• MARTES,  23 ABRIL DE 2024

Región  |  12 diciembre de 2018  |  12:00 AM |  Escrito por: Rubiela Tapazco Arenas

Una joven nacida en la guerrilla encontró su ángel en Panaca, donde construye su proyecto de vida

0 Comentarios

Imagen noticia

A sus 22 años Flor espera con emoción y llena de esperanzas a su primogénito, mientras continúa sus labores en el Parque de la Cultura Agropecuaria, Panaca, en donde fue acogida luego de toda una vida como combatiente de la guerrilla, que era su única opción.

Nueva vida

Ella hace parte del programa de la Agencia Colombiana para la Reintegración que con Panaca suscribió convenio mediante el cual le permitió a muchos combatientes de las Farc dejar la guerra.

Desde hace cuatro años integra la familia Panaca, en el parque le permitieron iniciar sus estudios e ingresar a un mundo totalmente desconocido para ella en la civilización.

Flor no sabía nada de la ciudad, sin embargo en la ACR le ofrecieron la oportunidad de aprender del campo, de los animales y de inmediato aceptó esa opción, alistó tres mudas de ropa que tenía y dos pares de zapatos y llegó a Panaca.

17 años

Estuvo 17 años en la guerrilla donde nació de padres combatientes, su madre murió en medio de la guerra hace unos siete años y de su padre no sabe nada desde que ingresó al proceso de paz.

Sin otros horizontes distintos a la guerra, Flor vivió hasta los 17 años metida en un mundo de violencia, se presentó el proceso de paz, esta niña ingresó a los programas de la Agencia Colombiana para la Reintegración y empezó a descubrirse como ser humano.

Cambio

Admite que no le gustaba hablar con nadie, sentía mucho miedo, odiaba ser mujer, no se arreglaba, tenía baja autoestima, se lastimaba y se consideraba un asco para la sociedad y cuando empezó a tener contacto con los animales en el parque, su vida cambió totalmente.

El temor a tener hijos y que estos tuvieran un destino tan desafortunado como el que a ella le correspondió al nacer en la guerrilla, le generaba odio a su condición de mujer, pero todo esto fue cambiando paulatinamente, al descubrir la ternura que sentía por los animales que cuidaba en el parque, donde aprendió las técnicas del campo y muchos otros saberes que le dan una nueva perspectiva a su vida.

Empezó a darle sentido a su existencia, aprendió a valorar la familia y a querer tener la propia, se perdonó y comprendió a sus victimarios, dejando su pasado atrás para resignificar su vida y salir adelante.

Agradecimiento

Agradece a Panaca esta nueva oportunidad, terminó su primaria, el bachillerato, ingresó a la universidad y cuenta con la gran motivación que es su próxima maternidad.

Dice Flor que lo más significativo es poder comprar sus propias cosas, dormir tranquila, tener libertad, conocer personas y ciudades, todos esos logros se los atribuye a Jorge Ballen, quien para ella y sus compañeros reinsertados es un ángel que les enseña a crecer como personas y aprender a amar a los demás a pesar del dolor causado y que dejó atrás.

Paz

Le duele a esta joven que su padre no reconozca los errores cometidos y que sea tan orgulloso negándose a reconocer el daño hecho a la sociedad, siendo adulto.

Flor agradece al Ejercito Nacional que le dio una segunda oportunidad porque si no fuera por ellos tal vez estaría muerta, pide perdón a los militares que padecen como consecuencia de las minas, a las viudas que perdieron a sus esposos, a tantos niños huérfanos y a los civiles afectados por el conflicto armado.

Su bebe nace en el mes de abril en medio de la familia Panaca, rodeado de amor, en libertad y convertido en la esperanza de una madre que confía en la vida sin armas, en paz y gran futuro.

PUBLICIDAD

Comenta esta noticia

©2024 elquindiano.com todos los derechos reservados
Diseño y Desarrollo: logo Rhiss.net