Por Eddie Polanía R.

Este martes 3 de abril se llevó a cabo la última de las cinco audiencias de socialización sobre la Región Administrativa de Planificación, en la asamblea de Risaralda, proceso que debe culminar el próximo martes 10 con el otorgamiento de facultades al Gobernador, para que junto a Caldas y Quindío inicie las gestiones de creación de la RAP Eje Cafetero. Los protagonistas del debate fueron los tres gobernadores, quienes plantearon sus posiciones ante la Corporación. Y de verdad lo fueron. Primero por su posición temática y política totalmente unificada, y segundo por el absoluto convencimiento de la importancia estratégica del proyecto de asociatividad, que por su dinámica y por el flujo de relaciones inter-territoriales que promoverá debe cambiarle el rumbo a la región. El invitado de honor fue el Gobernador del Atlántico, Eduardo Verano de la Rosa, adalid del tema regional en la constituyente del 91, junto con el sociólogo Orlando Fals Borda, y de la RAP Caribe. Es decir, un personaje con trayectoria, sensibilidad y conocimiento, como para sentar un punto de vista determinante.

Primero intervinieron los gobernadores. El mandatario del Quindío, padre Carlos Eduardo Osorio, dijo en relación con la gestión adelantada: “Nos hemos reunido más veces que los anteriores gobernadores. Nos estamos reuniendo desde antes de posesionarnos”…(…)…Dios quiere tanto a Caldas que le dio tres Gobernadores”. El doctor Guido Echeverry, Gobernador de Caldas, manifestó: “Tenemos un Estado corrupto e ineficiente que nunca permitirá la descentralización porque el centralismo es su estado natural”. Sigifredo Salazar, primer mandatario de Risaralda alabó las potencialidades del Eje Cafetero: la conectividad vial del Chocó se realiza en su mayor parte por nuestra región: mientras por la vía Quibdó Medellín se movilizan sesenta mil vehículos, al año, por la vía Quibdó Pueblo Rico lo hacen ciento veinte mil.

El mandatario del Atlántico fue vehemente en la defensa de la región y la asociatividad, en tanto instrumentos para el logro de la autonomía y la descentralización territorial: “Debemos empezar a revolucionar el país creando las RAP. Estamos cerca de la decisión final. Esto no significa que desaparezcan los departamentos, lo que va a ocurrir es que juntaremos nuestras voluntades. No queremos que los gobernadores sigan viajando cada 8 días a Bogotá a mendigar recursos a la Casa de Nariño…(…)…lo que aprobamos en la Constitución del 91 hoy es letra muerta…nadie habla de separatismo, todo lo contrario estamos hablando de integración…(…)…el Gobierno Central ha dejado de entregarle ―en veinte años― doscientos billones de pesos a las regiones”. La crítica al centralismo fue invariable en las demás intervenciones.

No hubo desacuerdos, nadie desentonó. Sonoros aplausos. De manera general hubo total consenso acerca de la importancia de que los tres departamentos del Eje Cafetero se articulen territorialmente ―sin perder su autonomía― para promover el desarrollo en beneficio del bienestar de la región.