Cuesta comprender cuando ya no hay utilidad de esa llave que un día fue bonita y con mucho brillo. Era importante para muchos que preguntaban por ella. Era indispensable. Era la clave para poder entrar por la puerta principal.

Pero un día en un abrir y cerrar de ojos la llave la sacaron del llavero. Ya no estaba porque se oxidó, se hizo vieja y opaca. Dejó de ser necesaria para todos, pues cada uno tenía su propia llave.

Sería un desastre si lo piensas así porque se corres el riesgo de dejarla tirada y sin uso.

Y si las pierdes cada día, no estarás lejos de que te arrastres a encontrarla intentando reconstruirla para que vuelva a ser usada como antes, pero no necesita ser reconstruida. Si aprendes a soltar podrás encontrar más de lo que se esperabas.

Ten en cuenta que eres muy importante y podrás abrir tu puerta cuando desees entrar al baúl de los recuerdos bonitos.

Siempre que te abrió la puerta con esa llave era porque amabas, y seguirás amando. Jamás pierdas la esencia que es lo que marca la diferencia de las otras llaves, porque esa es única.