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Cultura  |  01 octubre de 2017  |  12:00 AM

Entre crímenes y letras

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Las vivencias que Enrique tuvo y vio en otros durante tres décadas en la cárcel, siendo guardián, seguirán escribiéndose en diferentes formatos.

Cuando Enrique Álvaro González pasaba sus días caminando entre muros, rejas, pasillos, garitas y encierros prolongados, acompañado de todo tipo de delincuentes mientras prestaba su servicio como guardián del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario Inpec en el que trabajó por 31 años, no se imaginó que esas historias del día a día que vivía y veía en otros, le servirían de inspiración para tiempo después escribir cuentos, relatos, crónicas y su novela “Embajada y Sureño”. Una obra corta en la que se cuentan tres relatos que van independientes, pero que los eventos en la vida de sus protagonistas los unen irremediablemente.

Fueron cerca de diez años entre pedazos de tiempo libre, los que le tomaron escribir la historia en su totalidad. Un proceso de largo aliento porque cuando la inició no era más que un cuento, pero que con el pasar de las ediciones se convirtió en novela y viendo Enrique que el texto tenía fuerza literaria, al salir pensionado empezó el proceso de reescritura con mayor dedicación y disciplina, gracias al conocimiento adquirido en los talleres de escritura creativa Relata, donde asiste desde hace varios años.  

Ya culminada, Embajada y Sureño, fue enviada a participar en marzo de este año al décimo tercer Concurso Nacional de Novela y Cuento de la Cámara de Comercio Ciudad de Medellín. Un certamen literario que cada vez toma mayor fuerza en Colombia y que para esta edición contó en el jurado con la presencia de los escritores Martín Caparros, Santiago Gamboa y Mario Jursich. 

La sorpresa le llegó a Enrique cinco meses después de haber mandado su trabajo, cuando le dijeron que había sido uno de los 24 finalistas y debía viajar como invitado especial a Medellín donde se daría a conocer el ganador. 

“La participación fue masiva. Imagínese que se recibieron 465 escritos entre cuentos y novelas, y pues quedar uno entre los finalistas no deja de ser una motivación de que se hace un buen trabajo y hay que seguir escribiendo para mejorar”, dice el autor quien además confesó su admiración por la obra del escritor Mario Vargas Llosa.
Igualmente resaltó que por ahora su novela continuará participando en otros festivales literarios mientras encuentra una editorial para ser publicada. 


Es así como las vivencias que Enrique tuvo y vio en otros durante tres décadas en la cárcel siendo guardián, seguirán escribiéndose en diferentes formatos para contarnos a modo de ficción como es el mundo y los personajes que están detrás de las rejas.

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