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Región  |  08 febrero de 2018  |  12:00 AM |  Escrito por: Rubiela Tapazco Arenas

En Risaralda y Quindío: una ciudadanía activa, con ganas de hacerse sentir

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Por Jhon Wi Hurtado

En el país donde el fiscal anticorrupción se encuentra en la cárcel por corrupto, 8 organizaciones de Risaralda y 8 más del Quindío, ejecutaron proyectos de control social durante los últimos meses que hoy por hoy, muestran sus primeros frutos.

Si nos preguntamos qué es ciudadanía activa, podemos encontrar definiciones como esta: “Concepto que se aplica a todas aquellas personas que integran una comunidad y que despliegan un comportamiento comprometido con todo aquello que acontece en la misma…” En Risaralda y Quindío este ejercicio está rodando gracias a un grupo de organizaciones que se han dado a la tarea de demostrarle a quienes ostentan el poder, que sí pueden ser vigilados y que el control social existe.

En el auditorio de Bellas Artes de la Universidad Tecnológica de Pereira, las 8 organizaciones de Risaralda, representantes del Estado, invitados nacionales e internacionales y la ciudadanía en general se encontraron para escuchar las experiencias que se presentaron en el marco del proyecto “Ciudadanos al cuidado de lo público” apoyado por: Transparencia por Colombia y Sistema Universitario del Eje Cafetero – Sueje. “

También se destacó en el evento la presentación de los planes de anticorrupción en el departamento de Risaralda a cargo de la secretaría privada de la alcaldía de Pereira, y el foro de discusión ¿Cuál es el rol de los diferentes actores regionales, en la lucha contra la corrupción?

Desde la Asociación de Ingenieros que lidera la veeduría técnica a la Alianza Público Privada, APP para modernizar el aeropuerto Matecaña, para que lo allí firmado, se hiciera de la manera correcta y óptima para la ciudad, o un colectivo que propende por los derechos de la mujer, hasta un medio periodístico que a través de la realización de un documental busca mostrar a la ciudadanía que hay acciones que están afectando el medio ambiente y que ellos mismos -los ciudadanos- pueden ejercer su derecho a la información y a la defensa del territorio, fueron algunas de las reflexiones que giraron en torno a las experiencias vividas durante los últimos 8 meses. Experiencias que asistieron a las carreras en círculo a la que nos invitan esos personajes amantes de la burocracia o la molestia del funcionario público que se molesta cuando a su oficina llega un derecho de petición.

Ahora ¿qué es la corrupción? Fue la pregunta que dio paso al foro de discusión del que hicieron parte Claire Launay -directora de Movilización e Incidencia de Transparencia por Colombia-; Héctor Manuel Castro -periodista investigativo y productor del canal CNN en español-; Misael Arroyave -personero delegado para los derechos humanos- y Karen Haussman, -Fiiapp-

“Es realizar acciones que van en contra de las leyes” aseveró el periodista Héctor Manuel Castro, quien a su vez llamó a la importancia que tienen los ciudadanos a la hora de vigilar sus derechos frente a quienes gozan de poder político y el peligro de “institucionalizar la corrupción” es decir, en un país que a diario escucha en las noticias que algún juez de la República o que el exsenador “x” ha sido condenado por acciones ilícitas, no puede naturalizar estas acciones y verlas como si fuese algo que “siempre va a pasar”.

Ahora, ¿es acaso el nivel de responsabilidad del cuidado de lo público, el mismo para la ciudadanía que para los políticos? Claire Launay fue enfática en querer dar a entender que no, que aunque los ciudadanos tienen su responsabilidad y son llamados a cuidar lo público y hacer seguimiento a lo que en el país se ejecuta con bienes de todos, es el Estado quien está en la obligación inicial de cuidar estos recursos, de hacer respetar las leyes y de no repartir ni las culpas ni las consecuencias de las malas -y corruptas- acciones.

Y es que si el país es “de todos” no pueden ser los ciudadanos los culpables de que otros se apropien de recursos que también son de “todos”. Entre quienes asistieron a este evento, quedó la sensación de la necesidad de trabajar como un equipo que va por el mismo camino, así los medios para alcanzar ciertos fines sean diferentes. Es por esto que tanto el apoyo de quienes financiaron y acompañaron estos procesos que no terminan en una rendición de cuentas, es vital para que tanto la ciudadanía como quienes hacen parte de la clase política del país entiendan que se debe hacer vigilancia y que no necesariamente es una vigilancia que señala y acusa, sino que es una vigilancia que acompaña y hace valer los derechos de los ciudadanos.

 

 

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