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Cultura  |  22 abril de 2019  |  12:00 AM |  Escrito por: Robinson Castañeda.

Cine: Silence, una prueba de fe para cualquier lucha espiritual

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Cine: Silence, una prueba de fe para cualquier causa espiritual

Rodríguez y Garupe, dos sacerdotes jesuitas, se esconden en una cueva junto a la playa cerca de Nagasaki, en Japón. Esta oscuro y no saben qué pasó con su guía llamado Kichijiro, que luego de dejarlos ahí desapareció. Este hombre es un alcohólico al que encontraron en un bar de Portugal cuando decidieron viajar. Fue el único que acepto la misión de llevarlos a su país a cambio de nada.

Es el año 1.640 después de cristo. Los cristianos católicos que llevan el evangelio a Japón están siendo perseguidos, torturados y asesinados por órdenes del inquisidor. El gobernador de toda la provincia al que nadie conoce, pero los aldeanos le temen. Un ferviente seguidor de los principios de Buda que no dejará que nada altere lo políticamente correcto de su sociedad.

Los dos jóvenes sacerdotes tienen la misión de encontrar a Cristian Ferreira, su mentor y maestro espiritual, al que hace casi 10 años le perdieron el rastro cuando se fue como misionero a predicar la palara de Dios al país nipón.

En las cartas que Ferreira alcanzó a enviar, decía de las torturas, insultos y humillaciones a las que se veía sometido junto con los otros sacerdotes, y de las que muchos no lograron sobrevivir. Los rumores de viajeros que llevaban los documentos decían que Ferreira, obligado por el sufrimiento infringido y ya sin esperanza de salvación, había renunciado a su fe cristiana para no ser asesinado. Apostató.

Tanto Rodríguez como Garupe se niegan a aceptar tales infamias. Por eso su misión es encontrar a Ferreira y llevarlo a Portugal. Cuando están ocultos en la cueva oscura, una luz de antorcha los alumbra de repente. Intentan escapar y descubren, llenos de miedo, que están rodeados de campesinos, quienes al reconocerlos como jesuitas se arrodillan alegres de tenerlos con ellos y les dan gracias a Dios elevando sus manos al cielo.

A pesar de ser japoneses, los aldeanos también deben vivir escondidos en las selvas ya que son perseguidos y asesinados por hombres del inquisidor, al haberse convertido al cristianismo.

Desde ese momento del encuentro en la cueva comienza el viaje del héroe en Silence. Una película estrenada en el año 2016 bajo la dirección de Martin Scorsese y protagonizada por Andrew Garfield, Adam Driver y Liam Neeson.

Esta obra está basada en la novela de Shūsaku Endō, escrita 1966. En general es una travesía asfixiante por el camino de la fe, donde abundan todo tipo de pruebas para conservarla por parte de los dos sacerdotes y sus seguidores, que también están dispuestos a dar sus vidas.

Y ¿Qué es la fe para estos hombres y mujeres? Mantenerse firmes sin apostatar ante la imagen de bronce con el rostro de la virgen o el mesías, que deben pisar y escupir para probar que no son católicos. Las miserias de sus días son extensas e interminables por la persecución y el castigo.

Con sus ojos ambos misioneros ven de frente el horror y la muerte de todos aquellos que se atreven a dejar a Buda por seguir la cruz del redentor. El hambre y violencia extrema llevan al sacerdote Rodríguez a cuestionarse si lo que hace es correcto, mientras mira al cielo en sus oraciones en busca de respuestas y donde solo encontrará un silencio que lo tortura y oprime, llevándolo a encontrar sus peores pensamientos sobre el creador, para luego arrepentirse de haber dudado de que este existe.

Pero esta película, con un excelente guion, interpretaciones, dirección y una magistral fotografía a cargo del mexicano Rodrigo Prieto, se atreve a mucho más de lo que nos muestra a simple vista, pues nos deja el mensaje también a nosotros como espectadores, de todos los horrores que cualquier religión cargada de fanatismo puede llegar a permitir.

En resumen es un retrato de como un mismo ser humano bajo el mismo cielo y sobre la misma tierra, impone una verdad que cree única por encima de la vida del otro. Ambas partes equivocadas y ambas partes en lo correcto dentro de la película. Toda una paradoja religiosa que no termina y aun se mantiene en nuestros tiempos.

Silence es una historia de muchas preguntas que motivan a sus personajes en su lucha por cumplir la misión. Algunas tienen respuestas asombrosas que sirven de sobresalto en la trama. Otras se quedan en el olvido y la transformación de los protagonistas que no podrán ser los mismos luego de su infierno en la tierra

Pero aun con todo el dolor y sufrimiento, vale la pena dejarse llevar en esta ruta llamada Silence. Para seguir conociéndonos como especie humana en nuestra intolerancia que está por debajo o por encima de la fe. La nuestra o la ajena. Cualquier fe.

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