Definitivamente, si la maquinaria Liberal, que se supone mayoritaria en el Quindío, no se aceita, ella no funciona. Si la consulta Liberal de noviembre de 2017 para escoger candidato presidencial fue pobre, con una votación total de 11.594, las elecciones de ayer lo fueron más, porque el candidato de ese partido, siendo tal vez el mejor de todos los aspirantes presidenciales, solo obtuvo 4.335 sufragios. Incluso, sacó menos que en la consulta, donde había logrado 6.099. Y, claro, a la crisis nacional de este partido, se le sumó la súper crisis territorial, pues la presidenta departamental de esa colectividad Luz Piedad Valencia está en la cárcel, a la espera de un juicio por corrupción en el sonado caso de la defraudación de valorización. Igualmente, el alcalde de la ciudad, de esa misma parcialidad política, el señor Carlos Mario Álvarez, está en la cárcel por las mismas circunstancias. Concejales de Armenia y diputados del Quindío andan a la expectativa de un posible llamado a juicio, por haber aprobado el instrumento con que se hizo la defraudación o por haber recibido dinero para las dos últimas campañas, proveniente de esos actos de corrupción. Al representante electo de ese partido, Luciano Grisales, no se le vio haciendo campaña por su candidato De la Calle, a pesar de que obtuvo un poco más de 28.000 votos en los comicios pasados para Congreso. Tampoco a su contrincante en ese partido, Ánuar Oyola, que logró un poco más de 23.000 votos. El partido Liberal en el Quindío se quedó con 4.335 votos, y parece ser una colectividad derrotada.

La vergüenza de Cambio Radical

Una cosa parecida sucedió con el candidato Germán Vargas Lleras, cuyos principales promotores, los parlamentarios de Cambio Radical Atilano Giraldo y Antonio Restrepo, como la exgobernadora Sandra Paola Hurtado, que en el 2014 le pusieron a ese partido, Cambio Radical, casi 60.000 sufragios, y en las elecciones para el parlamento este año lograron casi 40.000 votos, solo le entregaron a Vargas, ahora, 11.861 tarjetas electorales. Y les sucedió lo mismo: la maquinaria no fue aceitada, carecen de poder burocrático y su máxima dirigente, la señora Hurtado, acaba de ser destituida de su antiguo cargo de gobernadora e inhabilitada para ocupar cargos públicos, y sobre ella la Fiscalía adelanta una investigación penal por corrupción. Cambio Radical, como el partido Liberal, parece que sucumbe en el Quindío.

El triunfo alternativo 

Contrario al liberalismo, lo que se vio en las elecciones de ayer fue un surgimiento de las fuerzas que no necesitan maquinaria aceitada, que carecen de un gran aparato burocrático y que no acuden al clientelismo para obtener sus votos. Lo del Centro Democrático fue contundente, su candidato Iván Duque logró 109.072 votos, es decir, casi que dobló la votación con relación a las elecciones de 2014, donde el aspirante de esa colectividad, Óscar Iván Zuluaga puso 56.359 en primera vuelta. También, sorprendente la votación de las fuerzas que se han ubicado más a la izquierda o el centro izquierda, que juntas lograron 128.104 sufragios. La gente de Fajardo puso 97.741, mientras que los de Petro obtuvieron 30.357. Todas estas cifras y el comportamiento ciudadano lo que demuestra es que en las elecciones territoriales el panorama de los elegidos para alcaldes, concejos, asamblea y gobernación, podría modificarse sustancialmente.