Aunque el primer intento de entrenar perros para ayudar a las personas ciegas se produjo alrededor de 1780, en el hospital para ciegos 'Les Quinze-Vingts' en París, la historia moderna de los perros guía comienza durante la Primera Guerra Mundial, con miles de soldados que regresaban del frente cegados, a menudo por gases venenosos.

El médico alemán, Gerhard Stalling, tuvo la idea de entrenar perros en masa para ayudar a los afectados. Un día, mientras caminaba con un paciente por el hospital, lo llamaron de urgencia y dejó a su perro con el paciente como compañía. Cuando regresó, vio señales, por la forma en que se comportaba el perro, que estaba cuidando al paciente ciego.

Así, el Dr. Stalling comenzó a explorar formas de entrenar perros para que se convirtieran en guías abriendo la primera escuela de perros guía para ciegos del mundo en Oldenburg en 1916. La escuela creció y se abrieron muchas sucursales nuevas en multitud de sitios, entrenando hasta 600 perros al año. Estas escuelas proporcionaron perros no solo a exmilitares, sino también a personas ciegas en Gran Bretaña, Francia, España, Italia, Estados Unidos, Canadá y la Unión Soviética.

También por la misma época, una mujer estadounidense, Dorothy Harrison Eustis, ya entrenaba perros para el ejército, la policía y el servicio de aduanas en Suiza.

Habiendo oído hablar del centro de Potsdam, Eustis sintió curiosidad por estudiar los métodos de la escuela y pasó varios meses allí.

El estadounidense ciego, Morris Frank, retó a Dorothy a introducir perros guía en los Estados Unidos. Aceptando el desafío, Eustis entrenó a un perro, Buddy, y llevó a Frank a Suiza para que aprendiera a trabajar con el perro. Cuando éste regresó a Estados Unidos lo hizo junto al primer perro guía del país.

De esta forma, la labor de los perros guía se fue extendiendo a otros países, como Italia (cuya escuela ha sobrevivido al paso del tiempo) o Reino Unido. Desde entonces, se han abierto escuelas de perros guía en todo el mundo y cada década abren más.

Miles de personas han visto transformadas sus vidas gracias a los perros guía, gracias a las organizaciones que los proporcionan y al compromiso de las personas que trabajan para estas organizaciones. El legado de Dorothy Eustis continúa.

El trabajo de los perros guía a través de la historia es algo que no puede caer en el olvido o pasar desapercibido. Para evitarlo, el escritor estadounidense Alan Hlad, ha publicado la novela La luz de la esperanza que relata la historia de la primera escuela de perros guía creada durante la Primera Guerra Mundial.

"Amo a los perros. Mi mujer Laurie y yo tenemos un Golden retriever, una raza que suele usarse como animal de servicio. Cuando estaba pensando ideas para mi nuevo proyecto, mi pasión por los animales me llevó a investigar el origen del adiestramiento de los perros guía", cuenta el autor.

Hlad descubrió la historia alrededor de la primera escuela de perros guía, durante la guerra y los relatos históricos lo cautivaron. "Descubrí la primera escuela investigando sobre el funcionamiento de éstas en Estados Unidos. A partir de ahí, me embarqué en una extensa investigación y, cuanto más aprendía, más decidido estaba de escribir un libro basado en ello", explica.

"Desconocía libros de ficción histórica inspirados en esto y estaba convencido de que es una historia que había que contar, especialmente porque hoy en día, hay muchos miles de perros guía en servicio marcando una diferencia monumental en la vida de sus parejas humanas".

De hecho, durante la investigación y búsqueda de información, Hlad se topó con algunos datos curiosos. "Aprendí que los perros guía están entrenados para mostrar desobediencia inteligente cuando se les da una orden que pone en peligro a su guía. Por ejemplo, si el guía ordena cruzar una carretera cuando hay tráfico, el perro desobedece la orden hasta que el camino es seguro para cruzar. ¡Son increíblemente inteligentes!