La ingratitud I

Todo el mundo en el Quindío recuerda que el señor Álvaro Arias fue candidato a la gobernación del Quindío con el apoyo del Representante a la Cámara Diego Javier Osorio, del grupo del exgobernador Carlos Eduardo Osorio; además del partido Centro Democrático, donde milita el parlamentario Diego Javier. Y obtuvo, el señor Arias, la segunda votación para ese cargo de elección, 50.000 votos. Como era lógico, se esperaba que ahora, cuando Diego Javier es candidato nuevamente a la Cámara de Representantes, el señor Arias lo acompañara con sus amigos en esa aspiración. Pero no es así, Arias se alió con su contendor en las pasadas elecciones, el actual gobernador Roberto Jairo Jaramillo y se fue a apoyar la candidata de este a la Cámara, la señora Piedad Correal Rubiano. De la ingratitud hay un paso a la traición, y esta ha sido formalizada por el señor Arias con su actitud en la Asamblea Departamental. Su llegada a la Duma correspondió al Estatuto de la Oposición, que le da la oportunidad al segundo en votos en la elección para gobernación, de ser diputado, precisamente para que ejerza una vigilancia estricta al gobierno de su contrincante, para que sea la voz de la oposición que lo eligió. Pues nada de eso pasó, Arias se alió con el gobernador Roberto, es uno de sus escuderos en la Asamblea, con una muy buena contratación de sus amigos, traicionando a sus electores y al propio Estatuto de la Oposición. Ingratitud y traición, dos caras de una misma moneda en la política.

La Ingratitud II

Pero esto de la ingratitud no solo llena el espíritu de Arias, sino también de otro de sus contendores en las elecciones pasadas, el señor Carlos Alberto Gómez Chacón. Gómez fue candidato a la gobernación por el partido Polo Democrático, obteniendo cerca de 10.000 votos. Durante la campaña actual para Congreso de la República, siempre estuvo como uno de los aspirantes a estar en la lista, ya no del Polo Democrático, sino del partido Dignidad, que orienta Jorge Enrique Robledo. Y muchos de sus líderes en el Quindío siempre nos aseguraron que Gómez Chacón estaría en la lista. “Está firme con nosotros”, decían. A la hora de definir la lista, Gómez Chacón se excusó porque su madre estaba muy enferma y debía de cuidarla, y por tanto renunció a integrar esa terna. Comprensible. “Pero estaré colaborando con la lista que se integre”, dijo. Sin embargo, este fin de semana se conoció que el doctor Gómez Chacón adhirió a la candidatura de la señora Piedad Correal Rubiano, del partido Liberal, prohijada por el gobernador Roberto Jairo Jaramillo Cárdenas. ¿Cuál fue la razón para que Gómez Chacón llenara su espíritu de ingratitud con el Polo Democrático y el partido Dignidad, que le pusieron 10.000 votos en la pasada campaña electoral? La respuesta es tozuda: un contrato en la secretaría de Salud del Quindío. Ingratitud, con un amargo sabor a traición.

Las malas compañías de Felipe Robledo

El pasado sábado estuvieron en Armenia Camilo Romero, precandidato presidencial, y el senador León Freddy Muñoz, del partido Alianza Verde, promocionando sus nombres para las próximas elecciones. Con ellos, en sus recorridos, estuvo el candidato a la Cámara por el Quindío, en ese partido Alianza Verde, Felipe Robledo. Pues ahora, se ha denunciado que la compañía de Muñoz está trazada por una acusación formal de la Corte Suprema de Justicia por narcotráfico. Lo sabíamos, y nos extrañó dicha compañía para el querido Felipe Robledo. El propio Daniel Coronel, en su página de Los Danieles, lo reveló este domingo, en los siguientes términos: “…Con el propósito de “mantener la unidad, que no era otra cosa que plegarse a la maquinaria de los verdes, se llenaron de ponys de troya del petrismo y además admitieron la presencia en la lista de Senado de la coalición al “verde” León Freddy Muñoz, acusado de narcotráfico por la Corte Suprema de Justicia…”. Cuídese, querido Felipe.