• MARTES,  07 MAYO DE 2024

Cultura  |  16 julio de 2022  |  12:00 AM |  Escrito por: Administrador web

Museion, el templo de las musas

0 Comentarios

Imagen noticia

Josué Carrillo

En un almuerzo de familia, un hijo propuso someter a votación el nombre que se le iba a poner a la parcela que recién habíamos adquirido. Tres votamos por La Floresta, uno por La Emilia y el otro por Alejandría. El origen de los dos primeros nombres era obvio para nosotros, pero el último nombre nos pareció curioso a todos y quisimos saber por qué y de dónde venía esa propuesta. El hijo que lo sugirió, que ha sido un apasionado de Alejandría, la ciudad que nació de un sueño, nos hizo una exposición sobre ella y aquí transcribo algunos apuntes de su relato: 

Cuentan que Alejandría de Egipto -para distinguirla de las otras muchas que hubo con el mismo nombre- se originó en un sueño que tuvo Alejandro Magno con Homero, en el cual el anciano poeta le recita unos versos de La Odisea que le hablan de una isla llamada Faro, frente a la costa egipcia. Para el gran conquistador, que a la sazón tenía veinticuatro años y que dormía siempre con un ejemplar de La Ilíada bajo su almohada, el sueño fue un presagio y fundó en la isla, en el año 335 a. C. la ciudad predestinada a ser un faro entre las ciudades. Con el correr de los años la isla y la ciudad quedaron unidas al delta del Nilo y allí se levantó el faro que fue una de las siete maravillas del mundo antiguo.

Alejandro fundó la ciudad y la dejó para continuar su plan de conquista, pero nunca volvió a ella, porque la muerte truncó su regreso. Poco después de que se tuviera la noticia de que Alejandro, fundador de ciudades, había muerto, se inició una tormentosa tempestad de sangre en la lucha por el poder y, al final, después de años de sangrientas peleas, venganzas y miles de muertos, tres de sus generales se repartieron la herencia: Antígono se quedó con Macedonia; Seleuco con las tierras que Alejandro había conquistado en Asia, y Ptolomeo, quien fuera su amigo íntimo y fiel compañero,  heredó la joya de la corona, Egipto, y allí se estableció; gobernó hasta su muerte y dejó tras de sí una dinastía. Pero nada le fue fácil, su inexperiencia como gobernante y el desconocimiento tanto de ese país inmenso cargado de historia y maravillas que iba a gobernar, como de su idioma, no le permitían buenos augurios; sin embargo, con la osadía que aprendió de Alejandro, decidió trasladar la capital de Egipto a Alejandría, una ciudad sin historia, y convertirla en el centro más importante de todo el Mediterráneo.

Ptolomeo y su dinastía, muy seguramente influenciados por la forma de ver la cultura que tuvo Alejandro, se comprometieron más con el engrandecimiento de la ciudad en ese aspecto, que con su pujanza económica; su propósito fue darle esplendor artístico e intelectual, a semejanza del que una vez tuvo Atenas. Conscientes de que la prosperidad va de la mano de la cultura, se empeñaron en traer de Grecia y el Mediterráneo artistas, médicos, matemáticos, astrónomos, historiadores y poetas.

Para empezar con su propósito, a principios del siglo III a. C. Ptolomeo, el fundador de la dinastía, creó el Museion, Templo de las Musas, y lo llamó así por ser estas las divinidades inspiradoras de las artes y del conocimiento. Pero quien más desarrolló la idea de hacer un centro de investigación, más que de enseñanza, fue Ptolomeo II; por eso el Museion o Museo se asemeja más a un instituto técnico que a una universidad. Todas las ramas del saber se dieron cita en el Museo, el cual estaba dotado de laboratorios para investigación, uno de ellos para realizar disecciones anatómicas y experimentos fisiológicos, los cuales estaban prohibidos en Grecia; había instrumentos para observaciones y mediciones astronómicas; contaba con jardín botánico y zoológico; además, estaba provisto de salas de conferencias y zonas de alojamientos para las personalidades invitadas. Aunque valga anotar que muchos de los nuevos conocimientos y los descubrimientos allí logrados no pasaron de ser curiosidades y datos de eruditos que se vinieron a proyectar más allá de los límites del Museo muchos siglos después.

