Por Juan José García Posada

Gorbachov ha sido el último líder ruso amigo de Europa y Occidente. Lo testimonió en sus actuaciones desde el manejo del poder con la instauración de la Glasnost y la Perestroika y después de su retiro mediante sus libros, tanto de memorias como de reflexiones sobre la geopolítica y la misión de Rusia.

Hacia la Casa Común Europea, de Círculo de Lectores, es el título de una de las obras que dejó Mijaíl Gorbachov para la posteridad. Este libro reafirma y prolonga sus ideas y su ejecutoria y el liderazgo de este protagonista de la historia de buena parte del final del Siglo Veinte y subraya las diferencias con Vladimir Putin, que piensa y actúa con la convicción de que Europa es un enemigo de sus pretensiones totalitarias.

La demostración de ese antagonismo entre Gorbachov y Putin está en la arremetida salvaje contra Ukrania. Entre el promotor de la democratización y la transparencia y el nuevo zar de Rusia se evidencia en las circunstancias actuales, a partir de los hechos inhumanos de los días recientes, que subrayan la oposición entre civilización y barbarie.

Como impulsor de la Casa Común, en este libro aboga por una estrategia de desarme con base en el retiro unilateral de misiles nucleares de corto alcance, con la condición de que la Otan aceptara el comienzo de una negociación sobre esa clase de armamento.

Para Gorbachov, la Casa Común debía ser limpia desde el punto de vista ecológico y dotada de un espacio jurídico en el cual se respetaran los derechos humanos y se trabajara por la cooperación económica, científica y cultural.

Pero hay un asunto de verdad fundamental en la digresión que aporta Gorbachov. Es la defensa de las bases, de la esencia, de esa relación a la que exhorta: El hecho primordial, fundante, de que han integrado la Civilización Cristiana Occidental, con todo y las diferencias entre los diversos credos e iglesias.

Tanto en este libro como en varias conferencias, una de ellas ante el Consejo de Europa, Gorbachov propuso un diálogo para eliminar por completo el arma nuclear e invitó a que lo promovieran en especial Estados Unidos, Rusia, Francia, el Reino Unido y en general todos los países que almacenen armas atómicas.

De la lectura de este libro, Hacia una Casa Común Europea, asi como de los que llevan los títulos de Perestroika y Glasnosts, o las Memorias y otros, se refuerza la convicción de que Mijaíl Gorbachov ha ingresado en la galería de la Historia como uno de los hombres representativos a los que destacaba Emerson.

Es verdad que la Historia, en lo esencial, no sólo se basa en los individuos sino también en las colectividades, por supuesto. El ciudadano es histórico, proclamaron Marc Bloch y los filósofos de la Escuela de Los Anales. Pero ha habido individuos que han trascendido con la coherencia y la fortaleza de sus ideas y su capacidad de influir de modo determinante en las grandes decisiones. Lo ha sido Gorbachov, con sus tesis, desarrolladas en el poder, como la Perestroika y la Glasnost, y con su idea de la Casa Común Europea.