• VIERNES,  19 ABRIL DE 2024

Columnistas  |  21 febrero de 2019  |  12:00 AM |  Escrito por: Elison Veloza Lifad.

Los nuevos retos del Encuentro Nacional de Escritores

1 Comentarios


Elison Veloza Lifad.

En el año 2007, cuando se realizó el Encuentro Regional de Escritores, se hizo evidente que «Regional» se quedaba corto ante tantos lectores y escritores dedicados que han hecho de Calarcá merecedora de ser llamada «cuna de poetas». Escritores, gestores culturales, académicos y ciudadanos, no perdieron el tiempo: para el año 2008, ya se realizaba en Calarcá el Primero Encuentro Nacional de Escritores, Luis Vidales, en honor a uno de los más grandes poetas que ha dado esta tierra, con la misión clara de convertir el Encuentro, no en una serie de actividades alrededor de lectores, escritores y libros, sino en todo un proceso educativo y cultura, enfocado principalmente en los jóvenes.

Desde entonces, los calarqueños y quindianos hemos visto en colegios, bibliotecas, casas de la cultura, universidades, plazas públicas, cafés y librerías, a un sinfín de escritores, directores de cine, actores, músicos, traductores, comunicadores y otros personajes de ensueño para cualquier joven y adulto lector o amante del cine, rondar por ahí, hablando de cuentos, de poesía, de cine, de criaturas que se salen de los libros y de la pantalla, de erotismo, de música, de periodismo, de guerra y de lo que hay después de ella, de literaturas marginales y otras tantas cosas solo posibles a la creatividad, el genio e ingenio de muchos.

Y qué bello ha sido ver año a año, a colegiales representar sus personajes favoritos de los libros, escucharlos recitar los poemas de nuestros grandes escritores, sentirlos emocionarse con cada nueva historia de nuestros cuentistas. Qué lindo sentimiento queda, después de ver a los dedicados y queridos talleristas correr de aquí para allá, de colegio en colegio hablando de su pasión por los libros, de porqué nos deberíamos enamorar aun más de la entrañable poesía no solo de Luis Vidales, sino de Carmelina Soto, de Baudilio Montoya, de Elías Mejía, de Esperanza Jaramillo, o de las muy cómicas y a veces irreverentes historias de Umberto Senegal, de Libaniel Marulanda y de otros grandes escritores de nuestro acervo local y nacional.

Naturalmente que once años de proceso trae consigo dificultades, no solo económicas, sino también políticas y sociales. Dificultades frecuentemente sorteadas gracias a los incondicionales amigos del Encuentro o la resistencia y el carácter propio de los hijos del cacique, que siempre encuentran la manera de continuar.

Este año tiene sus propios retos. Es el turno de la décimo segunda versión del Encuentro, que tendrá como tema Rostros y rastros y de la poesía, y con ella la responsabilidad de unir la gran tradición poética de Calarcá y el país, con los jóvenes escritores y lectores y sus nuevas formas de narrar y entender la realidad. El principal reto es fortalecer nuestro ciclo pedagógico y renovar desde el interior del Encuentro, desde la Fundación Torre de Palabras, la forma de llegar cada vez a más lugares y más personas, de forma mucho más contundente.

La ruta de navegación fue marcada hace doce años, y este año no se escatimarán esfuerzos por cumplirla y avanzarla aún más. Seremos todos testigos que este año se ratificará una vez más la importancia y la necesidad de mantener vivo y apoyar nuestro Encuentro de escritores, Luis Vidales.

PUBLICIDAD

Otras Opiniones

Comenta este artículo

©2024 elquindiano.com todos los derechos reservados
Diseño y Desarrollo: logo Rhiss.net