Aldemar Giraldo Hoyos

Remontándonos al origen de la derecha o la izquierda política es necesario recordar la votación que tuvo lugar el 11 de setiembre de 1789 en la Asamblea Nacional Constituyente, surgida de la Revolución Francesa; en ese momento, ​el término "izquierda" quedó asociado a las opciones políticas que propugnaban el cambio político y social, mientras que el término "derecha" quedó asociado a las que se oponían a dichos cambios”; pero, estos términos fueron cambiando de significado según las sociedades, las épocas históricas y los sistemas e ideologías políticas.

Al mirar el momento que vivimos en Colombia, da la impresión de que nos quedamos en el siglo XVIII; la pugna es entre el cambio y la férrea oposición al mismo; como si fuera poco, muchos partidos, otrora de verdadera izquierda y defensores de derechos sociales y políticos, hoy están alineados, en unos casos, con la derecha y, en otros, con la  recalcitrante extrema derecha, derecha radical o, simplemente, ultraderecha; algunos partidos políticos de ultraderecha (ya sabemos cuáles) adquieren unas posturas de defensa exacerbada de la identidad nacional, del capitalismo a ultranza y el llamado orden democrático. Aunque lo nieguen, tienen algún tipo de relación con la ideología de tipo fascista.

Aquellos que reclamaban para sí logros alcanzados en anteriores lides políticas, hoy están alineados con quienes atacaban o consideraban sus contrincantes; de un momento a otro surgió una derecha monolítica que cree muy poco en la igualdad y defiende una ideología de exclusión; para rematar, esa derecha radical populista de hoy promueve un raro nacionalismo que pugna por la etnocracia, “una democracia en la que la ciudadanía está basada en la etnia” (Mudde:2021) relacionándola así con el etnocentrismo; algunos derechistas quieren hacernos pensar que sólo los miembros de su  propia cultura o partido tienen una dotación genética que los hace superiores o mejores para ejercer la política o promover el desarrollo de nuestra nación.

Nunca habíamos visto una “derecha” tan unida y preocupada por el presente y el futuro de Colombia, ¿habrá algo detrás de cámaras? Lo que sí han logrado es socavar la cualidad del debate público, promover percepciones erróneas, fomentar una mayor hostilidad y erosionar la confianza en la democracia. Algo muy grave es dividir a la población en dos bandos: los de derecha o tradicionales (buenos) y los de izquierda o progresistas (malos); una Colombia fragmentada y enfrentada sólo nos dejará sangre y odio y aquello que llamamos desarrollo pasará a un cuarto plano. Como decía mi abuela:” Cuando nuestro odio es demasiado vivo, nos coloca por debajo de lo que odiamos”