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Cultura  |  28 agosto de 2022  |  12:00 AM |  Escrito por: Administrador web

La radio

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Este texto fue escrito por Mario Vargas G, y hace parte del libro antológico La radio en el Quindío.

La radio ha acompañado a la humanidad en todos los sentidos. Comunicación, entretenimiento, diversión, enseñanza o noticias, y así sucedió en lo que hoy es el departamento del Quindío, en la década de los años cincuenta, donde solo existían tres emisoras:

La Voz de Armenia, la más potente de la región, afiliada al Circuito Todelar, llegaba al Valle del Cauca, Caldas, Risaralda, Tolima y Chocó. Un personaje que me marcó en esta emisora fue el periodista deportivo Germán Gutiérrez Peláez, nacido en Sevilla (Valle), con su crítica a los dirigentes nacionales y locales en su noticiero "Tribuna del Deporte” emitido a la 1 p. m. y por las consignas con que empezaba su programación:

“Soy un barco que se hunde con las luces encendidas”.

“Haz todo lo posible para que difamen de ti, la difamación es el bachillerato de la gloria”.

“Si los que hablan mal de mí supieran lo que yo pienso de ellos, hablarían peor”.

“Aquel era como los perros, se purgaba él solo”.

frases famosas, me crearon la costumbre, cuando leo un libro, de subrayar las que en mi concepto son el eje del escrito; por ello también tengo colección de las que aparecen en periódicos, revistas o escritas en muros de las ciudades que visito.

Los domingos, Germán Gutiérrez Peláez alentaba y acompañaba todas las competencias ciclísticas o futbolísticas que se programaban en la región y en las horas de la tarde, terminaba sus actividades narrando el partido del Atlético Quindío, en el estadio San José o los aficionados en la cancha de las Hermanas Maristas del barrio las Américas.

“La Voz del Comercio” (hoy RCN radio Armenia), era famosa por su noticiero “Antena de Colombia”, emitido a las 7.30 a. m., 12 meridiano y 5.30 p. m., dirigido por Alfonso Valencia Zapata y cuyo locutor, el periodista Henry Pineda Rodríguez, empezaba el noticiero de la mañana avivando el sueño de separación de la región del Quindío, del departamento de Caldas:

“Señores oyentes, en sus avisos, membretes, cartas, telegramas, a todo donde escriba la palabra Armenia, agréguele la palabra Quindío”.

“El Quindío es un Departamento q’ la naturaleza creó y la Constitución no ha consagrado”.

“El Departamento del Quindío es un grito de justicia y una necesidad colombiana”.

Respecto a esta idea, recuerdo que cierta vez en tercer año de primaria, los compañeros de grupo “recochábamos” con gritos, risas y empujones unos a otros en pleno salón de clase, liberando la energía propia de nuestra infancia, cuando el profesor para imponer orden, gritó:

¡Qué niños tan desordenados! ¿Y así quieren ser departamento? Qué risa ja ja ja.

Eran días en que en los medios de comunicación, en las calles y en nuestras casas, se oía la importancia de que nuestra región se separara del departamento de Caldas y creara su propia unidad departamental, para terminar con el maltrato del centralismo manizalita, donde radicaba el poder político que nos mantenía sin hospitales para las víctimas de la violencia de entonces, sin vías adecuadas, sin escuelas, ni progreso, por tanto las arengas radiales y la burla del profesor, calaron en mí.

Fue así que en 1964, se conformó la Junta Pro-departamento del Quindío, integrada por los más altos estamentos de la sociedad, la política, los comerciantes, industriales, cafeteros, periodistas, gremios, estudiantes y ciudadanos en general.

Ante esta iniciativa, el Congreso de la República conformó una delegación para que visitara la región y constatara si en realidad había ánimo para la separación de Caldas. En la preparación para recibir a “los padres de la Patria”, yo, como joven estudiante de bachillerato, integré grupos que hacíamos banderas de Colombia en papel pegado con engrudo para entregarle a la gente y así recibir a tan ilustres personajes. Hoy al recordar aquella época de niñez y juventud, me pregunto:

¿Qué pensará el profesor que se burlaba de la que él consideraba una quijotesca acción, cuando hoy el Quindío es un departamento joven, rico y poderoso?

Personaje inolvidable, la periodista Beatriz Alzate García, quien difundía los acontecimientos sociales de la región: cumpleaños, reuniones sociales en los clubes de las élites, Club Campestre, Club América, Club de Tiro Caza y Pesca, viajes de ciudadanos importantes a otras regiones del país, o al exterior, fallecimientos, bodas, etc.

Pregones del Quindío (hoy Caracol Radio Armenia), otra emisora de la región con su director de noticias y deportivo Leonel Dávila Marín, cuya programación era muy variada: noticias, humor y deportes. El Reporter Esso, La Cabalgata Deportiva Gillette, Última Hora Caracol y Montecristo. Ante esta mención llega a mi memoria un compañero de clases con quien destino a casa después de la jornada estudiantil, repetíamos los chistes intentando imitar a los personajes de la radio. Era un relajamiento diario a la hora de regreso.

¿Radio Novelas?, desde mis años otoñales ya, recuerdo algunos títulos: “Lejos del Nido”, “Chan Li Po”, “Kadir El Árabe”, “El día que cayó fuego del cielo” que narró la invasión de los nazis a Polonia en el comienzo de la segunda guerra mundial.

Musicales: “Radio Lente” (Hernán Restrepo Duque) o “La Hora Philips” y en el humor: “Los Chaparrines” (Víctor, Mario y Augusto), “El Show de Hebert Castro”, “Emeterio y Felipe Los Tolimenses”, “Montecristo”, “La Simpática Escuelita que dirige Doña Rita”.

De Opinión: “Monitor”, programación estelar los domingos con reporteros en Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Italia, Rusia, España, etc.

Más tarde en la década de los 60´s llegó “Radio Estrella” emisora dedicada a la música del momento: baladas, rock, “Los Rolling Stones” “Los Beatles” con el Disc Jockey Evelio Ocampo Zapata.

A nivel nacional se escuchaba “Radio Santafé”, sobre todo los domingos en hora nocturna, con música colombiana, (pasillos, bambucos, boleros), latinoamericana (rancheras, tangos), música de recuerdo de nuestros padres en aquellos años cuando aún no éramos lo que hoy somos con orgullo:

¡El Departamento del Quindío! Qué orgullo ser joven, rico y poderoso… ja ja ja…

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