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Columnistas  |  19 mayo de 2024  |  12:00 AM |  Escrito por: Guillermo Salazar Jiménez

Diálogo

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Guillermo Salazar Jiménez

Guillermo Salazar Jiménez

Durante casi veinte años las propuestas fueron archivadas, las discusiones olvidadas para darle paso a la terquedad de la dirigencia que defiende intereses financieros particulares en contra de los deportistas, artífices principales del espectáculo del fútbol. Rusbel Caminante supo de la falta de conclusiones a la que arribaron las propuestas de la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales –Acolfutpro- entregadas a la División Mayor del Fútbol Colombiano –Dimayor- y a la Federación Colombiana de Fútbol. La negativa de aceptar los diálogos propuestos la asumieron los futbolistas como un largo campeonato que hace apenas unos días terminó.

Rusbel Caminante entendió que la falta de diálogo de la Dimayor y Federación se inscribió en la idea de combatir a los deportistas para olvidar combatir sobre las ideas. Imagen expuesta por Karl Popper, profesor austriaco y uno de los principales filósofos de la Ciencia del siglo XX, que defendió el progreso incesante a través de propuestas para refutarlas, por medio del diálogo.

Juanita Lectora destacó el acuerdo entre dichos dirigentes y el sindicato de futbolistas con la participación del Ministerio del Trabajo. Carlos González Puche, exfutbolista y director ejecutivo de Acolfutpro, como fundador ha estado desde entonces al pie del balón para defender los intereses básicos de los futbolistas como personas trabajadoras. En sus alegatos primó el interés del diálogo y como defensor de principios no claudicó, tanto que logró también la intermediación de la Organización Internacional del Trabajo –OIT-. Dicho acuerdo contempló establecer el estatuto del jugador, el código disciplinario, la minuta única de trabajo. Instaurar un calendario de competencias profesionales que incluyeran tiempos de descanso y recuperación; sin olvidar el torneo profesional de fútbol femenino con sus pólizas de salud.

Serán 1.500 futbolistas los beneficiarios de dicho acuerdo, consultó Juanita Lectora, destacó el diálogo, aceptado por parte de aquellos dirigentes que mantuvieron la exclusión de los futbolistas como trabajadores. Negaban sus derechos como personas, alegaban que los problemas de los contratos eran potestad de los clubes de fútbol; la arrogancia, fundamento de la negativa para dialogar, la alargaron, como tiempo extra, durante 18 años.

Parodiando a Freire, Rusbel Caminante expresó como los futbolistas no temieron enfrentar a aquella dirigencia opresora, se sobrepusieron al miedo de escuchar para encontrar salidas a los problemas. Esperaron tantos años porque no se sintieron dueños del tiempo, ni del fútbol, ni se consideraron libertarios de los explotados. Pasados 18 años, se comprometieron con aquellos dirigentes, los respetaron como personas para dialogar por el bien del fútbol, pues se trata de deporte y profesión. Lo expresó Jacques Lacan, psicoanalista francés, “El diálogo en sí mismo es un rechazo a la agresión.” Este acuerdo será nuevo horizonte para el futuro del fútbol, concluyó con Pablo Neruda, “Y entre el agua y la luz que el aire desarrollan / ya está la primavera inaugurada, / ya sabe la semilla que ha crecido, / la raíz se retrata en la corola, / se abren por fin los párpados del polen. / Todo lo hizo un pájaro sencillo / desde una rama verde.”

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