maniobras distractoras del Ángel de Piedra.

A los cronistas deportivos, un átomo de consideración con los seguidores del equipo, sin las abominables corresponsalías, sinónimos de vasallaje, suprimir el incienso y comportarse como quindianos de cuna o adopción, no hay espacios para los duales.

La postración reverente abisma. Cohonestar con el enemigo apesta.

En cumplimiento de lo expuesto en la anterior entrega, esta es la segunda parte del poema.."El cóndor viejo ", respuesta categórica a los persecutores de burbujas, dedicatoria de Julio Flórez a Rafael Pombo, en sabía comparación con el ave insignia del país.

 

Cuando al lanzarse en inauditos vuelos,

Rozaba con el arco de sus plumas,

Los bruñidos cristales de los hielos,

Al hundirse en el polvo de las brumas.

Bajo el zafiro inmenso de los cielos.

 

Yo conozco un poeta desplumado

Como El cóndor aquel cuya presencia,

Es un mísero escombro del pasado.

 

Ya no puede volar ! , Hoy vive atado

A la roca fatal de la impotencia.

 

Eso pensé de ti, más hoy que he visto,

Que tu viejo cóndor con rudo aliento

Subes rasgando el firmamento

Presa del más atroz remordimiento.

 

El mismo eres de ayer, la artera bala

Que cierto cazador disparó un día, contra ti,

No logró romperte el ala,

No eres momia ambulante todavía,

Tu espíritu inmortal, vigor exhala.

Perdóname poeta si atrevido,

Quise herirte también fulgidos rastros,

Nos dejas al volar

No estás vencido,

Puedes aún colgar

Tu enorme y silencioso nido

De las rubias pestañas de los astros.

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