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Región  |  28 marzo de 2018  |  04:04 AM |  Escrito por: Robinson Castañeda

El maestro Luis Moreno: muere el hombre y nace la leyenda

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El maestro Luis Moreno: Muere el hombre y nace la leyenda

Hasta los últimos meses fue pasajero de bus. Independiente y fuerte como pocos a sus 96 años. Nada lo detenía para recorrer las calles de Armenia.

“Eché mano al equipaje y me interné en el olvido para hacer el recorrido que me lleve hasta el final. En un recodo del tiempo abandoné los recuerdos para no llevar conmigo algo que me haga llorar”.

Este es un fragmento de la canción El Equipaje. Una de las más recordadas en el amplio repertorio musical del maestro Luis Ángel Moreno, quien falleció ayer 27 de marzo a sus 96 años de edad.

Y es que hablar de Luis Moreno es hablar de toda una institución musical con más de 400 composiciones, muchas de ellas aún inéditas pero la gran mayoría ya interpretadas por grandes y recordadas voces del ámbito nacional entre las que se encuentran Claudia de Colombia, Leo Marini y la orquesta de Pacho Galán.

Nacido un 22 de noviembre en Pereira, el maestro Moreno estudió gramática musical. Con el tiempo entró a hacer parte del trio con Ibarra y Medina, quienes interpretaban la canción Esperanza. Los artistas al verlo como un guitarrista talentoso y disciplinado le hicieron el llamado para que los acompañara en su proyecto y fue en el bar el Cestiadero donde empezó a ganar sus primeros pesos por las presentaciones. El sueldo le permitió seguir siendo el responsable del sustento, tanto de él como de su señora madre.

Pero el destino quería que viviera en Armenia donde llegó luego de integrar diferentes agrupaciones y estar bajo la batuta de renombrados directores del eje cafetero, especialmente de Risaralda, como el caso de Luis Posada con quien laboró durante diez años.

En la capital quindiana creo el trio Galante. Luego con el tiempo sus integrantes tomaron rumbos diferentes y Luis Moreno, siempre emprendedor e inquieto conformó el trio Los Inolvidables. Una agrupación con la que obtuvo un amplio recorrido de presentaciones y serenatas y en la que ya hacía sus primeras composiciones con temas que el tiempo hizo inmortales. A la par estuvo haciendo parte de la orquesta Ritmo Club por 9 años, grupo que pertenecía al entonces Club América.

“No me culpes si te celo, pero es que tanto te quiero, que no puedo conformarme a tenerte que perder. Tus reproches son muy justos pero yo que puedo hacer, si llegaras a dejarme yo de celos moriré. Son los celos que me matan que en amor no son extraños”.

En su proceso creativo consideraba la inspiración como algo involuntario. Que llegaba en el momento menos indicado y por eso había que estar preparado. A raíz de ello nunca dejó de trabajar en la música, fuera componiendo, creando o armonizando. Esta fue desde siempre el principal sentido y motor de su vida.

“Loco me dice la gente porque ven la forma como yo te amo. Loco, no sé si soy loco, loco, loco, loco pero por tu amor. Nunca llegué a imaginarme, llegar a quererte con tanta vehemencia, siempre he querido tenerte conmigo a mi lado y olvidar que es ausencia”.

En 1976 y contra todo pronóstico fue el ganador del concurso musical La Feria Milagro con un pasodoble que aún hoy, 41 años después, conserva la buena melodía y es todo un himno a nivel mundial. Y era contra todo pronóstico el triunfo porque al maestro Luis Moreno nunca le gustó la tauromaquia, como tampoco consumir alcohol. Así que terminó regalando parte del premio que eran dos pases permanentes para entrar a las corridas de toros. Lo que si conservó fueron los 200 mil pesos en efectivo que le dieron y que para ese entonces era una buena ganancia.

“Yo me pregunto por qué motivos mi hermosa patria viene sufriendo tanto dolor. Somos sus hijos y ella nos ama, pero indolentes la maltratamos sin compasión. Que lindo fuera que terminara el sacrificio de tantas vidas que sin razón llenan de angustias y soledades tantos hogares en donde un día reinó el amor”.

Hasta los últimos meses fue pasajero de bus. Independiente y fuerte como pocos a su edad. Nada lo detenía para recorrer a pie las calles del centro de la ciudad de lo adoptó. Conversar con amigos, tomar café y componer en papelitos sueltos o anotar uno que otro verso eran parte de su rutina.

Pero ahora el maestro se hará leyenda. Su música quedará en los corazones de quienes la han interpretado y escuchando. Sus canciones son la herencia que sobrevivirá en el tiempo. Paz en su tumba.

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