La fama del Museo fue tal que los más connotados sabios de ese tiempo vivieron o pasaron aquí una temporada, y gracias al patrocinio del Museo en Alejandría se vivió un sorprendente desarrollo científico durante el siglo III a. C. Aquí había completa libertad para la investigación, tanto en los objetivos como en los alcances, y sus labores nunca se vieron constreñidas por directrices de orden político o religioso; bien puede decirse que en el Museo se tuvo por primera vez una sociedad científica y cosmopolita que trabajaba sin más ideal que el conocimiento y la búsqueda de la verdad.

En la larga lista de los miembros que tuvo el Museo merece mención especial Estraton de Lampsaco, porque gracias a sus buenas relaciones con Ptolomeo, el Museo se encauzó más hacia las ciencias aplicadas que a hacia la filosofía, sin llegar a subestimarla. Entre las muchas celebridades que tuvieron asiento en Alejandría se pueden mencionar algunas de manera sucinta: Aristarco de Samos, que anticipó 17 siglos la teoría heliocéntrica formulada por Copérnico a principios del siglo XVI; Hiparco de Nicea hizo un catálogo de estrellas y descubrió la precesión de los equinoccios, inventó la trigonometría y calculó la distancia a la luna; Eratóstenes de Cirene, padre de la geografía científica, calculó la circunferencia terrestre con un error de 385 km (0,96%); Arquímedes de Siracusa, el de la famosa exclamación ¡Eureka, eureka! y la célebre súplica “no me dañe los círculos”, que le hizo al soldado romano que lo asesinó, un científico, matemático e inventor que pasó su juventud en el Museo antes de regresar a Siracusa, su ciudad natal. A él se deben, además de numerosos aportes en el campo de la física y las matemáticas, la invención de armas para la defensa ante el asedio y el sitio de Siracusa por los romanos.

Merced a la licencia que se tenía en el Museo para la disección de cadáveres humanos, la anatomía tuvo un notable progreso. Herófilo es el más destacado de los anatomistas y Erasístrato, considerado el fundador de la fisiología, tuvieron su sede en el Templo de las Musas.

El matemático Euclides fue un residente muy activo del Museo en tiempos de Ptolomeo I; este señor de quien es muy poco lo que se conoce, es el padre de la geometría. Su trabajo más reputado es el conocido Elementos, en el cual, a partir de unos pocos axiomas y postulados, creó un conjunto lógico que se mantuvo inalterado por poco más de veinte siglos, hasta cuando aparecieron las geometrías no euclidianas. Los teoremas, corolarios, escolios y, sobre todo, las construcciones geométricas constituyeron un verdadero dolor de cabeza para los estudiantes de ingeniería, cuando aún existía esa asignatura.

La famosa biblioteca de Alejandría fue parte de la idea de Ptolomeo de hacer en Alejandría un centro cultural y científico. Dice Irene Vallejo, la autora de El infinito en un junco, que se atreve a pensar que la idea de crear una biblioteca universal nació en la mente de Alejandro. En ella se dieron cita humanistas eruditos como los gramáticos y bibliotecarios Zenódoto de Éfeso y Aristófanes de Bizancio quienes encontraron allí un inmenso material de estudio e investigación.

Mi hijo quiso seguir la exposición y hablar sobre la biblioteca de Alejandría, pero el sopor que sigue al almuerzo empezaba a cerrarnos los párpados y a movernos la cabeza insistentemente hacia adelante; entonces, tuvimos que levantar la sesión y dejar la charla para otro día.

 

REFERENCIAS

Canfora, Luciano (1987). The Vanished Library: A Wonder of the Ancient World.

Escolar, Hipólito (2003). La biblioteca de Alejandría. Madrid: Editorial Gredos.

Revista de Arqueología 230, año XXI, Madrid.

Sagan, Carl, Cosmos, Planeta, Barcelona-Madrid (España), 1982.

Young Lee, Paula (septiembre de 1997). «The Musaeum of Alexandria and the formation of the 'Museum' in eighteenth-century France». The Art Bulletin.

Google

PUBLICIDAD

Comenta esta noticia

©2024 elquindiano.com todos los derechos reservados
Diseño y Desarrollo: logo Rhiss.net