Por Fernando Rojas Arias
Este domingo 13 de marzo, como cada cuatro años, parte de los colombianos aptos para votar acudiremos a las urnas para elegir senadores y representantes a la Cámara. La otra parte de los colombianos, los indiferentes, los que dejan que las tareas las realicen otros, los de clase alta o medio alta, estarán reposando en sus fincas, y los de clase media, medio baja y baja, no se interesaran ante el argumento de que las cosas seguirán igual o peor o por ignorancia, o por hacerse todos los desentendidos ante el sofisma de que no les interesa la política, es decir, que a esta parte de los colombianos, ….todo, todo, le da lo mismo, y hay que recordar que corresponde a algo más de un cuarenta %.
Los que iremos a votar tendremos una cantidad de partidos, una gran gama de candidatos de donde escoger. Unos elegiremos libremente, otros lo harán bajo presiones que se han venido institucionalizando en el país, y particularmente en la región, que, aprovechándose del oportunismo, de la ignorancia, de la necesidad y de la pobreza, acuden a votar como borregos por los que posteriormente serán sus verdugos.
Despertar
A veces nos da por pensar, que somos un pueblo masoquista, que siente placer con el mal causado, un pueblo guevón que es lo mismo que atontado, que como el perro sigue siguiendo a su amo, aunque lo esté maltratando. Caminamos con las manos en los genitales, la espalda encorvada y la cabeza baja, como si evocáramos con cierto placer la esclavitud o el servilismo.
Hay que despertar, mirar con serenidad los candidatos y votar, sin distingos de partidos, por los hombres de trayectoria honesta, por los que no recurren a las trampas o a la dadivas para hacerse elegir, por los hombres que llevan en su mente un intención de servir y no por los que llevan entre ceja y ceja la intención del dinero como si el que tienen fuera poco, que piensan que después del dinero hay que alcanzar el poder para seguir corrompiendo, para seguir subyugando a sus súbditos, para disfrutar humillando al que agachó la cabeza.
Libertad
Acudamos a las urnas, una vez ente la intimidad que nos ofrece el cubículo, levantemos un momento la cabeza, pensemos lo que queremos para nuestras familias, para nuestros hijos, para nuestra patria, y depositemos libremente el voto, que solamente en nuestra conciencia quedara por quien lo hicimos, no lo hagamos por quien nos quiso constreñir. Dejemos al delincuente constreñidor con los crespos hechos, así, seguramente tendremos un mejor futuro.
Gaviria el “Ajedrecista”
El jefe del partido liberal César Gaviria Trujillo, el nuevo ajedrecista, después de Miguel Rodríguez Orejuela, dispone a su antojo de los avales para las personas que se harán elegir por su partido. Para el Quindío, lo hizo en cabeza de dos damas: Sandra Bibiana Aristizábal Saleg, ex secretaria de hacienda del fugado alcalde David Barros Vélez y exdirectora de Telecafé y Piedad Correal Rubiano ex defensora del pueblo y ex candidata a la alcaldía de Armenia, conocidas ampliamente por los armenios por el escándalo en el que la primera (Sandra) solicitaba (constreñía ) a los contratista del municipio (Armenia) para que votaran por la segunda para ganar las elecciones de la alcaldía, lo que la señora Correal, telefónicamente agradecía y aplaudía y por lo que hijueputiaron a los periodistas.
Los “Castaño” del Quindío
Esto ocasionó la pérdida de la hegemonía del partido Liberal de la alcaldía de Armenia, la cual ostentó por varios periodos y de la que han salido siendo tristemente célebres varios de los alcaldes liberales a la cárcel. La primera dama: Aristizábal Saleg es apoyada y apoya al honorable senador caldense Mario Castaño, cuestionado hoy como el que más por corrupción. La segunda dama, Correal Rubiano, fue sorprendida por varias cámaras fotográficas repartiendo colchones, es decir constriñendo al elector. Ambas damas pertenecen a la crema y nata de la sociedad y de los círculos políticos, por no decir politiqueros aspirando porque vaca ladrona no olvida el portillo.
El Ajedrecista, perdón, el señor Gaviria Trujillo, También avaló, en su momento al actual Gobernador del Quindío quien en el comienzo de su mandato nombró varios de sus colaboradores y efectuó algunos contratos según imposición del senador Castaño, llamado a indagatoria por la Corte Suprema de Justicia. Se nombró a la vez a la señora Sandra Bibiana, en la gerencia de Telecafé bajo el mismo resorte. Seguramente todos estos movimientos se verán reflejados en las investigaciones que se siguen a Castaño y sus secuaces.
Cómplice
De todos estos eventos o jugadas políticas, avales, componendas, constreñimiento, corrupción en el Quindío y en otras regiones del país, debe de tener conocimiento el señor GAVIRIA TRUJILLLO, y nos preguntamos cuales han sido sus acciones para frenar las ilicitudes de sus avalados o por el contrario se ha convertido en un cómplice agazapado en su concha de expresidente de la Republicas y de jefe de su partido. Muchas personas honorables, tuvieron que alejarse de su partido, recurrir a otras toldas políticas, pues el apoyo que requerían ya lo tenían maquinado y copado los corruptos.
Un honor que cuesta
El señor Gaviria Trujillo desde Bogotá dirigiéndose a sus oponentes políticos, enfatizando muchas veces en la repetición de sus nombres, da catedra de moral y honestidad, mirando solamente la paja en el ojo ajeno. Está seguro que su partido, el liberal, sacará la mayoría parlamentaria y que una vez conozca los resultados electorales, procederá a mover sus fichas para decidir con qué candidato a la presidencia de la República negocia su respaldo. Es inconcebible que un partido, que otrora fue el mayoritario en el país, el promotor de los grandes cambios, el que despertaba pasiones ideológicas, hoy no tenga un candidato a la presidencia, pero si un negociante burocrático, dispuesto a chantajear en el Congreso al nuevo presidente a cambio de sus ambiciones. El carnet de miembro del partido Liberal que portaba mi padre decía “Ser Liberal es un honor que cuesta”. Lástima que hoy se haya desaparecido el honor de ser Liberal.
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