El dúo triunfador de las elecciones de 1998, Javier Ramírez Mejía y César Augusto Mejía Urrea, Unidos por el Quindío, para derrotar la corrupción que se impetró en ese entonces con el grupo político Anapo, quiere volver al escenario político de la región, frente a un fenómeno similar al de entonces, que ha aparecido en los últimos ocho años en el departamento. Javier Ramírez Mejía le apostaría a una candidatura a la gobernación del Quindío y César Augusto Mejía Urrea, Camu, le jalaría a una candidatura a la alcaldía de Armenia. Lo harían por firmas y con el apoyo de diferentes sectores ciudadanos, empresariales y políticos que están hartos de la politiquería y la corrupción. El Quindiano los consultó a los dos, y ambos manifestaron que están con esta intención, adelantando conversaciones, buscando apoyos y conversando para concretar alianzas. Unidos por el Quindío, podría ser el eslogan y la pretensión de esta campaña, que a muchos ciudadanos empieza a sonarles.

Los padrinos del precandidato Albeiro Torres

El precandidato a la alcaldía de Armenia Luis Albeiro Torres, ya tiene los tres padrinos para inscribir el grupo que hará la recolección de firmas que avalen su pretensión de ser alcalde de la ciudad. Se trata del empresario de la construcción José Norbey Salazar, quien fuera en el pasado reciente candidato al Senado de la República y diputado del departamento del Quindío; además de la ingeniera Ana Isabel Jaramillo, quien fuera gerente del diario local y hasta hace poco directiva de la firma constructora CAMU. La tercera persona es la hija menor del propio precandidato. No se ha fijado la fecha de la inscripción del grupo de ciudadanos para empezar la recolección de las firmas, pero desde ya se prepara el trabajo correspondiente.

¿Procuraduría show?

Estamos de acuerdo con el periodista y escritor Gustavo Álvarez Gardeazábal cuando afirma que la Procuraduría actúa por ‘pataletas’. Y nosotros le agregamos que se está buscando una Procuraduría espectáculo, en los medios de comunicación. Primero, veamos lo que dice Gardeazábal: “El fallo primero del juez de reparto y ahora del Consejo de Estado frenando en seco la pataleta pro politiquera del Procurador General de la Nación de suspender por 90 días, sin haber sido oído en juicio ni haberle permitido defenderse, al antipático alcalde de Bucaramanga porque le pegó a un concejal terco que lo sacó de casillas, indica que el procurador Carrillo debe entender que estamos en pleno siglo 21,que las leyes exigen ser respetadas y que el gremio de los gobernadores y funcionarios públicos no se manejan como los conventos medioevales en donde la madre abadesa, sin mediar juicio de responsabilidades sancionaba a sus integrantes y después, si acaso, averiguaba.” Y segundo, nos parece desproporcionada la actitud de la Procuraduría frente a Armenia y el Quindío, especialmente en los casos ambientales y de tierras. No había terminado de leerse el comunicado de EPA sobre el problema suscitado en el acueducto y la Procuraduría ya sacaba su comunicado anunciando una ‘investigación’. Que investigue, sí, que sancione, sí, que actúe, sí, pero que deje de hacer shows mediáticos. Sus investigaciones son más palabrería y comunicados de prensa, que actuaciones reales sobre los problemas de la ciudad y la nación.