La presencia de niños jugando en la plazoleta del CAM acompañados por sus padres mientras varias parejas de abuelos caminan tranquilamente por el lugar es la consecuencia de la reubicación en la Plaza Campesina de los vendedores de frutas y verduras que durante tres años trabajaron en el espacio público por iniciativa del alcalde privado de la libertad Carlos Mario Álvarez.

Poco a poco la ciudadanía se apropia de dicho espacio contando con la presencia de un CAI móvil de la Policía que presta su servicio de seguridad y permite recobrar la confianza ciudadana.

Opiniones

“El parque se ve limpio de basuras, descongestionado tras la ausencia de los puestos de ventas y la permanencia de la policía permite recorrerlo y disfrutarlo” dijo una señora sentada en una de sus bancas debajo de un árbol cerca del Concejo Municipal.

“Siquiera lo mejoraron, ya a uno no le da miedo venir a esperar el bus aquí”, afirmó Alejandra Gómez, una joven empleada de un almacén cercano, a quien la desterraron los ladrones que una vez le arrancaron el bolso en el paradero, hace como dos años.

“Esa gente que vendía ropa vieja y cachivaches le daba muy mal aspecto a este sitio frente a la alcaldía de Armenia”, comentaron algunas personas paradas en el atrio de la iglesia de San Francisco, a quienes les daba temor asistir a la misa y lo hacían corriendo todos los riesgos.

Por su parte, varios vendedores callejeros declararon que su actividad resulta de la dificultad que enfrentan cada día para ingresar al mercado de trabajo, de sus limitadas destrezas en materia laboral, sus pocos estudios y las necesidades urgentes para solventar a sus familias.

Algunas personas en situación de calle se refirieron al arraigo en ese sector de Armenia que es su sitio de permanencia y a la posibilidad de obtener el apoyo de los transeúntes con ropa o monedas que les dan a su paso.

Finalmente, los propietarios de almacenes ubicados en los alrededores del CAM y de la iglesia, esperan que la Policía mantenga su presencia en la plazoleta, que no permitan el regreso de los indeseables vendedores de estupefacientes, comerciantes de ropa vieja, de alimentos y de personas dedicadas a la prostitución, piden que se ejerza la autoridad.